(Por Fidel Fourcade, especial para Télam).- En una noche tributo a la canción amplificada, Ciro y Los Persas volvieron a llenar el sábado el estadio de Vélez Sarsfield en lo que constituyó una nueva jornada de clásicos ayer y hoy del rock argentino que se metió en la historia grande del género.
Dueño de una gran personalidad y un despliegue sobre el escenario muy stone, Andrés Ciro Martínez hizo un recorrido por los hitos más grandes de su carrera musical tanto de la época de Los Piojos como en su actual etapa con Los Persas.
Obrero de la canción y chamán de multitudes, Ciro convocó a más de 45 mil personas en lo que fue otra noche vibrante de rock que se extendió durante poco más de tres horas con un repertorio que superó las 30 canciones.
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Son contadas las bandas y músicos que pueden planear sus shows en estadios de fútbol, y más pocos aún, hacerlo con la frecuencia con la que lo hace Ciro, que sumó su quinta fecha como solista en una cancha.
Liniers le sienta bien al cantante, que repite la locación del 2022 cuando en octubre despidió el año antes de embarcarse en una serie de conciertos en Qatar previos a la Copa del Mundo. Rock y ¿por qué no? Cábalas mundialistas de ahora en más.
El show tuvo arriba del escenario a Ciro y gran compañía y, abajo, entre las banderas que flamearon durante toda la noche, a su congregación de fieles que se acercaron al estadio ubicado en avenida Juan B. Justo al 9200.
El ex Los Piojos abrió el show con una triada contundente cuando sonaron Balneario Arco y Banda de garage. La jornada arrancó a puro despliegue y ya con un puñado de canciones en el haber de la noche se pudo vislumbrar por qué el cantante ostenta su poder de convocatoria.
La tónica de la velada, entre tantas otras cosas, tuvo a un Ciro en su faceta más instrumental para exhibir que no sólo es un frontman consagrado con una gran lista de hits sino también un showman con talento, constancia y carisma, y en este caso, el orden de los factores no alteró el producto.
A las 22.05 apareció por primera vez la armónica en la noche cuando sonaba Angelito mientras se podía ver al ídolo en las tres pantallas que hicieron de soporte visual.
Canción sobre canción la noche fue levantando temperatura entre clásicos de Los Piojos y Los Persas con un Ciro que bajó al campo a interactuar con su séquito rockero más de una vez durante el espectáculo. No conforme con su despliegue de punta a punta del escenario a pie, subió la bicicleta de su hijo para sumar algunos kilómetros más de entretenimiento.
Avanzada la noche, muy cerca de las 23 pero muy lejos del final sonó el primer gran himno cuando se entonaron las estrofas de Tan solo. Una jornada repleta de momentos de todo tipo experimentó el momento celular cuando todas las luces se encendieron para cantar a capela el quizá sea el clásico más clásico de Los Piojos.
Como en antiguas funciones del cine, la propuesta de Ciro y Los Persas tuvo un par de intervalos. Unos momentos para que se sumaran los vientos a la banda mientras se reproducía en las pantallas un time-lapse de cómo se armó el escenario que hizo de sostén a los rockeros en la jornada del sábado por la noche.
Luego de la pausa, la banda con todos sus integrantes volvió para uno de los pasajes más eléctricos de la noche cuando sonaron Como Alí, Raros peinados nuevos -canción de Charly García que contó con el video de su grabación allá por 1984- y Héroes, que tuvo una proyección emotiva con todos los goles del seleccionado argentino de fútbol campeón en Qatar 2022. Momento full emotividad argentina con homenaje a los soldados de Malvinas incluido.
Otro de esos pasajes salientes ocurrió cuando Ciro invitó a subir al escenario a El Piti Fernández, excompañero suyo de ruta en Los Piojos, con quién tocó Bicho de Ciudad y Pacifico antes de despedirlo junto a la ovación de la gente.
Posterior a otro de los breaks de la noche, el músico, anunció sus ganas de terminar el año con un show en el Movistar Arena mientras iba midiendo a su público anunciando el fin del recital. Pero lo cierto es que faltaban unas cuantas canciones aún.
Juira! fue uno de los momentos musicales más altos de la función que a puro funk resaltó una de las grandes virtudes de la banda que acompaña al músico hace tantos años: la suma de sus partes. Canción que graficó de manera perfecta el Late Night Show que había montado Andrés Ciro en Liniers.
Ruleta y Servidor, que tuvo el mejor solo de guitarra de la noche en manos de Juan Manuel Gigena Ábalos, fueron tiñendo con un aire de despedida.
Parte del final de la lista de canciones incluyó Insisto, uno de los clásicos modernos de Ciro. Farolito tuvo un gran preámbulo mientras el anfitrión se hacía desear frente a su público y tuvo un gran interludio donde presentó a la banda que lo acompañó.
Ciro cerró una faena redonda con Astros y Noche de hoy en la que no hizo otra cosa que desplegar los pergaminos que construyó y que ostenta tanto en la composición como a la hora de saltar a escena.
Con información de Télam