Javier Milei, posicionado como el candidato con mayor cantidad de votos para las elecciones presidenciales de octubre, comenzó a explicar cuáles son sus propuestas de reformas en el Estado. Además de reducir a ocho todos los ministerios, afirmó que, si gana las elecciones, cerraría el CONICET. “Que quede en manos del sector privado, que se ganen la plata sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad y precio, como hace la gente de bien”. Lo mismo señaló para el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Si esta declaración televisiva del candidato de La Libertad Avanza se concreta, una empresa de tecnología correría serios riesgos.
Se trata de Y-TEC, que pertenece en un 51% a YPF y 49% al propio CONICET. Es la compañía de investigación y desarrollo tecnológico para la industria energética más importante de la Argentina. Los proyectos que desarrolla Y-TEC son únicos en el país y, en algunos casos, en la región. Entre otras cosas, podría verse amenazados el desarrollo de la naciente industrialización del litio, proyectos innovadores en energías renovables e hidrógeno verde y productos desarrollados para el sector petrolero.
En diálogo con El Destape, el presidente del directorio de Y-TEC, Roberto Salvarezza, destacó que la propuesta para el CONICET de Milei “no sorprende. ¿Qué esperaban de quien se declara admirador de (Margaret) Tatcher y (Domingo) Cavallo? El ex ministro de Economía mandó a lavar los platos a los científicos y el macrismo los tildó de ñoquis y los desfinanció. Tatcher hizo lo mismo con las universidades. Los científicos lo escuchamos sin sorpresa, pero con profunda preocupación”.
Además, indicó que “de concretarse la privatización del CONICET implicaría no sólo un cambio societario, sino también pondría en riesgo la continuidad de los proyectos en desarrollo, como así también la propia estabilidad de los científicos del organismo que trabajan en Y-TEC”. Salvarezza sostuvo que “en la actualidad Y-TEC lleva adelante proyectos de desarrollo de tecnología en todas las áreas de la energía. Desde el petróleo y gas hasta renovables con hidrógeno y litio. En estos proyectos no sólo trabajan tecnólogos de YPF, sino también investigadores, técnicos y becarios del CONICET”.
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Litio
Salvarezza también remarcó que “en el caso del litio, más de una década de investigación básica y una planta piloto en Y-TEC nos permite llegar a una planta de escala industrial para fabricar celdas de ion de litio pronta a inaugurarse. Pero también participamos del estudio de los salares donde el litio y el agua son elementos de enorme valor y que se deben armonizar para lograr una producción sostenible”.
Uno de los desarrollos más destacados de Y-TEC es UNILIB, la primera fábrica de celdas de baterías de litio en Latinoamérica. Este proyecto está impulsado también por la Universidad Nacional de La Plata. Hace poco más de un mes se conoció que Y-TEC le compró carbonato de litio a la empresa Livent, que lleva adelante un proyecto litífero Fénix en la provincia de Catamarca. Se prevé que en septiembre Y-TEC produzca las primeras celdas de baterías de ion litio en el país. El proyecto UNILIB lleva doce años de investigación.
La planta que se pondrá en marcha en septiembre tendrá una capacidad de producción anual -medida en energía almacenada- de 15 MWh, equivalente a 2000 baterías para almacenamiento estacionario de energías renovables o unas 300 para vehículos eléctricos. Más allá de la escala, es relevante el desarrollo de este proyecto porque abre la puerta a un sector importante de la cadena de valor del litio y promueve iniciativas similares en el país.
Hidrógeno
Y-TEC es el actor protagónico de un consorcio de empresas públicas y privadas para desarrollar hidrógeno verde en la Argentina. El objetivo es desarrollar la economía del hidrógeno y las energías renovables. Se trata del Consorcio para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno en Argentina (H2ar), una iniciativa también única en la región.
“Avanzamos en proyectos para desarrollar electrolizadores, que permiten la producción de este vector energético, pero también en su almacenamiento, transporte y uso en múltiples aplicaciones”, añadió el titular de la compañía tecnológica y también ex ministro de Ciencia y Tecnología.
Y-TEC lidera el consorcio y promueve la producción de hidrógeno en el país, una energía que el mundo está con proyectos de desarrollo cada vez con más fuerza por su potencialidad y bajas emisiones de carbono. La Argentina tiene condiciones más que favorables para producir y exportar hidrógeno verde a partir de la energía eólica, sobre todo en el centro y sur del país.
En el consorcio H2ar participan entidades públicas y más de 50 empresas privadas. Este año se sumó el Banco Santander, hasta ahora la única entidad financiera en participar de la iniciativa, y en 2022 también se había incorporado al consorcio la petrolera alemana Wintershall Dea, que también participa en proyectos similares en Europa. Además, participan empresas automotrices, movilidad de pesados, maquinaria, generadoras de energía eléctrica, transportadoras y distribuidoras de gas, refinadoras de petróleo y otras ramas industriales y tecnológicas.
Hidrocarburos
Y-TEC brindará servicios de desarrollo Y-CORE para la industria petrolera de Brasil. Se trata del servicio de análisis de coronas para la industria de hidrocarburos no convencionales. Para esto firmó un contrato con ENEVA, empresa de generación de energía del país vecino. El servicio consiste en estudios específicos para evaluar la respuesta de la roca y de los agentes de sostén durante la estimulación hidráulica.
En Bolivia, Y-TEC trabaja junto con YPFB en estudios de caracterización de rocas tanto en reservorios convencionales y no convencionales. También, Y-TEC participará en Bolivia como oferente en licitaciones de estudios para asesoramiento en proyectos de recuperación mejorada de petróleo (EOR) y evaluación de campos, con el objetivo de definir estrategias de estimulación y realce de la producción.
Por último, la compañía de YPF y el CONICET desarrolló un producto basado en nanotecnología de carbono, producido en una planta de óxido de grafeno propia, que “es un desemulsionante con un gran potencial, alcanzando una performance hasta un 40% más eficiente que los comerciales”, según informó la compañía en mayo pasado.