La peor sequía de las últimas décadas ya muestra su impacto directo en la producción agraria y en la agroindustria: en enero de este año, la producción de soja y sus derivados cayó un 24% respecto al mismo mes del año pasado, según reveló el Indec.
Concretamente, la Estadística de Producción Industrial (EPI) que publicó el Indec el último jueves reveló que la producción de soja y otros derivados de este grano fue en enero de este año de 1,4 millones de toneladas, un 24% menor a las 1,9 millones de toneladas de enero de 2022.
Se trata de una caída peor a la de diciembre, ya que en el último mes de 2022 la producción de soja y derivados había bajado un 11% en términos interanuales. En total, la producción de soja cayó en 11 de los 12 meses del año pasado.
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El titular de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, confirmó a El Destape que la caída de la producción es efectivamente producto de la sequía y anticipó que la de febrero fue "la peor molienda de soja de los últimos 20 años" y que "la de marzo va a ser también bastante mala".
Idígoras calculó que, producto de la sequía, la caída mensual en los ingresos es de entre 1.000 y 1.300 millones de dólares, a lo que se le deben sumar otros 500 millones de dólares mensuales por la capacidad ociosa de la industria. La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que, en total, la sequía implicará una caída en las exportaciones de soja, trigo y maíz de 14.000 millones de dólares en 2023.
La caída en la producción local tuvo como efecto directo un aumento en la importación de porotos de soja, mayormente desde Paraguay, que creció en febrero un 154%, al pasar de 97 millones a 247 millones de dólares. El objetivo es poder suplir, de esa forma, la demanda de aceite de soja para exportación, explicó a El Destape Matías Strasorier, economista del Centro de Estudios Agrarios.
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Aun así, otras fuentes de la industria sojera con las que habló este portal consideraron que en el bajo número de enero "también impacta la expectativa de un incentivo que hace que los productores lógicamente demoren las ventas", tal como un dólar soja, que finalmente fue anunciado informalmente por Sergio Massa este mismo jueves durante su viaje a Estados Unidos. Por lo pronto, la BCR estima que todavía hay un stock de 5,2 millones de toneladas de soja por liquidar.
En cambio, lo que sí subió en el registro interanual es la producción de girasol y sus derivados, también un 24% pero en este caso positivo. Esto no se debe a una cuestión de stock sino a que durante la campaña pasada hubo una mucho mayor siembra de girasol que en la de 2021, explicó Strasorier, particularmente debido a que los productores anticiparon una caída de la siembra de este grano en Ucrania, el mayor exportador de girasol a nivel mundial. Además, se trata de un cultivo especialmente resistente a la sequía y sembrado en zonas del sur bonaerense, menos afectadas por este fenómeno climático.
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