La suba en la tarifa eléctrica a partir de mediados de febrero no afectó solamente a los usuarios residenciales sino también a la industria y los comercios. Estos últimos sufrieron repentinamente un aumento del 275% en la luz, por lo que acusaron un "duro golpe" que impactará en sus márgenes de rentabilidad, advierten en el sector.
El fuerte aumento de la luz establecido por el Gobierno para el AMBA el viernes de la semana pasada llevó, oficialmente, a aumentos de entre el 65 y el 150% promedio para usuarios residenciales. Sin embargo, lo anunciado por el Gobierno fue solo el ejemplo más bajo del nuevo cuadro tarifario, por lo que, extraoficialmente, los aumentos para las viviendas serán en verdad mucho mayores, de entre el 130 y el 300% según el segmento de ingresos, e impactando más en los más pobres (sector N2).
Pero las subas fueron similares o peores en casi todas las categorías de grandes usuarios no residenciales. Entre ellas, de un 128% para la industria, de un 246% para escuelas y hospitales y de un 1258% para los clubes de barrio, según el cálculo que realizó el centro de estudios OCIPEX.
En el caso de los comercios, en tanto, el aumento fue de un 275% promedio, detalló OCIPEX a partir de los cuadros tarifarios oficiales publicados una semana atrás en el Boletín Oficial por parte de la Secretaría de Energía.
Se trata de un nuevo impacto que el sector comercial deberá afrontar en los dos meses y medio que van de gobierno de Javier Milei. Hasta ahora, principalmente, los comercios son los que más sufrieron la recesión por el lado de la rentabilidad. Según el relevamiento de la CAME, las ventas minoristas se desplomaron en enero un 28,5% interanual y un 6,4% intermensual.
Más allá de eso, los comercios también tuvieron que hacerle frente a la devaluación de diciembre, que aumentó los costos especialmente en los dedicados a la venta de importados, así como a las subas en el precio de la nafta, que llevó a aumentos en el costo logístico.
Ahora, el sector comercial salió a protestar por la suba de la tarifa eléctrica, a la espera, además, de la suba en la tarifa del gas que llegará en marzo. La CAME, que suele mantener una postura institucional moderada frente a los diferentes gobiernos, esta vez fue explícitamente crítica de la decisión oficial. "Por supuesto que es preocupante y estamos complicados para absorber. Venimos de un largo proceso de disminución de márgenes (de rentabilidad). Esto va a impactar", afirmó a El Destape el vocero de la entidad pyme, Salvador Femenía.
Incluso, en la CAME subrayaron que hace casi tres semanas dialogaron con las autoridades de la Secretaría de Energía, conducida por Eduardo Rodríguez Chirillo, y que les advirtieron que "aplicar una quita de subsidios de esta forma era inviable y que iba generar consecuencias en la actividad y el empleo", según agregó Femenía, pero no fueron escuchados.
En la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), afirmaron, ante la consulta de este portal, que "el ajuste planteado (por las tarifas de la luz) es un duro golpe para las firmas afectadas, que se suma a un contexto macroeconómico difícil y a problemas estructurales de larga data".
Aun así en la CAC brindaron su apoyo institucional al programa del gobierno nacional, mostrando comprensión con la necesidad macroeconómica de la actual política energética. "Somos conscientes de que las tarifas de servicios públicos, tanto a nivel residencial como para empresas, registran importantes retrasos respecto a los costos de provisión. Esta situación implica abultados subsidios estatales, que contribuyen al importante déficit fiscal que el país registró en los últimos años. En este sentido –y siendo coherentes con nuestra prédica a favor del ordenamiento de las cuentas públicas– comprendemos la necesidad de actualizar las tarifas".