El GNL (gas natural licuado) es un recurso clave de la transición energética en la economía mundial. Se trata del gas que consume la población en su nivel industrializado que sirve para la exportación y traslado.
El GNL es inodoro, incoloro, su densidad (con respecto al agua) es 0,45 y solo se quema si entra en contacto con aire a concentraciones de 5 a 15 %. El gas natural se transporta a través de gasoductos en su estado natural, que es el gaseoso. De esa manera se lleva a cabo también la exportación.
Sin embargo, hay casos en los que no se puede transportar el gas natural en gasoductos debido a las largas distancias. Por ello, se realiza un proceso de enfriamiento para pasar del estado gaseoso al líquido y llevarlo en barcos. Ahí aparece el GNL.
Luego, cuando llega a destino el gas natural licuado, quienes lo reciben realizan el proceso inverso para volver a tener gas natural y distribuirlo en hogares e industrias.
¿Cuál es el proceso? El gas al licuarse mantiene su masa (su peso) y disminuye su volumen 600 veces. Por ejemplo, 1 m³ de GNL es igual a 600 m³ de gas natural. El GNL se obtiene al enfriar el gas natural 162 grados bajo cero.
Así, se facilita el transporte de un continente a otro. Cuando se lleva a cabo este tratamiento, denominado licuefacción, el GNL se transporta entonces a través de barcos.
Cuando el barco de GNL llega a la terminal de regasificación en la zona de mercado, el GNL es bombeado desde la nave hasta los tanques de almacenamiento. Los tanques de GNL son similares a los utilizados en la terminal de licuefacción. Generalmente, la descarga de un buque requiere unas 12 horas.
La licuefacción se realiza en plantas industriales de alta complejidad. Este proceso es clave porque hoy el gas genera menos emisiones de C02 (dióxido de carbono) y garantiza la seguridad energética de las economías nacionales.