El músico y compositor argentino Enrique Maciel, fallecido hace hoy 60 años, el 24 de enero de 1962, era de origen afrodescendiente, aunque en su época y sin que nadie se ofendiera se lo llamaba "el Negro", y pocos se acordarían de él si no hubiese compuesto esa cúspide titulada "La pulpera de Santa Lucía", con letra de Héctor Pedro Blomberg, que en la voz de Ignacio Corsini es una de las glorias de la música argentina.
Fueron muchos los títulos que compuso con Blomberg para la garganta de Corsini -al que conoció en 1925 a través del pianista Carlos Vicente Geroni Flores-, que el cantor nacido en Sicilia y que en la vida diaria hablaba en "cocoliche" llenó de magia y de una inefable melancolía mediterránea.
Allí están "La viajera perdida", "La que murió en París" y su ciclo de inspiración mitrista -"Tirana unitaria", "China de la mazorca", "La mazorquera de Montserrat", "La guitarrera de San Nicolás"- en una época de educación tradiciional, el crecimiento de la radio y el destino de la canción criolla, el vals criollo y otros ritmos vinculados a lo rural que enfilaban directamente al tango.
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Maciel hizo sus primeros estudios musicales en una escuela religiosa en Buenos Aires y los continuó incluso después de su primera actuación en 1915; integró pequeños grupos musicales que actuaban en casas de baile -algunas de dudosa moral- y en recorridas por las provincias, aunque su primer tango, "Presentación", permanece inédito.
En 1920, en Bragado, había conocido al poeta y periodista Enrique Pedro Maroni, con el que escribió en colaboración el tango "La tipa", que Rosita Quiroga llegó a grabar tres años más tarde. Un año después se convirtió en guitarrista del sello RCA Victor, donde acompañó al dúo chileno Glos-Balmaceda.
Allí conoció al "Indio" José María Aguilar, con quien realizó grabaciones en dúo de guitarra, y acompañó a los artistas de ese sello. El hecho de que Maciel también fuera intérprete de piano le valió la triplicación de los bajos salarios que ofrecía la grabadora. En el tango "Duelo" de los hermanos Osvaldo y Emilio Fresedo acompañó a Quiroga en armonio.
Según el sitio Todotango, en 1932 se produce un hecho llamativo: Corsini graba con letra del autor José Lojo el vals "El payador de San Telmo", que es claramente una continuación de "La pulpera de Santa Lucía", por lo que la relación se tensa.
Pero la feliz combinación Blomberg-Maciel-Corsini continúa tras el incidente: el cantor graba ese mismo año el vals "La bordadora de San Telmo", de Blomberg, Maciel y Viale, y días después la hermosa "Los jazmines de San Ignacio".
Blomberg jamás había autorizado una continuación de su obra y edita en 1938 una serie de novelas cortas para contar la "verdadera historia" de la famosa pulpera rubia y de ojos celestes, a quien por fin le da nombre y apellido: resulta ser Dionisia Miranda, hija del sargento Juan de Dios Miranda, muerto en las guerras de Oribe y cuyo negocio -según contaba el humorista Caloi- estaba ubicado sobre la actual calle Martín García, al borde del Parque Lezama.
Fuera de las actividades de sus antiguos socios, Maciel formó una orquesta típica con la que llegó a actuar en radio pero no grabó discos, hasta que en los años 50, agobiado por el olvido y sin poder crear nuevos éxitos, decidió acogerse a la jubilación.
El director Daniel Tinayre utilizó algunos de sus temas musicales en "Bajo la Santa Federación" (1934).
Con información de Télam
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