"Vigía Planetario" o el desafío de hacer animación en Argentina sobre temas argentinos

14 de octubre, 2022 | 17.29

(Por Tomás Eliaschev) El animador y director Daniel Duche acaba de presentar una serie realizada íntegramente en animación tradicional junto a la Revista Fierro, titulada "Vigía Planetario", que introduce a un superhéroe volador argentino que, entre mate y mate, defiende a los pueblos de la galaxia y enfrenta a quienes considera como villanos, ya sean "gorilas", "buitres" o una "fuerza militar imperial".

La creación de este artista de 42 años, que se puede ver en el canal de YouTube de su productora Puño Robot, cuenta con un arma secreta: los dedos en "v", desde los que dispara rayos láser.

Uno de los principales problemas a los que tiene que enfrentarse este personaje -y todas las creaciones locales- es la falta de estructura en la industria de la animación argentina. Pero ni Duche, con su productora Puño Robot ni el "Vigía Planetario" se rinden: ya está en preparación la segunda temporada de la serie, para la que el creativo pide el apoyo de la comunidad, apostando por el financiamiento colectivo a través de la aplicación "cafecito" (https://cafecito.app/danielduche).

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"Quiero demostrar que se puede hacer algo, una producción, una serie teniendo en cuenta los recursos de nuestro país. Trabajé en muchas películas en donde el modelo era hacer algo a lo Disney. Pero no tenés la economía, la estructura. Pero sí se pueden hacer buenas producciones", planteó el director.

"Al Vigía Planetario lo hice pensando en un Fantasma del espacio o un Birdman, un tipo que está en un lugar, medio bombero, le llega un alerta, va y resuelve un problema y vuelve. Pero sucede acá. El chabón está en un rancho, tiene una nave que es tipo un Pulqui. No tiene un sistema de alerta, se entera mirando Crónica. Como hacemos nosotros. Cuando ves cualquier problema, ponés Crónica, ahí el problema es peor, la apuesta es doble", contó Duche, que recibió a Télam en su estudio, ubicado en el living del departamento donde vive, en el barrio porteño de Villa Urquiza.

"Empecé a dibujar de chico. El tema es no dejar de dibujar. Todos los chicos dibujan. Pero luego pasa algo y dejan de hacerlo. Yo nunca dejé de dibujar. Eso llevó a que me apasione por los cómics y los dibujos animados", contó el realizador, que recuerda cómo lo influyeron cómics como Asterix, Lucky Luke o artistas nacionales como Alberto Breccia, Enrique Breccia, Carlos Meglia o Eduardo Risso.

Rodeado de libros de cómics, figuritas y juguetes, Duche contó cómo nació esta propuesta.

Télam: ¿Qué recordás de tus primeras creaciones?

Daniel Duche: Me acuerdo de hacer narraciones en la escuela; era la excusa para hacer el dibujo y yo hacía un robot o algo. Me preocupaba más el dibujo que la historia. Hoy me pasa lo mismo (risas). De muy chico había hecho una tira para un diario barrial pero sin haber estudiado dibujo ni nada. A los 13 más o menos empecé a aprender dibujo con un profesor, más allá de lo que te enseñaban en el cole que era muy poco. Y ahí se armó un grupo. Más de adolescente, a los 17, fui a estudiar animación a un taller, el de Claudio Briasco.

T: ¿Cuál fue tu primer trabajo en animación?

DD: A los 19, 20 años entré a mi primer trabajo en animación, en "Mercano el Marciano", la peli de Ayar Blasco y Juan Antín. Es una película que quedó medio en el under pero que tuvo mucha repercusión, tuvo un impacto bastante grande para los recursos que tenía. Entré asistiendo y terminé animando algunas cosas.

T: ¿Cómo fue tu inserción en la industria?

DD: Después de ahí pasé a un estudio que trabajaba mucho para Disney y para Cartoon Network, de los típicos estudios que tercerizan. Entré asistiendo, eventualmente animé y luego dirigí animación. Sobre todo en publicidades. Entre 2002 y 2010 todas las publicidades de Cartoon Network Latinoamérica se hacían acá. Tenía que mezclar muchos personajes. Eran especiales para fin de año, Navidad, cualquier festividad. Estaba bueno, tenía que adaptarme a todos los estilos. Ahí también laburábamos mucho para películas, como "La película de los huevos" o la de Lucky Luke.

