(Por Pedro Fernández M., enviado especial):- Una película sobre la materialidad cotidiana del trabajo artístico de una escultora dirigida por la realizadora Kelly Reichardt, un bello filme sobre una amistad adolescente con un suceso trágico en medio del belga Lukas Dhont y una larga épica de una madre con sus dos hijos que llegan desde Costa de Marfil a París en 1989 fueron las últimas películas que cerraron hoy la competencia del Festival de Cannes, que mañana entrega su Palma de Oro.
Mientras se asiste a las últimas galas, queda apenas la de cierre que se desarrollará mañana a las 20 hora francesa y en la que se conocerán los ganadores elegidos por un jurado presidido por el actor francés Vincent Lindon.
Cuando el Marche du Film, mercado de cine paralelo al certamen, ya cerró sus puertas y se despidió hasta 2023, se asiste a los últimos momentos de la edición 75 de Cannes, que con altas y bajas volvió a estar a la altura de sus pergaminos y recuperó la normalidad absoluta después de dos años irregulares por la pandemia.
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En las sesiones de prensa de hoy se vio "Show Up",la película de Reichardt, el nombre máximo del cine independiente estadounidense, que realiza filmes con producciones que en algunos casos no superan el millón y medio de dólares pero que, por su talento y el respeto que despierta, convoca a algunos de los actores más requeridos por la industria como MIchelle Williams (su actriz fetiche con cuatro colaboraciones), Kristen Stewart, Jesse Eisenberg, Peter Saasgard, Dakota Fleming y Laura Dern, entre otros.
Otra vez con Williams como protagonista, en un personaje casi irreconocible pero de altísima performance y que le podría abrir algún premio por interpretación, la película transita los días previos a la apertura de una exposición de una escultora independiente pero no desde la reflexión metafísica o artística sino desde la pura materialidad de los enredos cotidianos.
Una casa alquilada sin agua para ducharse, una paloma herida de la vecina y arrendadora de la casa (también artista) que debe llevar a la veterinaria, una hermano con graves disturbios, al que la madre califica de "genio" y que empieza a oír voces, una de las esculturas que sale quemada del horno, dos padres presentes y difíciles de soportar por motivos distintos aunque no graves, son el planeta de los dos o tres días previos a la apertura de la muestra.
En medio su asistencia a una escuela de arte donde trabaja y su propia labor artística para cerrar la exposición sobre unas delicadas esculturas en cerámica de hombres y mujeres en distintas posiciones montadas sobre una base de madera y sostenidas por un hierro vertical en la que se insertan.
Para componer el personaje de Lizzy, ligeramente depresivo, Michelle Williams trabajó un tiempo con la escultora Cynthia Lahti, para conocer el entorno concreto de la artista, y en el filme se utilizaron sus bellísimas esculturas.
Realizadora de joyas como "Old Boy", "Night Moves" y "Certain Women", Reichardt había estado en Cannes con "Wendy and Lucy" -también interpretada por Williams- pero en Un Certain Regard y esta es la primera vez que compite por la Palma.
Segunda película del día fue "Closer", de Dhont, que se dio a conocer en 2018 en Cannes con "Girl" en un Certain Regard, película sobre una joven trans bailarina y que inicia el proceso para cambiar de sexo, que se llevó los premios Cámara de Oro (para la mejor ópera prima de todo Cannes), premio Fipresci de la crítica internacional, Mejor Actuación y Queer Palm.
En este caso Dhont no desentona con su debut y arma un bellísimo filme sobre la amistad de dos amigos que viven en una ciudad rural de Bélgica y que inician la secundaria pero a los que atraviesa una tragedia luego de que el bullying los distancie.
Dhont tiene una particular manera de filmar, no solo por la belleza de los encuadres sino también porque logra (en los dos filmes) unas cercanías con los personajes que producen una empatía automática con el público, con lo cual sus relatos adquieren rasgos de intimidad subjetiva notables.
En tercer término y cerrando la competencia por la Palma de Oro de esta edición de Cannes se proyectó "Un petite frere", de la francesa Leonor Serraille, que también fue Cámara de Oro, pero en 2017, con su anterior filme "Jeune femme".
En este caso Serraile elige un filme que se prolonga en el tiempo y que relata las vidas y la relación de una madre que llega a Francia desde Costa de Marfil en 1989 hasta la actualidad.
La mujer y los niños no llegan como refugiados ni desplazados sino en búsqueda de una mejor condición de vida y habitan en primer término la casa de unos tíos en París para luego mudar luego a Ruan, en Normandía, e ir construyendo sus vidas, con logros, decepciones y hallazgos.
El filme se relata en tres momentos y desde los tres personajes, el primer capítulo es Rose, sobre la madre, el segundo es el de Ernest, el hermano mayor y el tercero el de Jean, el hermano menor del título.
Con información de Télam