"Cautela": la reacción de los agroexportadores ante el triunfo de Donald Trump

Desde la cámara que nuclea a las exportadores del agro le reclaman al Gobierno una rápida reacción ante la posibilidad de las medidas arancelarias de Trump relacionadas con el aceite de soja. 

06 de noviembre, 2024 | 22.07

“Debemos apostar a las buenas relaciones entre los presidentes y el nuevo canciller para que Argentina sea excluida de las posibles medidas proteccionistas de Estados Unidos”. La primera reacción tras el triunfo de Donald Trump de los exportadores de cereales y soja - nucleados en la CIARA CEC-, fue un signo de cautela, según lo narrado a El Destape por Gustavo Idígoras, titular de la cámara que nuclea a las exportadoras de soja.

Las miradas de las agroexportadoras están puestas en lo que pueda ocurrir con el mercado de aceite de soja y las posibles barreras arancelarias del próximo gobierno norteamericano. Todavía permanece latente la restricción que había implementado Trump durante su primera presidencia al ingreso de biocombustibles (2018).

Dentro de este escenario, los grandes productores de granos seguirán con su estrategia de guardar la mayor cantidad de soja posible, como previsible método de presión ante las siempre necesitadas divisas por parte del Banco Central. Hasta el 23 de octubre, quedaba sin vender el 50% de la cosecha 2023-2024. Otro dato: siguen aumentando las importaciones de la oleaginosa desde Paraguay.

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¿Y ahora qué?

La Bolsa de Comercio de Rosario informó que al cierre de la jornada, el precio internacional de la soja logró estabilizarse luego de caer siete dólares por la mañana. La respuesta bursátil del grano estuvo asociada a la presunción de un posible recrudecimiento de la guerra comercial entre China y Estados Unidos una vez que Trump asuma la presidencia.

"Trump ha alertado a los traders de granos al prometer imponer un arancel del 60% sobre los productos chinos y del 10% a las importaciones de los demás orígenes", indicaron desde la BCR.

De ahí la premura de los exportadores nucleados en la CIARA CEC para que se le ponga la atención a las posibles medidas proteccionistas de Estados Unidos.

“El triunfo de Trump en Estados Unidos es una señal muy clara del pueblo norteamericano de proteger su industria frente a las importaciones. Recordemos que en ese mandato perdimos el mercado de biodiesel que era el único producto que había generado superávit comercial con Estados Unidos”, sostuvo Gustavo Idígoras, titular de la cámara de exportadores, en diálogo con El Destape.

Luego, el representante de los sojeros agregó: “Creo que debemos apostar a las buenas relaciones entre los presidentes y el nuevo canciller argentino para que Argentina sea excluida de las posibles medidas proteccionistas y además de abrirnos oportunidades de exportación de productos industriales como el aceite de soja sustentable”.

Silobolsas e importaciones

¿Qué harán los grandes jugadores del mercado sojero tras la victoria de Trump? En el país existen 57.780 productores de soja, pero solamente el 10% de ellos concentra el 56% de la producción, según el informe “Soja, el yuyo maldito”, elaborado por el Centro de Estudios Agrarios (CEA). 

También existe una concentración en las empresas con capacidad de acopio y exportaciones. Es decir, los granos están en poder de los grandes jugadores del mercado, muchas veces integrados verticalmente con los acopios y las empresas exportadoras.

Según los datos del último Monitor Agroindustrial publicado por la CIARA CEC, las ventas acumuladas de productores de soja al 23 de octubre (incluyendo las compras totales de la exportación y de la industria aceitera) llegaron 29,2 millones de toneladas, cuando un mes atrás eran 27,4 millones. Hasta esa fecha, tenían guardada en silobolsas el 50% de la cosecha 2023-2024, es decir un poco más de 25 millones de toneladas. Poder de fuego.

Al mismo tiempo en que frenan las ventas de granos, la industria no deja de importar soja desde Paraguay para mantener activas las máquinas que producen aceite y harina de soja. Hasta septiembre, se importaron 6000 millones de toneladas de la oleaginosa.

La casi totalidad de la producción de soja paraguaya fue comprometida para venderse a las mismas exportadoras de la Argentina. La estratagema detrás de este régimen consiste en considerar como insumo a la oleaginosa que luego será procesada por las mismas exportadoras en su calidad de industria aceitera, en un marco de triangulación comercial entre filiales de las mismas sociedades. El régimen había sido desactivado por Cristina Fernández de Kirchner en 2009, reinstalado por Mauricio Macri en 2016.