Con la segmentación de tarifas, el Estado ahorrará $ 455.000 millones en 2023

La Secretaría de Energía gastará $ 47.500 millones menos en el último tramo de este año por la quita de subsidios. Para el próximo se espera que equivalga al 0,5% del PBI.

17 de agosto, 2022 | 00.05

La segmentación de tarifas le implicará al Estado un ahorro de $ 455.000 millones para el año próximo. Y solo en el último tramo de este año, la Secretaría de Energía gastará $ 47.500 millones menos por la quita de subsidios, un monto superior al que tenía en mente en el comienzo Martín Guzmán.

Entre los cuatro millones de hogares que no se anotaron en la segmentación, los que quedaron catalogados como de altos ingresos y todos los consumos superiores a los topes pre fijados, el Gobierno nacional dejará de girar lo que se espera que equivalga al 0,5% del PBI de Argentina de 2023 en subsidios para la luz, gas y el agua. De acuerdo a las previsiones del secretario de Hacienda, esto implicará $ 455.000 millones.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Además, los que no completaron el formulario y los adicionales que incorpora el esquema del ministro de Economía, Sergio Massa, equivalen a $ 47.500 millones para este año. La cifra más que triplica la que tenía planeada quien lo precedió en el cargo hasta julio proyección de ahorro fiscal se reducía a $ 15.000 millones.

En el caso particular de AYSA, la reducción de subsidios prevé un ahorro de $ 2.000 millones para noviembre y diciembre. El proceso escalonado que culmina en junio propuesto por su titular, Malena Galmarini, proyecta, asimismo, una reducción de entre $ 45.000 millones y $ 50.000 millones para el año próximo.

La reducción paulatina de subsidios figura entre los condicionamientos del nuevo acuerdo con el FMI. Las tarifas que reciben las distribuidoras no subirán en los casos de luz y gas, aunque sí para el agua, un esquema en el cual los hogares abonan el 36% del costo de la compañía estatal. “Tendría que aumentar 400% si quisiera llegar a la tarifa de equilibrio”, aclaró Galmarini en la conferencia de prensa que brindó junto a la secretaria de Energía, Flavia Royón, en el microcine del Palacio de Hacienda.

Durante el macrismo, los tarifazos de hasta el 3.000% elevaron la participación de las boletas respecto a los ingresos de las familias. Con los congelamientos por la pandemia, estos pesos menguaron. Hoy, la segmentación tarifaria no será insulsa en el presupuesto de los hogares que deberán afrontar mayores gastos. Sin embargo, el objetivo del equipo que coordina Massa será mantener su participación en los mínimos que registró desde 2015. En comparación con los salarios (índice RIPTE), la incidencia se ubicará este año en 2,5%, respecto al sueldo mínimo del 7,2% y frente a las jubilaciones será del 8,3%.

"No es un aumento de tarifas sino una redistribución de subsidios", expresó Royón una y otra vez, junto con Galmarini.

El autoabastecimiento y ahorro de dólares

En paralelo a esta segmentación de tarifas, el Gobierno lleva adelante la primera etapa de construcción del gasoducto Néstor Kirchner, principalmente, para garantizar el autoabastecimiento energético desde mediados de 2023. Esto permitirá también el ahorro de US$ 2.200 millones por la sustitución de importaciones de energía, el componente que aún se mantiene dolarizado y que tiene un peso significativo en la ecuación nacional.

Los 583 kilómetros con los que atravesará cuatro provincias, desde Vaca Muerta a Buenos Aires, incrementarán la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos de gas diarios. Esto le permitirá a Argentina revertir en el mediano plazo su posición de importador de energía en un exportador de gas natural.

Actualmente, Argentina es importador de energía y debe enfrentar un contexto internacional en el que los precios se incrementaron fuertemente como consecuencia de la post pandemia y de la guerra en Ucrania y el enfrentamiento entre las potencias occidentales y Rusia, el segundo mayor productor de petróleo y gas del mundo.

Diferencias por ingresos y por región

Un dato que destacó el equipo economía el martes es que la cantidad de gas demandada por los hogares no se encuentra relacionada con el nivel de ingresos. En cambio, se vincula directamente con condiciones climáticas, cantidad de participantes del hogar, características constructivas de la vivienda y la eficiencia de los equipos domésticos.

El consumo de gas por redes en los hogares ubicados en las regiones más frías del país duplica al de regiones templadas por el uso de calefacción requerido para climatizar los ambientes, lo cual precisan para sobrevivir. En casos más extremos, como es el caso entre la provincia de Santa Cruz y la Ciudad de Buenos Aires, la diferencia es de once a uno.

Este diferencial no fue tenido en cuenta por la propuesta de segmentación que armó Guzmán, lo que le mereció críticas de representantes de las regiones patagónicas y norteñas, donde los servicios presentan consumos estacionales lógicos superiores. Esto tuvo que ser acomodado por Massa y Royón sobre la marcha, antes de cerrar el esquema presentado el martes.

Para el caso del agua, AYSA cuenta actualmente con once coeficientes zonales definidos que permiten administrar la carga tarifaria de manera progresiva. A los usuarios de nivel adquisitivo alto les quitarán el subsidio de forma total desde el 1 de noviembre. De acuerdo a los cálculos de la compañía que dirige Galmarini, esto sólo afectará al 15% del universo de hogares a los que presta servicio, es decir, 3 millones y medio de familias.

Los de poder adquisitivo medio y bajo sufrirán una reducción gradual y se eliminará en forma definitiva en marzo de 2023. Los bajos continuarán con un 15% hasta mayo del año próximo. Las personas con tarifa social o comunitaria quedarán afuera de este esquema y no se modificará la asistencia estatal.