(Por Martín Olavarría) La biopic "King Richard", que narra el ascenso de Venus Williams al circuito profesional de tenis, se centra en el padre de las hermanas que superaron todos los récords deportivos, interpretado por Will Smith, en un relato con foco en la épica de una familia negra de bajos recursos en Estados Unidos haciéndose camino por primera vez en un ambiente elitista dominado por blancos.
La historia sigue la infancia de las cinco hermanas Williams hasta su temprana adolescencia, con más protagonismo de Venus -encarnada por Sniyya Sidney- y el poco ortodoxo señor Williams, quien, empeñado en que las cosas fueran únicamente a su manera, prefirió arriesgar en varios momentos el éxito deportivo de sus hijas si no se producía de la manera que había diagramado en su plan de 85 páginas.
Will Smith -también productor de la cinta- aportó gran carisma a la interpretación del padre de las Williams, representado como un progenitor avasallante pero amoroso capaz de hacer cualquier cosa por el bienestar de sus cinco pequeñas hijas en una Los Ángeles con grandes obstáculos para sus esfuerzos proactivos y emprendedores.
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El conflicto central radica en la desconfianza de Richard Williams hacia los blancos y la responsabilidad histórica que percibe ante el presentimiento de que sus dos hijas tenistas serán simbólicamente representantes de la Estados Unidos negra.
"Tú serás cada niña negra", le dice, entre lágrimas, Will Smith a Sniyya Sidney en la escena más conmovedora de la cinta y que resume el espíritu de todo el largometraje, previo a que Richard logre dar el paso más difícil de permitirle a Venus participar finalmente de las competencias profesionales.
El problema que Richard anticipaba era que su hija corriera la suerte de otras tenistas estrella adolescentes de los 90, que superadas por la fama, popularidad y lujos se vieron envueltas en escándalos altamente mediáticos por consumo de drogas y problemas con la ley, algo que buscaba evitar especialmente por el estigma que la comunidad negra en Estados Unidos tiene relativo a esas problemáticas.
Secundariamente a que no se marearan con la fama, el objetivo último de Richard, su obsesión, era que sus hijas representaran a la comunidad negra de Estados Unidos de una manera ejemplar y por eso retrasó algunos años la incursión de Venus en las competencias para que continuara sus estudios, aprendiera idiomas y se diferenciara positivamente del resto.
La conciencia del protagonista sobre la realidad de que sus hijas, por ser negras y de un barrio pobre, serían unas outsiders en el afluente círculo tenístico, exclusivamente blanco por tradición, hace que su aversión hacia los integrantes de ese ambiente se dispare en muchos momentos del filme, que, sin bajar línea con el tema racial, es descriptivo del clima de época.
Aun así, con el tiempo y ante la comprensión de que no podría entrenar profesionalmente a Venus, Richard aprende a aceptar a algunos de sus aliados blancos, como los entrenadores estrella Paul Cohen y Rick Macci.
Una de las referencias culturales casi obligadas a las que remitió la narración para enfatizar el clima racial de la época en Los Ángeles fue la inclusión, a través del televisor de la familia Williams, del infame video de la golpiza a Rodney King, un joven negro que fue salvajemente agredido por cuatro policías blancos en la calle y que desató los recordados disturbios de 1992 en esa ciudad durante una semana.
La película también exhibe, en forma secundaria y paralela, los comienzos de Serena Williams (interpretada por Demi Singleton), quien queda relegada ante el éxito emergente de su hermana mayor pero que, en los sobreimpresos que narran los acontecimientos posteriores, es revindicada con la mención de que superó a Venus y es considerada la mejor del tenis femenino de todos los tiempos.
La amorosa madre de la familia, compuesta por Aunjanue Ellis, es quien se encarga de seguir entrenando a Serena cuando todo el foco estaba puesto en Richard encargándose de Venus, y es también la que modera, muchas veces sin éxito, los modos tercos de su esposo.
El director Reinaldo Marcus Green -que anteriormente realizó "Monsters and Men" (2018) y "Joe Bell" (2020)- contó en una conferencia de prensa internacional, a la que accedió Télam, que "estuvo una vez en toda su vida dentro de una cancha de tenis, pero rodando la película quiso hacer un filme que pudiera ver su madre, siendo que ella nunca vio un partido".
"King Richard" es una gran película que toca sin ponzoña temas espinosos del pasado, pero con relevancia actual, y su fuerte es la sensibilidad no sensiblera de su approach, lo que seguramente la posicione bien en los próximos Oscar en los rubros principales.
Con información de Télam
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