Por mejoras en la tecnificación del sector, cambios relativos en los precios internacionales, un esquema de retenciones que promueve la producción de algunos granos sobre otros, cuestiones climáticas y factores coyunturales de la industria y sus derivados, el maíz le gana la pulsea a la soja como principal commodity en la Argentina. Según el último informe del Bolsa de Cereales de Rosario, esta campaña (2021-2022) la siembra de maíz será récord, mientras que la de la soja se ubicará en sus mínimos en 15 años. Si bien el área sembrada será mayor con la oleaginosa, los mejores rendimientos derivados de la inversión en tecnificación permitirán una cosecha mayor, de 55 millones de toneladas, mientras que la de soja será de 49 millones de toneladas.
El cambio en la composición de la estructura agroexportadora permitirá aumentar la oferta para el mercado interno de maíz, siendo utilizado principalmente como insumo para el engorde de animales, aunque, debido a que cuenta con menores retenciones (lo que motiva la siembra para su exportación), los ingresos fiscales serán menores que con la soja. Para evitar cuellos de botella, el Gobierno viene trabajando con el sector maicero para asegurar el aprovisionamiento interno de maíz y evitar el traslado de directo de los precios externos en el mercado doméstico, como el caso de las carnes.
La Bolsa de Comercio de Rosario estima que este año se sembrará un récord histórico de 7,84 millones de hectáreas de maíz, mientras que la soja caerá a 16,40 millones de hectáreas, el nivel más bajo desde 2006, lo que marca el sexto año consecutivo de declive de la oleaginosa. No obstante, la cosecha será mayor con el cereal, a partir de las mejoras implementadas en su producción en la última década.
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Cantidad y Precio
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos publicó esta semana su informe mensual de oferta y demanda mundial, informando recortes de producción al mercado superiores de lo que esperaban los analistas, lo que empujará nuevamente a los precios al alza. Los precios de los granos alcanzaron este año valores que no registraba hace casi una década, pero en las últimas semanas comenzó a verse una desaceleración y recorte de la suba inicial. En maíz los rendimientos esperados para la campaña en Estados Unidos fueron recortados en 3 quintales por hectárea mientras el mercado esperaba poco más de un quintal. En contraposición, los rendimientos en la Argentina se encuentran en sus máximos históricos, lo que se refleja en los márgenes de ganancias del sector. En Brasil también se ajustó la producción a la baja y ala Argentina pasó a ubicarse en el segundo puesto como exportador.
La soja también sufrió el recorte de la cosecha pero en menor medida que el maíz, con 0,6 quintales menos que lo que se venía mostrando un mes atrás. Los stocks finales no tuvieron cambios. El maíz se benefició de la nueva tecnología, que le permite sembrar en dos momentos del año, plantando la mitad en septiembre y la otra mitad en noviembre, lo que mejora los rindes. Esto le implicó al sector, según la revista sectorial Márgenes Agropecuarios, incrementar este año en uno promedio de 210 por ciento la ganancia en dólares respecto de la campaña anterios, mientras que los sojeros duplicaron su rentabilidad (110 por ciento en el último año).
En cuanto a precio, en el caso del maíz, se incrementó principalmente por una caída en las existencias mundiales. De hecho, la relación entre stocks y consumo se ubicó en el menor nivel en siete años. El área sembrada en Estados Unidos se mantuvo por debajo de lo esperado y también se vio un recorte en la producción de Argentina, además de un retraso en la cosecha local. En las próximas semanas se definen las cosechas de soja y de maíz en Estados Unidos, lo que permitirá determinar los rindes y producción y su impacto en la evolución de los precios en el mercado de Chicago. En la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario, precio del maíz cerró esta semana en 18.980 pesos la tonelada, mientras que el de la soja se ubicó en 32.900 pesos.
En este sentido, es importante en las decisiones de siembra la política fiscal del país. La Argentina cobra en concepto de derechos de exportación a la soja una alícuota del 33 por ciento, mientras que en el caso del maíz se reduce al 12 por ciento. Mientras que la soja se exporta casi en su totalidad, del total de la última cosecha de maíz el 67 por ciento tuvo como destino el mercado externo, en tanto que la demanda para uso para consumo animal absorbió un 25 por ciento. Un 8 por ciento tuvo como destino la producción de etanol y otros usos del alcohol etílico y y el resto como insumo para la molienda seca, húmeda y otras industrias.
La situación en las próximas semanas estará dada por lo que suceda con la oferta y demanda global, en cuya determinación se incluyen múltiples factores. Mientras los informes dan cuenta de una suba en los precios del maíz por menor producción global, los rumores acerca de una reducción en la tasa mínima de corte para los biocombustibles contribuyeron a la inercia bajista de las últimas semanas.
A Desacoplar
La tendencia alcista de los commodities puede perjudicar el objetivo del Gobierno de mejorar la capacidad de compra de las familias tras las medidas desplegadas para bajar los precios. La necesidad de desacoplar o desenganchar el precio internacional del precio local, para evitar que el aumento de las demandas de carne o la suba del precio del maíz signifiquen un traslado inflacionario al mercado local pone la lupa sobre herramientas disponibles.
El caso más claro fue el de la carne, donde el principal componente alcista en los precios fue especulativo. No obstante, otro elemento que tuvo impacto en la determinación de los precios de la carne vacuna, así como en otros productos sensibles como el pollo, huevo o leche, es el precio del maíz, por ser un insumo utilizado por esta industria fue la cotización del maíz, que en el último año escaló más de 80 por ciento en dólares.
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Esto derivó que a principio de año se definiera el cierre temporalmente del registro de exportaciones de maíz con el objetivo de abastecer primordialmente al mercado interno y contener los precios de los alimentos, teniendo en cuenta que el grano es uno de los principales insumos en la alimentación animal. En el sector aseguran que la incidencia del maíz en el costo de hacienda alcanzaría valores cercanos al 8 por ciento del costo total. A mediados de este año, directamente hubo que prohibir la venta externa de carne.
La apuesta es a seguir mejorando la producción y la oferta interna y externa. Según la Bolsa rosarina, el agro podría exportar más de 35.000 millones de dólares este año y generar el 50 por ciento del ingreso de divisas al país. Los embarques de soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sus derivados podrían incrementarse en más de 11.000 millones de dólares en 2021 respecto del año pasado. En el primer semestre, en el caso de los bienes primarios, el incremento en valor de las exportaciones fue del 54,4 por ciento respecto de igual período del año pasado, en donde se destacó la venta de maíz.