El largometraje de terror fantástico y apocalíptico "Me encontrarás en lo profundo del abismo", dirigida por Matías Rispau, se estrena hoy en el Cine Gaumont y plantea tópicos de un subgénero poco explorado en el cine nacional con mucha destreza y valores de producción.
Protagonizada por el propio Rispau, que también escribió la cinta, la esmerada producción visual maneja parámetros estéticos que no tienen mucho que envidiarle a proyectos con presupuestos más extensos e industriales de este subgénero que amalgama ciencia ficción, terror y aventura en un mundo posapocalíptico.
La película, que se pasará a las 22 en la sala de Avenida Rivadavia 1635, muestra cómo Bannon está atrapado en medio de una ciudad aislada y cubierta por un cielo negro y lluvioso, que resume el final y la decadencia del viejo mundo, acechado por monstruos que cayeron del cielo y cazan a los supervivientes.
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"Es una película con muchos trucos, con un equipo muy chico de menos de 10 personas, con uno o dos actores en set, y un presupuesto muy chico. Por eso se enfoca mucho solamente en un protagónico", contó Rispau en diálogo con Télam en relación con el proceso de producción, que a simple vista podría lucir abultado pero el director aclaró que no fue el caso.
En ese sentido, mencionó: "Tiene muchos 'truquetes', personalmente practico un poco en toda las áreas, tanto en cosas de producción, en efectos y posproducción, pero hubo varias personas que ayudaron al proyecto: amigos y conocidos que tienen mucha mucha cancha y se sumaron de pura pasión a hacer esta aventura".
Télam: ¿Hubo mucho despliegue en posproducción con los efectos visuales?
Matías Rispau: Sí, tiene bastante. Todo lo que es lluvia se filmó todo real, una de las cuestiones por las que decidimos optar porque teníamos tiempo a favor: filmar con lluvia lleva el triple de tiempo. Después hay un montón de laburo de postproducción para terminar de construir un clima que si tenés que hacerlo en set es enormemente laborioso. Se lo intensificó y se lo expandió por medio de posproducción al universo de la película. En algunas escenas hay algunos refuerzos de lluvia y efectos visuales, unos retoques y cuestiones más con la con las criaturas, pero está todo bastante grabado y, luego, la cosa viene más por el lado de reforzar y ayudar a acompañar en ese aspecto.
T: ¿Cómo surge el proyecto?
MR: Nació en la pandemia, en 2020. Arrancó más como una cuestión personal porque estaba pasando por una transición, de una etapa de cambio bastante importante. Y, a la vez, con el tema de la pandemia también veía como el cambio de panorama global. En cierta manera, a veces algunas cosas se proyectan como el fin del mundo. Entonces, con ese disparador nace la idea de un personaje escapando, como podría decirse, del cambio. De todo lo nuevo que se viene, el nuevo mundo que viene, y tratando de volver o recuperar lo viejo y no aferrarse a eso. Ahí vi que se dispara una especie de película de terror. Terror al cambio, básicamente. Termina siendo como que el Apocalipsis es en verdad toda una proyección de esta idea. Se construye el trasfondo en base a este concepto.
T: ¿Qué referencias estéticas usaste como inspiración?
MR: En lo estético, siendo de mi generación uso mucho como referencia películas de los 80: "Alien", por ejemplo. Esos climas y esa estética me funciona mucho, es una referencia y una inspiración bastante importante. Es un estilo con el cual me conecto. También voy cambiando: el día de mañana no sé qué películas voy a hacer porque me gustan varias cosas, no específicamente esto, pero me venía bien ahora en esta etapa. Una de las inspiraciones más importantes relacionadas a lo argentino es "El Eternauta", pero también "Stalker" de Tarkovski, aunque está más inspirado en el cuento original en el que se basa, "Roadside Picnic". La propuesta tiene lo suyo estéticamente y se podría decir que es rara.
T: Además de "Alien", cómo te inspiraste para diseñar los monstruos de la película?
MR: Un poco de esa cosa de las pesadillas. Lo hablaba con el chico que hacía los efectos especiales para hablar del diseño. Estaba la idea de que parezcan criaturas que están en una pesadilla pero, a la vez, que te dé una sensación de que, en verdad, es un animal más. Cuando empezás a entender un poco más el contexto de todo, simplemente es un animal más que vino. Jugar con el choque de verlo en su primera presencia y el terror de lo que te encontrás, pero a la vez después hacerse amigo de eso.
T: ¿Cómo fue el proceso de composición de la banda, que aporta mucho al clima y la atmósfera?
MR: Fue una un diálogo bastante largo con el compositor. Principalmente, lo que buscaba era una película que acompañe más en todo lo atmosférico. Que no sea súper invasiva, pero cuando tenía que estar, debía tomar el protagonismo. Entonces tiene momentos que se resaltan bastante. Se fue trabajando un poco con algo climático, más con sintetizador, meterle aire al sonido para acompañar. Redujimos bastante las percusiones. Tenía que sonar como parte del clima de la película, que tiene además el sonido de la lluvia constantemente, que para construir la atmósfera a la hora de hacer la mezcla de sonido era completamente inamovible.
T: ¿Cómo se consiguieron las locaciones, tan centrales?
MR: Eso fue una de las ventajas: las tenían a todas disponibles por una cuestión de que son espacios vacíos que eran locales viejos en Martínez que venían de mi familia, que tenía negocios y habían cerrado en la pandemia. Y no se volvió a restaurar ni reestablecer. entonces quedó ahí y aprovechamos el espacio para para mentir un montón de lugares y recovecos que parecían callejones de una ciudad abandonada en el Apocalipsis.
Con información de Télam