(Por Pedro Fernández Mouján).- Cecilia Roth deslumbra en su composición de una retirada agente de actores y actrices aquejada por dolencias físicas y sufrimientos psicológicos en "Conversaciones sobre el odio", el filme con el que Vera Fogwill vuelve a la dirección 15 años después de su consistente debut con "Las mantenidas sin sueños", en este caso en dupla con Diego Martínez.
El filme, que forma parte de la Competencia Argentina de la presente edición del Bafici, narra la conversación a lo largo de algunas horas entre una antigua representante de artistas de cine (Roth) y una actriz a la que representó y no ve hace 10 años (Maricel Álvarez).
"Conversaciones sobre el odio" se desarrolla en una única locación que es el departamento de la exrepresentante y arranca en la casi absoluta oscuridad, debido a un corte de luz, y una primera escena filmada a la luz de un celular que enciende una de las actrices.
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Roth interpreta magistralmente a su criatura, que vive en el encierro, rodeada de gatos y con algunos tocs a cuestas, en esta charla de reencuentro con una antigua representada y donde pasan revista a cuentas pendientes, se sacan lustre por el pasado y el presente y despotrican también a uno y otro lado del camino recordando antiguos colegas, en un filme de asfixiante tensión y climas exquisitos, donde quedan al descubierto dos vidas muy cerca de la impiedad y el vacío y lejos de las coartadas reconfortantes y tranquilizadoras.
El filme es un tour de force de actuación y climas entre Roth, que deslumbra en un trabajo superlativo, y Marciel Álvarez, que con menos requerimientos histriónicos pero no de tensión, la acompaña a la altura.
Trabajada con una iluminación detallista y pulcra que va de la oscuridad (al principio total) hacia la luz en forma gradual y con una banda sonora que termina de formular el clima que respira el filme desde que arranca hasta que concluye, a cargo de María Eva Albistur, la nueva película de Fogwill-Martínez se convirtió en una de las grandes noticias del actual Bafici.
En Competencia Internacional se conoció anoche el filme portugués "India", fallido debut cinematográfico de Telmo Churro, cercano colaborador del muy conocido realizador Miguel Gomes ("Aquel querido mes de agosto", "Tabú", la trilogía "Las mil y una noches"), que propone una entrañable comedia sobre un extraño guía turístico de Lisboa, que erige a la ciudad y la historia del Portugal en referentes centrales de la película.
Si "Conversaciones sobre el odio" es una película de mujeres, "India" podría serla de hombres, ya que son tres: abuelo, hijo, nieto, junto a una turista brasileña que se aloja en la casa de ellos, los protagonistas del filme.
La película tiene el andar narrativo incierto de las películas de Gomes y también una declarada preferencia por las pertenencias afectivas y las cercanías del corazón que también aparecen en sus filmes, sobre todo en "Aquel querido mes de agosto", acaso el más cercano con este.
El problema de "India" es que se vuelve excesiva y de a momentos morosa y los elementos irreales que propone no logran atravesar la malla para empatizar con el público, quedando lejos y como "fuera de tiempo" en algunos pasajes.
Los recorridos por una Lisboa para nada turística, como unos bellos jardines públicos o algunas esquinas de calles diagonales, museos, el Tajo y el exterior del Monasterio de los Jerónimos, son bellos pero la historia de los conquistadores portugueses en el África, aquel espíritu marítimo de la nación portuguesa, excesivos.
"Conversaciones sobre el odio" dispone de una última función el martes 25 a las 15.10 en el Multiplex Monumental Lavalle.
"India" se puede ver el lunes 24 a las 14.50 en el Cultural San Martín y el miércoles 26 a las 13.30 en el Lorca.
Con información de Télam