Las heladas y la sequía recortarán la producción triguera en 8 millones de toneladas para la próxima campaña, lo que representará una caída interanual del 34,8 por ciento, estimó este jueves la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). La última estimación prevé una producción de 15 millones de toneladas, una "caída interanual del 34,8 por ciento, considerando los 23 millones de toneladas de trigo que produjo el país en el anterior ciclo", de acuerdo con el informe de la BCR.
El crítico escenario para el trigo empeoró con la helada que se produjo el 9 de octubre en la región central, con un dato preocupante: en menos de dos semanas se confirmó que no serán cosechadas 400.000 hectáreas, guarismo que seguirá aumentando en las próximas semanas. De hecho, las desfavorables condiciones climáticas de principios de este mes redujeron en 1,5 (9 por ciento) millones de toneladas respecto de lo que se esperaba un mes atrás para la campaña de trigo 2022-2023.
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El informe confirma "un área perdida de casi 400.000 hectáreas y un rinde promedio de 27,2 quintales por hectáreas, casi ocho quintales menos que en 2022 y cuatro menos que la media productiva nacional". En Córdoba el trigo pasa por un escenario de "desastre productivo", estimando una caída del 63 por ciento respecto del 2022, en tanto que la reducción para Santa Fe se calcula en 48 y 21 por ciento en el caso de la provincia de Buenos Aires.
"Cada día que pasa, se van poniendo en mayor evidencia los síntomas de daño y los recortes se van actualizando con 30 a 60 por ciento de pérdida de rinde que se suman a los efectos de la sostenida sequía", sostuvo el ente bursátil. En esta franja (central) se está estimando un rendimiento de 15 a 20 quintales por hectárea, pero hay signos de mayores ajustes a corto plazo.
También en esta área se muestra un aumento de área perdida alarmante: en menos de dos semanas se confirma que 400.000 hectáreas que no serán cosechadas. Este guarismo, lamentablemente, seguirá en aumento en las próximas semanas.
Las encuestas de las últimas 48 horas de técnicos y productores son impactantes. En Pergamino, un ingeniero explica que "hay un 80 por ciento de los lotes perdidos y un 20 por ciento regular" que sigue en pie. Estos daños deben ser confirmados y cuantificados. Pero esta situación se está ampliando a Córdoba, sur de Santa FE, norte y centro de Buenos Aires.
En Buenos Aires hay que considerar que el 14 de este mes hubo otra helada muy dañina, con registros de casi -4°C en Tandil. En Alberti comentan que hubo registros de 3° bajo cero y que si bien no agarró a los trigos espigados, dañó gravemente el área foliar, perdiendo la hoja bandera y la siguiente. Tras el evento estiman rindes de 10 qq/ha, cuando suele superarse los 60 quintales. Incluso en Entre Ríos, los técnicos del SIBER (Bolsa de Comercio de Entre Ríos) comentan que al evaluar los departamentos con los satélites detectan menor área sembrada y severos daños por la falta de agua y la helada del 9/10 por lo que, probablemente, los rindes provinciales sean inferiores a los 25 qq/ha.
La otra imagen que completa y actualiza la grave situación que atraviesa el trigo argentino lo muestra la imagen de la anomalía de agua en el suelo al 19 de octubre: el 63 por ciento de Buenos Aires está en el nivel más bajo de reserva de agua respecto a los últimos 30 años. Si bien en esta estimación se está siendo optimista con los rindes en zonas bonaerenses que aún disponen de tiempo y se espera que sean alcanzadas por lluvias que en este momento están desarrollándose en la zona central, los análisis de los técnicos no son alentadores. En las zonas de Tandil, Azul, Balcarce y Benito Juárez los ingenieros ya estiman daños de 15 a 20 por ciento en rindes de trigo por el efecto de las heladas del 28 de setiembre y el 14 de octubre y el ambiente de estrés hídrico en el que se desarrollan.