Luiz Inácio Lula Da Silva volvió, por tercera vez, al gobierno de Brasil y se abren nuevas perspectivas para la relación con el principal socio comercial de la Argentina. Entre las posibles medidas que se podrían implementar para profundizar y ampliar el vínculo está la eliminación de barreras de acceso y la necesidad de atender costos logísticos y planificar el desarrollo de industrias complementarias, mejorando cadenas de valor en sectores como el automotriz, naval, calzado, textil, agroindustrial, entre otros.
El presidente Alberto Fernández mantuvo la primera reunión bilateral esta semana y anticipó que su flamante par brasileño estará el próximo 23 de enero en este país, justo en la víspera de la cumbre de la CELAC. Es en ese escenario que se perfilan algunos temas centrales de la agenda compartida.
En primer lugar, el comercio bilateral con Brasil cerrará el 2022 con los mejores resultados de los últimos diez años. En el período enero-noviembre el resultado fue de USD 26.419 millones, lo que implica un crecimiento del +20,7% en relación a 2021, y se ubica muy cerca del pico de USD 28.223 millones de 2014, de acuerdo a datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). Si se mira qué pasó en 2022, las cifras estimadas del Intercambio Comercial Argentino del Indec muestran que, en 11 meses, las exportaciones al país vecino fueron de USD 11.599 millones (+8,5% i.a), siendo Brasil el principal destino de las ventas al exterior con una participación relativa del 14,1% en el total.
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Por su parte, las importaciones se ubicaron en USD 14.931 millones (+32,8% i.a), con una participación relativa del 21,3% en el total, solo detrás de China. Vale agregar que en noviembre de 2022 se revirtió, por primera primera vez en ese año, el saldo negativo de la balanza con Brasil que en dicho mes arrojó un superávit de USD 57 millones, según CAC.
Con estos datos recientes, que se inscriben en una relación comercial histórica entre ambos países, es que el gobierno nacional proyecta una agenda de prioridades que se reordenan a partir del cambio de gestión en el Palacio de Planalto.
Uno de los temas estratégicos tiene que ver con recuperar la construcción de un bloque común. “En los últimos cuatro años se hizo más difícil, pero ahora los dos estamos convencidos de la importancia del vínculo y la necesidad de darle la trascendencia que objetivamente tiene", señaló el presidente Fernández tras la reunión con su par brasileño. Un ejemplo de las discrepancias con el ex mandatario Jair Bolsonaro fueron las críticas locales a la reducción unilateral, por parte de Brasil, del Arancel Externo Común del Mercosur y a la tendencia hacia una apertura indiscriminada que no priorizaba la generación de valor en la región.
En ese sentido la nueva relación que, vale recordar, se da en el momento en que Argentina tiene la Presidencia Pro Témpore del Mercosur, tiene como otro punto de acción impulsar un “acuerdo de integración binacional”, lo que desde la embajada nacional en Brasil consideran como prioritario. El mismo incluye acciones de integración económica, financiera, energética, industrial y minera, y fue anticipado en octubre de 2022 por el embajador Daniel Scioli en la sede del Banco de la Nación Argentina en San Pablo, destacando el objetivo de “generar más exportaciones, trabajo y dólares para el país”. Este último aspecto no es menor si se consideran las dificultades que tuvo Argentina a lo largo del 2022 para la acumulación de divisas en el Banco Central.
Del acuerdo bilateral que se terminaría de delinear en el próximo encuentro de ambos presidentes en Argentina se destacan dos políticas directamente vinculadas con el problema local de reservas.
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Por un lado, en materia de integración energética se firmó en noviembre pasado la continuidad del Memorándum de Intercambio de Energía entre Argentina y Brasil hasta 2025, para energía eléctrica y gas. En ese sentido, la segunda etapa de la obra del gasoducto Néstor Kirchner tendrá financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) por USD 689 millones, lo que permitirá avanzar en la construcción de un nuevo tramo para trasladar el gas de Vaca Muerta al interior del país, así como exportar a la región, según explicó a la prensa la secretaria de Energía, Flavia Royón.
En la misma línea, otro eje que estuvo en la agenda de reunión de mediados de diciembre entre el ministro de Economía, Sergio Massa, y su par brasileño, Fernando Haddad, fue el de la integración financiera que busca reactivar el sistema de moneda local entre ambos países para fortalecer actividades de comercio e inversión a través del uso de las respectivas monedas en los intercambios. Massa declaró luego del encuentro que trabajaron “desde el intercambio de monedas hasta el sueño de una moneda común, que son proyectos que deben ser parte del proceso de integración económica, financiera, de infraestructuras y de desarrollo del Mercosur y la región”.
Para cerrar, un quinto eje de acción tiene que ver con el rol central que se piensa para la industria, en especial las pymes. Según la embajada argentina en Brasil, el 70% del comercio bilateral se compone de bienes industriales, lo que “ratifica el potencial de la integración productiva y el comercio bilateral” y pone en un lugar central “la promoción de las exportaciones argentinas”.
Sobre este punto, desde la Cancillería argentina destacaron también que “Brasil es el principal destino de las pymes argentinas. Cuando una pyme exporta mejora los salarios que paga, internacionaliza sus productos, y su primer destino siempre es Brasil, es el mercado que les da escala”.