Hace 40 años fallecía en Los Ángeles el actor estadounidense Henry Fonda, quien trabajó con grandes directores del cine mundial como John Ford, Alfred Hitchcock y Fritz Lang, pero debió esperar casi medio siglo para recibir su mayor reconocimiento cinematográfico, el Oscar al mejor papel protagónico, poco antes de morir.
Fonda, quien había sido candidato al Oscar en 1940 por su papel protagónico en "Viñas de ira", de Ford, murió de un paro cardíaco el 12 de agosto de 1982 a los 77 años de edad, algunos meses después de recibir el Oscar por el drama familiar "En la laguna dorada", de Mark Rydell, donde había sido acompañado por Katharine Hepburn y su propia hija Jane Fonda.
Por paradoja, tras participar en más de 80 títulos durante medio siglo ante las cámaras, finalmente obtuvo en 1981 su ansiado trofeo de la Academia de Hollywood junto a un Oscar honorífico por su trayectoria, que la entidad consideró apropiado otorgar "al consumado actor, en reconocimiento a sus brillantes logros y perdurable contribución al arte de las películas".
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Aquel hijo de un impresor y tipógrafo había nacido el 16 de mayor de 1905 en Grand Island, Nebraska, en el Medio Oeste de Estados Unidos, y estudió periodismo, para luego realizar trabajos circunstanciales y descubrir su amor por la actuación, al desempeñarse como asistente técnico en un teatro de una pequeña ciudad.
Tras su primer éxito en Broadway en la obra "El granjero se quiere casar contigo" (1935), Hollywood reparó en aquel actor de verdadera apostura y ojos atentos de color azul profundo.
Fonda apareció en las pantallas argentinas en "Doble conquista", de Victor Fleming, tras lo cual lo hizo en la comedia "Canción de amor", de John Cromwell, junto a la soprano Lily Pons, "A través de la tormenta, de Henry King (las tres de 1935), y "Herencia de muerte" (1936), de Henry Hathaway, tercero en el reparto detrás de Sylvia Sidney y Fred MacMurray, primera película que utilizaba en exteriores el nuevo sistema Technicolor de tres negativos.
También en 1936 rodó ya como protagonista "Juventud dorada", de Raoul Walsh, seguida de "Solo vivimos una vez", de Fritz Lang, otra vez con Sydney y con el que filmó de nuevo en "La venganza de Frank James" (1940), con Gene Tierney, "Cenizas del ayer" (1937), de Edmund Goulding, con Bette Davies; "Jezabel, la tempestuosa" (1938), de Willam Wyler, también con Davies; y "Bloqueo" (1938), de William Dieterle, con Madeleine Carroll y Leo Carrillo, futuro intérprete del Cisco Kid.
También apareció en "Lobos del norte" (1938), de Hathaway, con George Raft y Dorothy Lamour; y "El club de las millonarias" (1938), de Leigh Jason, con Barbara Stanwyck; y "Tierra de audaces" (1939), con Tyrone Power; hasta su encuentro con John Ford, quien lo dirigió en "El joven Lincoln" y "Al redoblar de tambores" (ambas de 1939), con Claudette Colbert, "Viñas de ira" (1940), con Jane Darwell y John Carradine; "Pasión de los fuertes" (1946), con Linda Darnell y Victor Mature; "El fugitivo" (1947), con Dolores del Río; "Sangre de héroes" (1948), con John Wayne y Shirley Temple; "Mister Roberts" (1955), con James Cagney; y un episodio de "La conquista del Oeste" (1962).
Asimismo actuó a las órdenes de Irving Cummings, Preston Sturges, John Brahm, Wesley Ruggles, Walter Lang, Julien Duvivier, John M. Stahl, William Wellman, Otto Preminger, Anatole Litvak, King Vidor, Sidney Lumet, Alfred Hitchcock ("El hombre equivocado", 1956), Anthony Mann, Edward Dmytryk, Nunnally Johnson, Ken Annakin, Delmer Daves y Franklin J Schaffner, entre otros.
Tan solo en 1968 Fonda se dejó convencer por Sergio Leone para cambiar su tradicional noble imagen por la de un canalla: en el "spaghetti western" del director italiano "Érase una vez en el Oeste" causó sensación al interpretar a un héroe del revólver de sangre fría, junto a Charles Bronson, Jason Robards y una impactante Claudia Cardinale.
La fama de ser también frío e inalcanzable en su vida privada le duró varios años a ese hombre que se casó cinco veces y así fue como muchos se asombraron de que el mismo día en que su segunda mujer se suicidó, Fonda subiera por la noche al escenario. La muerte de dicha esposa, Frances Seymour Brokaw, en 1950, ensombreció la relación con sus hijos Peter (1940-2019) y Jane (1937), quienes luego tuvieron sus carreras en Hollywood.
Con información de Télam