El reconocido productor marplatense Pablo Baldini (62) se recuperó de las lesiones sufridas al ser agredido por el empleado de un bar de la zona comercial de Güemes, en esa ciudad balnearia, y recibió el alta médica tras haber permanecido casi un mes internado.
“A un mes de lo sucedido en un local gastronómico de Mar del Plata, queremos informar que la salud de Pablo Baldini evoluciona de manera favorable”, explicaron desde la productora NA en un comunicado.
En el parte emitido indicaron que “a 26 días de haber sido internado por un golpe que lo llevó a ser intervenido de urgencia y pasar días en terapia intensiva, el fin de semana recibió el alta y hoy podemos decir que su evolución es buena”.
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Además, manifestaron que “recibió cada uno de los mensajes que transmitieron y agradece a todos los que se preocuparon por él. Ahora comienza un proceso de recuperación cerca de su familia para poder retomar sus actividades de siempre”.
En cuanto a la causa y la investigación, se conoció la resolución de la Justicia de Garantías, que ratificó al primo de Baldini, Alejandro, como su abogado.
Dicha decisión se confirmó y no dio lugar a la solicitud del letrado del agresor, Martín Bernat, quien había presentado un recurso explicando que el abogado del productor no podía ser testigo y representante a la vez.
El incidente se produjo durante la madrugada del sábado 2 de septiembre en el bar ubicado en Alvarado, casi Güemes, cuando Baldini, su primo Alejandro y un amigo estaban en el lugar e intentaron acceder al patio. En ese momento, hubo una discusión entre ellos y “Junior el cubano”.
Como consecuencia del entredicho, Baldini fue golpeado y cayó al piso, lo que le provocó un traumatismo de cráneo por el que debió ser operado en una clínica de la ciudad y permaneció internado hasta este lunes.
Por el hecho se inició una causa judicial a cargo del fiscal Alejandro Pellegrinelli. El acusado se presentó voluntariamente en Tribunales e informó, a través de su abogado, que no era “patovica” y que había reaccionado a un acto de “xenofobia y racismo”.
Mientras que desde la otra parte argumentaron que “esta persona que trabaja en seguridad está preparada para matar de un golpe. Por eso se trabaja mucho en el adiestramiento físico y mental, para que puedan contener situaciones extremas en boliches. Pero acá éramos tres hombres de 60 años que queríamos saludar a un DJ en un restaurante”.
Con información de Télam
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