La crisis económica que atraviesa el país repercute de lleno en una de las principales actividades económicas: el turismo. La incertidumbre derivada de un escenario político incierto hasta el 19 de noviembre, cuando se definió el ballotage en el que se impuso Javier Milei, fue el puntapié para que muchos no optaran, como es habitual, hacer reservas con anticipación. A eso se le suma un contexto de fuerte inflación y muchas dudas en relación al panorama que trazará en el corto plazo el gobierno. En ese marco, Entre Ríos registra un bajo nivel de reservas y se identifica a un consumidor medido, que busca precios, que no se mueve demasiado y que piensa mucho dónde gastar.
"El 29 de diciembre terminamos un relevamiento que dio cuenta de un 40% de ocupación. Desde el 2 el nivel subió al 50%, que es bueno pero que no alcanza. El ideal para este nivel del año es del 85%, casi nunca se alcanza, pero bueno esperamos que se llegue al 75%. Es de ocupación, estimamos que no habrá mucha reserva sino que el turista llegará, cotejará precios, averiguará tarifas y conocerá los servicios antes de tomar una decisión", señaló a El Destape, Juan Acedo, presidente de la Cámara Entrerriana de Turismo (CET). El dirigente agregó: "El visitante busca precios, es el sello distintivo de esta época. Cada uno se adecúa a su bolsillo, está viendo si pasa más tiempo en su complejo, si sale o, si va a fiestas o si opta por excursiones más económicas".
Acedo indicó que el actual escenario "repercute por la incertidumbre". Y ejemplificó: "No es fácil programar una salida dentro de 15 días porque no se sabe lo que va a pasar, quizás se evalúa llegado el momento. Los hoteles de mayor categoría son los que van a marcar la diferencia porque hay un segmento social que no se ve tan afectado. Asimismo, nosotros sobre el gobierno no nos vamos a expedir porque se mezclan a veces apreciaciones personales, pero sí estamos atentos, analizando las decisiones políticas y aconsejando eventualmente a los socios cuando nos consultan algo puntual".
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En el mismo sentido se expresó Marcelo Barsuglia, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Paraná. "Estamos en un contexto de alta incertidumbre, especialmente en relación a los acontecimientos nacionales y las medidas que toma el gobierno. Eso tiene un reflejo luego en el consumo, sumado a los aumentos que han complicado el funcionamiento de la actividad hotelera y gastronómica, así como la turística en general", apuntó en contacto con este medio.
El dirigente resaltó, no obstante, que Paraná nunca tuvo temporada alta en enero y febrero: "Raras veces hemos superado el 50% de ocupación, en este caso la situación es especial por las dudas sobre precios, el dólar, el combustible. Todo repercute en el bolsillo del turista".
Para Barsuglia "hay un sector que no se ve afectado por la crisis, pero la mayoría, la clase media, ha sentido el golpe". En ese contexto, muchos evalúan alternativas para hacer algo, pero gastando poco: "Se busca mucho precio, para economizar las vacaciones o las salidas. Se intenta ir a lugares más cercanos, donde hay opciones y ofertas. También se comparte la comida o se eligen opciones para comer de a dos, para abaratar costos".
Al delicado momento económico que vive el país -y del cual no está exenta la provincia- se le suma el componente natural de la creciente de los ríos, que mantuvo en vilo a muchas ciudades que hacen de la playa su principal fuente de ingresos en el verano. En Paraná, por el momento, no hay ingreso al agua. En otras localidades tampoco. Algunas abrieron su temporada a fines de diciembre, cuando el agua cedió y otras esperan hacerlo pronto.
"Las expectativas son buenas, estamos haciendo lo posible más allá de los problemas económicos o la creciente. Entre Ríos es elegible", apuntó por su lado el secretario de Turismo de Entre Ríos, Jorge Satto. El funcionario, que asumió hace menos de un mes su cartera, aseguró que están trabajando con un cronograma de actividades heredado, pero que por el momento no se han registrado suspensiones de eventos. En una época de importantes festivales populares y carnavales -otro de los productos estrella de la provincia- poder concretar este tipo de fiestas en ocasiones genera el ingreso que permite oxigenar las alicaídas arcas de muchísimos municipios.
En ese sentido, Satto ve en la crisis una oportunidad: "El aumento del combustible impacta en el bolsillo, pero a veces es una oportunidad para provincias como la nuestra, porque permite fomentar el turismo de cercanía. Nosotros estamos a un paso de grandes centros urbanos que opta por Entre Ríos antes que irse más lejos. Buenos Aires, Rosario, Córdoba, por ejemplo". Más allá de eso, el dirigente asume que "nadie escapa el contexto económico del país y la provincia, por lo que hay razones para presumir que puede haber un comportamiento general de cuidado del bolsillo". Y acotó: "Hoy sentarse a comer algo rápido en familia son, en casos, $30 mil. Por eso las decisiones se están tomando sobre la marcha. No hay una mecánica de ir planificando con antelación, no se ha hecho con Entre Ríos ni con ningún destino, por el escenario y la incertidumbre
A modo de cierre, el secretario de Turismo subrayó que no todo se circunscribe a los ríos Paraná y Uruguay en Entre Ríos: "Hay arroyos con balnearios, hay ríos interiores, tenemos termas y parques naturales. Por eso estamos convencidos de que va a ser, después de todo, una temporada normal. A pesar de la época, queremos turismo para todo el año porque para el gobierno es una actividad central, económica, más allá de otras dimensiones, como las culturales, sociales y antropológicas. Genera puestos de trabajo, mucho movimiento en las economías regionales y potencia destinos específicos que dependen mucho de la actividad. Creemos que el balance será positivo".
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