T: ¿Cómo empezaste a hacer tus propios cortos?

DD: Empecé a participar en cortos y en un momento determinado me puse a hacer mis propios cortos. Cuando comencé, era todo analógico, era tablero y dibujar a papel. Cuando se pasó a lo digital ahí se comprimieron o flexibilizaron varias tareas. Me di cuenta de que podía hacer entero un corto yo solo y podía contar la historia que quería contar. Empecé a mandar y participar en festivales, es un mundo paralelo y distinto a lo comercial. Mientras, trabajaba en Disney y Cartoon Network y en paralelo iba a festivales de corte independiente. Son dos mundos distintos. Por ese lado me empezaron a llegar nuevas propuestas.

T: ¿En qué situación creés que está la industria de la animación?

DD: Yo trabajo con el sindicato, soy delegado de la rama animación de SICA-ATMA (Sindicato de la Industria Cinematográfica de la Argentina - Animación Publicidad y Medios Audiovisuales). El sindicato está concentrado en el desarrollo de la industria, le interesa ir para ese lado. Actualmente, los festivales de animación terminan siendo endogámicos. Sólo van quienes hayan hecho las cosas y a los que les interesa la animación. Si te subís a un taxi y le decís al taxista que estudiaste animación te va a nombrar a García Ferré. Por eso es necesario un mercado interno. Hablemos de la patria grande, pensemos en trabajar con Paraguay o con Brasil, que tiene muchísimo público.

T: ¿Cómo es la situación de los trabajadores?

DD: Desgraciadamente es muy normal que los estudios agarren gente ad honorem, son prácticas que no están buenas. Hoy en día está muy hostil el ambiente del mercado de la animación. Cada uno labura en su casa, no se hacen contratos. Lo que corresponde legalmente es que te hagan un contrato temporal. Con suerte, lo que te suelen pedir es que factures, cuando no se trabaja directamente de forma completamente irregular. Te dan la plata en mano. Eso no solo es muy desordenado, desprolijo, sino que aparte te rompes una pata y no tenés ART. Son derechos básicos que no se cumplen.

Esto nos perjudica a nivel industrial a la hora de hacer un reclamo. Hoy no hay una cámara de productores de animación. No existimos, está todo en negro. Y es una cantidad enorme la que se produce de animación. La producción de animación en 2D y 3D durante la pandemia fue gigantesca. Todo eso no existió para el Estado. Y a la hora de decir que necesitamos fondos para el fomento de nuestra actividad, no tenemos cómo respaldarlo. El reclamo viene más del lado de las organizaciones de trabajadores o del sindicato, como una cuestión gremial, que de la parte empresarial.

T: ¿Cómo pensaste "Vigía Planetario" en ese contexto?

DD: Va por ese lado, de generar algo para el mercado interno. El año pasado hice "Furia estival" y se lo mandé a Lautaro Ortiz, el actual director de la Revista Fierro, que es una revista que leía mi viejo. Me contactó para saber si se podía hacer algo. Ellos consiguieron financiación de la Ciudad de Buenos Aires, a través de un mecenazgo, y me lo pagaron. Fue algo simbólico, un cuarto se fue en la música y el resto lo invertí como productor. Me autoexploté, fue un desafío, era mucha cantidad de producción en poco tiempo. Produje un minuto por mes, es un promedio alto para una sola persona, no paré de trabajar. La característica técnica del "Vigía…" es que lo pensé para poder hacerlo en poco tiempo.

T: ¿Es un superhéroe con conciencia política?

DD: Tiene cierta conciencia social. Eso sí, en ese universo "FMI" se le llama a otra cosa. Es la "fuerza militar imperial". Esos son los chistes, la parte de hacerlo divertido. Hubo gente que se ofendió, se enojaron algunos. La mayoría son repercusiones buenas. ¿A quién le cae bien un gorila? A nadie, ni siquiera es lindo serlo. ¿Quién quiere a los fondos buitres? ¿Los vas a defender de verdad? No da. Entonces apelo a eso, esos enemigos en realidad son de todos. La serie tiene ese carácter universal por no tener idioma, puede ser que necesites saber español para terminar de entender los remates, cuentan mucho en Crónica lo que sucedió. Pero si no lo entendés igual se entiende por sí solo. Hay chicos que les gusta, me pueden acusar de panfletario, no sé si es tan así.

Con información de Télam