(Por Tomás Eliaschev).- De visita en el país donde participó en el Stop Motion Our Fest (SMOF), la directora polaca Magdalena Osinka, que trabaja en el mítico estudio británico Aardman y dirigió Soy tu madre, uno de los episodios del volumen 2 de la serie Star Wars visions, considera que la animación es una sorprendente forma de arte.
Es fantástico lo que un director tan reconocido como Guillermo del Toro hace por la animación y lo que dijo sobre que es una forma artística de contar historias, resalta Osinka durante una entrevista con Télam.
La realizadora de 40 años que logró entrar a Aardman (mundialmente conocido por sus animaciones fotograma a fotograma hechas con arcilla o plastilina) desde donde logró ganar varios premios por sus distintas creaciones, entre ellas varias publicidades, con personajes inolvidables como Wallace y Gromit, agrega: pienso que la animación para chicos es muy importante, deberíamos hacerlo aún mejor porque a veces lo decepcionante es que las películas para chicos son tratadas como poco importantes.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
En su camino, fue la encargada de sellar un encuentro entre este sutil y divertido estilo de animar con un universo que no para de expandirse, el de "La Guerra de las Galaxias", al ser la directora de Soy tu madre, uno de los episodios del volumen 2 de Star Wars visions, serie disponible en la plataforma Disney Plus.
En el capítulo estrenado el 4 de mayo, combinó stop motion con animación generada por computadora en un capítulo protagonizado por la joven estudiante de la academia de pilotos, Anni, y su madre Kalina, que se ven involucradas en una carrera de familias.
De visita por el país -en donde dio una clase magistral en la 6ta edición del Stop Motion Our Fest (SMOF) que finalizó el lunes en Buenos Aires - Osinska conversó con Télam sobre la importancia de la animación y sobre su trabajo.
Télam: ¿Qué te pareció lo que pudiste ver en el festival hasta ahora?
Magdalena Osinka: No hay tantos festivales solo de stop motion en Europa y mirando la selección internacional y nacional hubo un muy buen nivel porque se hace un montón de animación stop motion de diverso tipo y calidad. Me llamó la atención la película basada en la experiencia de las mujeres indígenas (se refiere a T´tipaqkuna kullakitas, la experiencia de cine comunitario dirigido por la argentina Sofía Quiros y el chileno Daniel Canto que abrió el Festival).
T: ¿Cómo te volcaste a la animación y al stop motion puntualmente?
MO: Para empezar, siempre me gustó la escultura. Cuando iba a la Escuela de Arte en Varsovia, entre los 14 y los 19 años, ya me encantaba la escultura y pintar. En mi último año creo que me excedí pintando y esculpiendo de más, porque siempre me imaginé que iba a ir a una academia de arte, quería ser escultora y pintora. A la vez, crecí con las historias de mi padre y de mi abuela. A los dos les encantaba contar historias de sus vidas. Mi padre, sobre el comunismo y sobre dónde creció. Mi abuela, sobre la Segunda Guerra Mundial y su experiencia. Siempre me gustaron las historias.
T: ¿Las historias realistas?
MO: Sí, pero también a veces de fantasías. Mi padre tenía esa cosa de que me leía de chica un montón de libros historias de brujas y de miedo. Recuerdo que me asustaba y seguía leyendo. (Se ríe). Volviendo al último año de la escuela de arte, recuerdo que había hecho tanto de eso, me excedí, quería algo más, quería desafiarme más a mí misma. Decidí que la animación era un medio perfecto para combinar el hecho de contar historias con hacer arte. Mi primera película, El armario de Zbigniev, que es la que hice cuando era estudiante con una cámara de 35 milímetros, intenté combinar escultura con arcilla con los fondos pintados. Sentí que podía contar historias y hacer mis disciplinas artísticas favoritas.
T: ¿Y qué recordás de tus primeros acercamientos a la animación, siendo una niña?
MO: Tenemos un montón de stop motion en Polonia, mayormente del estudio Se-Ma-For, como Los Moomin, una idea finlandesa hecha en Polonia o el osito Miś Uszatek.
T: ¿La animación de occidente cuándo te llegó?
MO: Cuando tenía 10 o 11 años, bastante tarde. Tenía un VHS de Hanna Barbera que veía una y otra vez, donde aparecían Los Picapiedras, Los Supersónicos y Scooby Doo.
T: ¿Y cuándo descubriste Aardman?
MO: Bastante tarde, cuando tenía 19, 20 años vi Wallace y Gromit. Recuerdo verlo obsesivamente cuando empecé a estudiar en la Escuela de Cine de Lodz, en Polonia. Recuerdo mirarlo, también Purple and brown, con su timing perfecto y humor ridículo. Me encanta esa simplicidad. Y Pollitos en fuga. Los veía y paraba todo el tiempo para analizar cómo habían hecho los fondos, la animación. Lo amé. Entonces seguí andando y me fui a estudiar a la National Film and Television School de Londres. En la graduación conocí a David Sproxton, cofundador de Aardman, que le gustó mi filme El armario de Zbigniev, que era bastante oscuro y un año después de graduarme empecé a trabajar en Aardman.
T: ¿Cómo nació Soy tu madre?
MO: Cuando me enteré que Lucasfilm (el estudio creado por George Lucas, director de La Guerra de las Galaxias) querían hacer un capítulo Star wars se encuentra con Aardman, tenía un par de días para crear algo. Sólo conocía la línea de yo soy tu padre, fue lo primero que me vino a la cabeza. Soy mamá ahora, tengo un hijo de seis años, me comparo con mi mamá, que hizo un sorprendente trabajo al criarme. Estoy segura que mi hijo va a estar avergonzado en un punto, es dulce pero ya me corrige el acento, porque tengo un acento muy fuerte, me dice oh mamá así no se dice en ingles
T: ¿Qué tal la repercusión?
MO: Fue sorprendente. La primera proyección fue en la Star Wars Celebration, que se hizo en Londres. Hicieron un panel de discusión donde conocí por primera vez a todos los demás directores y no sabíamos demasiado de lo que estaban haciendo los otros. La gente de Lucasfilm decidió sólo proyectar el mío después del panel. Había unos 2.500 fanáticos. Fue increíble verlo con ellos y sentir sus exclamaciones, sus risas. Lo sentí en mis huesos. Fue muy emocionante, nunca experimenté algo así. La producción puede ser dura pero esto hace que se justifique. Sabía que mucha gente lo iba a disfrutar, es lo que quiero para mis obras, que la gente las vea. Pero también a la vez, la presión era muy grande. Me preguntaba si les gustaría. Por suerte fue muy bien recibida.
T: ¿Tuviste alguna exigencia a la hora de crear tu episodio?
MO: No usar las espadas láser, alguien lo dijo. No sé si de Aardman o Lucasfilm. Es en lo primero que pensás cuando se habla de Star Wars, queres hacer algo con eso. Fue una buena limitación, pero luego no hubo hacé esto o lo otro.
Con información de Télam