A contramano de la soja, la producción de trigo podría ser récord este año

Frente a la pérdida de 21 millones de toneladas de soja de producción para la campaña 2023/24 por causa de la sequía, se impone (aunque con menor peso absoluto) una importante mejora de la superficie implantada de trigo, lo que mejorará el abastecimiento y precios internos y el ingreso de divisas. De acuerdo con las últimas proyecciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la superficie proyectada de siembra de trigo de 6,7 millones de hectáreas, lo que representará una expansión de 600.000 hectáreas o de 4,7 por ciento por encima del promedio de las últimas cinco campañas (6,4 millones de hectáreas de área sembrada en el último lustro) y la segunda en 22 años.

El próximo 16 de mayo se realizará el Lanzamiento de Campaña Fina en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el cual se completará el presente análisis con las estimaciones de producción, exportaciones y producto bruto para ambos cereales de invierno (trigo y cebada). De concretarse dicha proyección, la superficie esperada para la campaña 2023/24 sería, junto a la campaña 2021/22, la segunda más alta de los últimos 22 años (área sembrada campaña 2001/02: de 7 millones de hectáreas).

Durante las últimas semanas de marzo se dio inicio al relevamiento de precampaña de cultivos de invierno 2023/24. Desde dicha fecha la Bolsa relevó los principales indicadores que determinan la intención de siembra del cereal de invierno. “A pocas semanas de iniciar las labores de siembra, el escenario descripto por nuestra red de colaboradores refleja una intención de expansión del área de trigo como consecuencia de: perspectivas año “El Niño” durante la primavera, una necesidad financiera de liquidez como consecuencia de los malos resultados durante la campaña 2022/23 y por los incentivos económicos dados por una mejora en la relación de insumo/producto”, explica el informe.

Entre los indicios favorables de cara a una mayor siembre del trigo, se destacan las condiciones climáticas previstas para las próximas semanas, la disponibilidad de semillas e insumos y financiamiento, así como el nivel de precios internacionales del cereal (manteniéndose por encima del promedio de los últimos cinco años y presentando una mejora relativa frente a la cebada). Esto anticipa un área sembrada de trigo que alcanzará a un total de 6,7 millones hectáreas. “Dicha proyección de superficie queda supeditada a las precipitaciones registradas durante las próximas cinco semanas y la recuperación de las reservas de humedad y en los primeros centímetros del perfil que permitan concretar los planes de siembra”, según aclara el informe.

Situación regional

En el norte, donde la ventana de siembra se extiende desde mediados de mayo hasta  mediados de julio, tanto el NOA como el NEA dependen de las precipitaciones a lo largo de abril que permitan una recuperación de los niveles reservas hídricas y de humedad en los primeros centímetros del perfil. Unas 150.000 hectáreas de trigo quedaron fuera de la campaña 2022/23 como consecuencia de la falta de humedad superficial durante la ventana de siembra, siendo el NOA la región más afectada.

Hacia el centro, donde el período de siembra se extiende desde finales de mayo hasta finales de julio, los bajos rendimientos registrados durante la campaña 2022/23 y la necesidad de liquidez impulsarían no solo una recuperación del área que no pudo ser implantada durante el ciclo previo como consecuencia de la falta de humedad superficial, sino también, una expansión de la misma con las mayores expectativas reportadas sobre el Centro-Este de Entre Ríos, el Núcleo Norte y el Centro-Norte de Santa fe.

Finalmente, sobre el sur del área agrícola, precipitaciones registradas desde la segunda quincena de marzo hasta la fecha, permitieron una recuperación parcial de la humedad disponible de los perfiles.

La región espera mantener la superficie ocupada por cultivos de invierno, aunque se espera una expansión del área de cebada en detrimento del trigo sobre el Sudeste de Buenos Aires como consecuencia de mejores rendimientos cosechados durante las últimas campañas, una mejor adaptabilidad del cultivo, una mayor resistencia al daño provocado por heladas tardías y la temprana cosecha liberando anticipadamente los lotes para siembras de segunda, detalla la Bolsa de Cereales.

Precios sostenidos

Durante mayo del año pasado, el precio del trigo tocó máximos históricos luego del comienzo del conflicto del Mar Negro, que involucró a dos jugadores que proveían alrededor del 30 por ciento de la oferta mundial de trigo, en un momento donde los balances mundiales se encontraban en una situación delicada.

“Hace ya varias campañas el consumo mundial venía creciendo por encima a la producción mundial, situando los stocks mundiales en niveles de 2016/17. Sin embargo, a pesar de mantenerse ese escenario tirante, a mediados del año pasado, las perspectivas pesimistas se aliviaron a medida que varios países importantes en la producción y exportación de trigo alcanzaron cosechas récord, siendo Australia, Canadá y Rusia los casos más notables”, señala el informe bursátil.

La llegada del Acuerdo de Granos en julio y su posterior renovación durante noviembre y marzo ayudó a incrementar los flujos de exportación de Ucrania e incrementó la oferta mundial de trigo en el mercado internacional luego de meses con mínimos volúmenes de exportación.

El precio promedio de abril de Chicago para el trigo se encuentra actualmente en niveles de 250 dólares la tonelada, lo que representa una disminución del 36 por ciento en comparación con abril del año pasado, aunque aún un 10 por ciento superior al promedio de los últimos cinco años. “Desde una perspectiva histórica, el precio actual del trigo en Chicago solo se ha registrado en un 13 por ciento de los días de los últimos 20 años, lo que indica que la situación sigue siendo ajustada debido al crecimiento de la demanda relación a la evolución de la oferta”, concluye el informe.

Por el lado de los costos, se viene presentando una fuerte reducción de los precios en la plaza local e internacional. En algunos de los casos, dicha reducción fue mayor a la caída que presentó el trigo en el mismo periodo de tiempo. En la plaza local, los fertilizantes se redujeron en promedio (marzo-abril) alrededor de un 44 por ciento con respecto al mismo periodo el año pasado, fundamentalmente por la reducción del precio de la Urea y PDA en un 56 y 35 por ciento respectivamente. Por su parte, los precios de los herbicidas cayeron alrededor de un 6 por ciento con relación al mismo periodo del año anterior.

Hasta el momento, la relación insumo producto mejoró alrededor de un 21 por ciento gracias a la mayor reducción en los precios de los fertilizantes y se posiciona como una de las mejores respecto a las últimas campañas.