Palermo Aike, la hermana menor de Vaca Muerta

La formación, ubicada principalmente bajo jurisdicción de Río Gallegos Se llama Palermo Aike y alberga potenciales reservas de gas y petróleo no convencional.

08 de abril, 2023 | 00.05

En el extremo sur de la Argentina, a más de 3000 metros de profundidad, yace la hermana menor de Vaca Muerta.  La formación, ubicada principalmente bajo jurisdicción de Río Gallegos en la provincia de Santa Cruz pero que se extiende hacia El Calafate y también parte de Tierra del Fuego, se llama Palermo Aike y alberga potenciales reservas de gas y petróleo no convencional. Es la roca madre de la Cuenca Austral.

El Golfo San Jorge, en el norte de la provincia y parte de Chubut, fue el epicentro de la exploración de recursos convencionales durante gran parte de la vida de YPF y las petroleras privadas que pusieron el ojo sobre el subsuelo del país. Pero no menos importante fue el rol de la Cuenca Austral, relegada durante los últimos lustros por el potencial de la cuenca neuquina. Pero el extremo sur del país también cuenta con recursos no convencionales, sumado a dos posibles ventajas comparativas: la cercanía al puerto de Río Gallegos para la evacuación rápida del petróleo y un gasoducto que suele tener capacidad ociosa durante gran parte del año.

Según informaron a El Destape desde el Instituto de Energía de la provincia, que funciona como el ente regulador en temas de hidrocarburos, en no más de un mes se publicarán los pliegos licitatorios para iniciar las primeras etapas exploratorias de crudo no convencional en la región. Y al igual que en Vaca Muerta, la petrolera de bandera YPF vuelve a tomar la delantera.

La formación de Palermo Aike fue explícitamente mencionada por YPF durante un evento realizado en Wall Street a mediados de marzo.

“Estamos trabajando en las iniciativas para la exploración de los recursos no convencionales. El año pasado, sobre un pozo que ya estaba perforado, se realizó un punzado y el resultado fue exitoso. Esto hace suponer que la formación posee todas las potencialidades de Vaca Muerta”, explicaron desde el Instituto de Energía de Santa Cruz.

De acuerdo a los datos preliminares que se manejan en el sector, se trataría de un crudo liviano de entre 37 y 40 grados API (una medida establecida por el American Petroleum Institute), con capacidad de exportación.

"Una ventaja diferencial respecto de Vaca Muerta es que ya existe infraestructura para poder llegar a los puertos de exportación de manera rápida, porque hay capacidad ociosa del sistema de transporte de todo el sur", sostuvo Pablo Iuliano, CEO de YPF, durante el evento realizado en Wall Street.

Esta cuenca representaría entre un 30 y 40 por ciento de lo que es Vaca Muerta. Si la formación no convencional de Neuquén “alberga un potencial de 35 billones de barriles (35.000 millones en el sistema anglosajón)”, según el análisis de Luciano Codeseira, co-director del Instituto de Energía y Docente de la Especialización en Gestión de Petróleo y Gas de la Universidad de La Plata, en la Cuenca Austral serían más de 10.000 millones de barriles.

Historia reciente

La información sobre Palermo Aike no es nueva. YPF le puso el ojo luego de la recuperación del 51 por ciento de las acciones a manos del Estados nacional. Por entonces, el titular de la empresa era Miguel Galuccio. También habían fijado su interés desde los Estados Unidos, a partir de diferentes informes de su área energética, papers que motivaron al ex CEO de la petrolera de bandera a iniciar las investigaciones en las profundidades del territorio.

El documento norteamericano sostenía que la formación en la Cuenca Austral se encaminaba a ser la cuarta reserva de gas no convencional. Ni tanto ni tan poco: Palermo Aike equivale a un poco más de un tercio de Vaca Muerta en término de barriles de petróleo y TCF de gas.

Las empresas YPF y CGC (Eurnekian) fueron las primeras operadoras en explorar esta formación al ser adjudicatarias del área Paso Fuhr, ubicada en el margen oeste de la Cuenca Austral. Esta área, que se encuentra en cercanías de la localidad de El Calafate, a unos 170 kilómetros de la ciudad de Río Gallegos, posee una extensión de aproximadamente 4.670 kilómetros cuadrados, cercana a los yacimientos Campo Boleadoras y María Inés.

Tanto CGC como YPF exploraron la zona a través de distintos procesos sísmicos, una suerte de resonancia magnética que se realiza sobre el subsuelo. Los resultados fueron prometedores.

En términos geológicos, Palermo Aike posee una mayor extensión que Vaca Muerta aunque es menos profunda. Por eso los cálculos oficiales sostienen que su capacidad productiva equivaldría a un tercio o un 40 por ciento de la formación neuquina.

Ventajas

A partir de los pliegos que se están preparando en la provincia, YPF comenzaría su etapa exploratoria en breve. Aunque el camino es largo. Pero ni en la provincia de Santa Cruz ni en la empresa se apuran en determinar la capacidad productiva final de esta Cuenca.

Las ventajas comparativas de contar con un puerto en las cercanías de Río Gallegos, o el gasoducto San Martín, con una capacidad ociosa durante gran parte del año, marcan cierta diferencia con el proceso iniciado en Vaca Muerta. Incluso la concesión para que haya un reservorio subterráneo para almacenar gas, adjudicado a la empresa del grupo Eurnekian.

Para que haya una plena producción de la zona deberán correr varios años aún, aunque el proceso será más acelerado que en Vaca Muerta ya que la curva de aprendizaje adquirido en Neuquén acelerará los tiempos productivos.

Según el presidente de YPF, Pablo González, la capacidad del gasoducto San Martín sería de 12 millones de metros cúbicos diarios. “Falta mucho para una etapa productiva plena, pero antes de exportar también se podría pensar en utilizar el gas para el consumo interno. El gasoducto ya está conectado”, afirmaron desde el Instituto de Energía provincial.

El juego está abierto. Para acomodar las cuentas fiscales con el ingreso de divisas o potenciar proyectos industriales que proporcionen valor agregado en una de las regiones más australes del país, también serviría – y mucho – contar con una mayor producción que permita reemplazar por completo las importaciones energéticas, sumado al muchas veces mencionado anhelo de que la energía sea un insumo difundido para el desarrollo regional.