El Coro Qom Chelaapi, con 61 años de trayectoria y un presente sonoro que dialoga con la música electrónica, estrenará el sábado en La Cúpula del Centro Cultural Kirchner (CCK) su flamante cuarto trabajo discográfico Campo del cielo que registró junto al productor Lagartijeando.
La formación de 14 voces que es elenco estable del Instituto de Cultura de Chaco propone una sugerente reunión entre los cantos ancestrales del pueblo originario Qom y las texturas electrónicas aportadas por Matías Zundel (Lagartijeando), experiencia musical que también se plasmó en otros tres álbumes anteriores.
Sobre esa singular mistura, Elvio Mansilla, director interino del coro, comenta a Télam que al principio los ancianos no estaban de acuerdo con mezclar nuestros cantos con la electrónica, pero con el correr del tiempo se fueron convenciendo que no solamente no perdíamos nada de lo ancestral sino que esa sonoridad nos permitía llegar a más gente.
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Hijo de uno de los primeros integrantes de la agrupación y hermano de otro coreuta, Mansilla considera que de la mano de la música electrónica podemos conectar con el público y hacer conocer el mensaje que llevamos como pueblo originario.
El intérprete especifica acerca del repertorio de Chelaapi que son canciones ancestrales donde se le canta a la naturaleza, a los ríos, a los montes, a los espíritus del monte, a los animales, a los aves y todo eso viene de los grandes líderes que la comunidad tuvo.
Para el director interino de la agrupación, aunque cantamos en nuestra lengua materna Qom, creemos que las canciones pueden atrapar a las personas por el tratamiento coral y la belleza que encierran.
El Coro Chelaapi ostenta en sus más de seis décadas de historia- distinciones varias como ser Patrimonio Cultural Viviente por la UNESCO, Embajador Cultural de la Etnia Qom, Coro Oficial de la Provincia de Chaco, y Patrimonio Cultural y Símbolo de la Cultura Chaqueña.
En ese camino resultó vital, en los 60, Inés García de Márquez trabajando con los jóvenes coristas para darle un marco más formal a la agrupación y, ya en 2010, cuando Claudio Largo que integraba el coro desde 2001- se convierte en el director más joven del conjunto.
Un año más tarde el coro graba su primer CD en estudio titulado QOMI LPAAPI (Nuestras Raíces) y, luego, por impulso de Sebastián Fernández quien se desempeñaba en el Instituto de Cultura chaqueño propone remixar el repertorio coral y abrir una convocatoria a productores y djs.
Hacia 2016 Chelaapi firma contrato con Club Del Disco, publica el primer disco de vinilo del proyecto Coro Chelaalapí Remixes, empieza a vincularse, sobre todo, con Zundel (Lagartijeando) y también con Chancha Vía Circuito, Frikstailers y King Coya, entre más, y da su primer concierto en el Festival Puente (San Isidro).
Ya en 2018 y por impulso del Instituto Nacional de Música (Inamu), graba Coro Chelaalapí Raíces Y Remixes que presenta en octubre de 2018 en el CCK donde el registro audiovisual del concierto marca un nuevo hito disponible en YouTube.
Con esos materiales surgió el interés del sello londinense Big in Japan que publicó Coro Chelaalapí Meets Lagartijeando Revisión para el que colaboraron Intiche, Oxhala y Flik y Frik e impulsó la primera gira europea que incluyó una presentación en el marco del Festival de Cine Latinoamericano de Berlín donde compartió cartelera con la chilena Mon Laferte.
En abril del año siguiente en Resistencia se realizó el Chelaalapi Fest para el que viajaron desde México Pato Machete (Control Machete); desde Colombia Mario Galeano (Frente Cumbiero) y la banda argentina La Fanfarria del Capitán, en octubre tomó parte en el Festival Bandera en Rosario en el que también tomaron parte Miss Bolivia, Eruca Sativa, Las Pelotas y La Vela Puerca y en noviembre participó de otro encuentro en el porteño Centro Cultural Recoleta.
Previo a la pandemia, la formación fue seleccionada para integrar la grilla de Tribal Gathering en la selva panameña y durante la crisis sanitaria perdió a dos de sus integrantes, uno de ellos Juan Rescio, miembro original y primera persona en la historia en grabar el sonido del instrumento de cuerda frotada nvique.
Junto a Lagartijeando pero sumando además al productor y DJ formoseño Nicolás Saavedra, el coro firmó contrato con otro sello londinense, Shika Shika Collective, desde donde lanzó Campo del cielo que el sábado a las 20 abordará en un concierto gratuito en La Cúpula del CCK.
Nos parece un trabajo muy bueno donde profundizamos nuestra relación con la música electrónica a partir de un repertorio que remite al territorio de un sitio ubicado a 100 kilómetros de Resistencia donde hace aproximadamente 5000 años sucedió que cayeron rocas desde el cielo en una invasión de meteoritos, comenta Mansilla.
En el material se reúnen las piezas Canción de cuna, Axai Iquiyaqtole, Amanece en el monte, Carapi, Regreso a casa y Niocolca.
Télam: ¿Cómo es tu relación familiar con la historia del coro?
Elvio Mansilla: Mi padre que fue uno de los iniciadores de este coro y a mí desde chico me fue preparando, me fue dando los saberes que él tenía, las canciones que él sabía y así pude ingresar al coro en 2008 y desde entonces tengo una alegría inmensa porque permite mostrar la música de mi comunidad.
T: ¿Cómo convive en ustedes ser un grupo muy reconocido y ser elenco estable del Chacho y a la vez ser parte de una comunidad tan marginada?
EM: La comunidad qom tanto como la comunidad wichi y la mocoví estamos muy golpeados, pero sentimos que con la música podemos hablar de las cosas que nos pasan y nos afectan.
T: El Coro Chelaapi le canta a la naturaleza que, justamente, está siendo tan amenazada por proyectos extractivistas
EM: Es un momento no grato para nosotros por los desmontes, la contaminación de los ríos y muchas otras cosas que por ahí no se cuentan pero siguen pasando y nosotros las cantamos. Siempre el monte nos dio de comer y, antes, nuestros abuelos solamente vivían de la caza y de la pesca, no tenían ningún sueldo, pero podían vivir dignamente.
Con información de Télam