La Organización Mundial del Comercio (OMC) realizó hoy un recorte de sus estimaciones del crecimiento del comercio mundial para el año próximo, reduciéndolo del 3,4% previsto anteriormente a 1,0%, debido a las numerosas perturbaciones que afectan a la economía mundial.
De acuerdo con el organismo, el comercio perderá impulso en el segundo semestre de 2022 y mantendrá un ritmo bajo en 2023.
De este modo, sus economistas vaticinan que 2022 cerrará con un crecimiento de los volúmenes de 3,5% -frente al 9,7% del año pasado- para luego caer a 1,0% en 2023, un fuerte recorte frente al 3,4% previsto anteriormente en el último informe de abril.
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La menor estimación para 2023 responde según la OMC- a que las mismas originalmente fueron demasiado optimistas, ya que los precios de la energía se han disparado, la inflación se ha vuelto más amplia y la guerra no parece remitir.
A estos factores que frenan los intercambios se les suma el endurecimiento de las políticas monetarias.
En el caso de Europa, por ejemplo, los elevados precios provocados por la guerra harán disminuir los gastos de los hogares y elevarán los costos de manufactura, disminuyendo, por tanto, la demanda de importaciones.
En tanto, en Estados Unidos, el endurecimiento de la política monetaria afectará al gasto sensible a los intereses, en áreas como la vivienda, los automotores y la inversión fija.
Los aumentos de las tasas que están efectuando los principales bancos centrales para contener la inflación, de llevarse a cabo de forma excesiva, asimismo podría desencadenar una recesión en algunos países, lo cual afectaría negativamente a las importaciones, además de una fuga de capitales de las economías emergentes:
China no escapa de los problemas: sus continuos brotes de Covid-19 y las perturbaciones en su producción se suman a una débil demanda de sus productos.
Por último, los países en desarrollo se encuentran impactados por el sobreendeudamiento y el aumento del costo de las importaciones de combustibles, alimentos y fertilizantes, señala el informe de la OMC, el cual recuerda que en los últimos meses muchas monedas se han devaluado con respecto al dólar, lo cual terminó encareciendo aún más a los productos importados en dicha divisa.
De todas formas, la OMC recalcó que existe un alto grado de incertidumbre en los pronósticos y, en un escenario pesimista podría caer un 2,8% y, en el caso opuesto, crecer hasta un 4,6%.
Para la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, recortar los intercambios comerciales no es el camino correcto.
Aunque las restricciones comerciales pueden ser una respuesta tentadora a las vulnerabilidades del suministro que han puesto de manifiesto las perturbaciones de los dos últimos años, un repliegue de las cadenas mundiales de suministro sólo agravaría las presiones inflacionistas, lo cual llevaría, con el tiempo, a una desaceleración del crecimiento económico y a niveles de vida más bajos, afirmó en un comunicado.
De acuerdo con las estimaciones de la OMC, Medio Oriente será la región con mayor crecimiento del comercio en 2022, con un incremento de las exportaciones de 14,6% y de 11,1% respeto a las importaciones.
En el caso de América Central y del Sur y el Caribe, las exportaciones, tras aumentar un 5,6% en 2021, este año lo harían en 1,6% y apenas 0,3% en 2023.
Las importaciones de la región, en tanto, subirían 5,9% este año para luego caer 1% en 2023.
El informe también detalló el aumento de los precios internacionales de las principales commodities: la energía tuvo en agosto una suba interanual del 78%, los alimentos un 11%, los cereales 15%, y los fertilizantes un 60%.
En tanto, la OMC estima que el Producto Bruto Interno (PBI) del mundo se expandirá 2,8% en 2022 y 2,3% en 2023, ligeramente menos que el 3,2% y 2,9% previstos por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con información de Télam