La recaudación de mayo evidenció una primer mejora durante la administración de Javier Milei a partir de una readecuación de los balances cerrados en diciembre sobre la base de una cotización para el dólar que más que se duplicó. Sin embargo, las cifras de ingresos vinculadas a la actividad evidencian fuertes deterioros. Los ingresos por Seguridad Social aumentaron 234,8 por ciento, por debajo de la inflación, alcanzando 2,2 billones de pesos. Si se descuenta el índice de precios, los ingresos por Seguridad Social arrojaron una caída de 12,2 por ciento interanual.
El gasto ejecutado por ANSES sumó 6,8 billones de pesos (-29,8 por ciento real interanual), de los cuales 5,9 billones corresponden a la liquidación regular (-34 por ciento). “Con relación a las jubilaciones y pensiones, cabe destacar que los ingresos por Seguridad Social aumentaron 234,8 por ciento, por debajo de la inflación, alcanzando 2,2 billones de pesos”, de acuerdo con el informe del Observatorio del Presupuesto del Congreso (OPC).
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De acuerdo con las cifras informadas por AFIP, en términos nominales los aportes personales en los primeros cuatro cinco meses del año crecieron 231 por ciento interanual; los derivados de contribuciones patronales, 240,9 por ciento; los otros ingresos Seguridad Social, 87,9 por ciento y los otros Sistema Integral Previsional, 127,5 por ciento. Esta caída se explica por la aumento en la desocupación y la licuación de salarios de formales. La cartera que conduce el ministro Luis Caputo tensiona la actividad económica y, por ende, los recursos tributarios futuros. Para el caso de la Seguridad Social, el impacto también pone en riesgo la sustentabilidad del régimen solidario de jubilaciones.
El resultado, dejado en evidencia por las políticas aplicadas y las declaraciones de funcionarios de La Libertad Avanza, es llegar al punto de mostrar un sistema previsional quebrado y un ingreso triunfal, como supuestas salvadoras, de las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJPs).
La Encuesta de Indicadores Laborales de la cartera laboral indica que en marzo, último dato del que se dispone oficialmente, el nivel de empleo privado registrado presentó una contracción de 0,5 por ciento mensual. Con esta variación se verifican cuatro meses consecutivos de caída neta del empleo y se acumula entre noviembre de 2023 y marzo de 2024 una reducción de 1,4 por ciento.
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Empleo
“En relación a los meses de marzo de los años anteriores, se observa la mayor caída del empleo desde marzo de 2002 y se registraron valores similares en dos momentos de crisis económica, marzo de 2009 y marzo de 2020 con la pandemia. En términos interanuales, el nivel de empleo asalariado registrado decrece 0,6 por ciento”, señala el informe el informe del Observatorio del Presupuesto del Congreso (OPC)..
En marzo de 2024, todas las ramas de actividad experimentaron contracción y es el sector de la construcción el que presenta la mayor caída mensual del empleo con un 2,4 por ciento y acumula un 13,5 por ciento interanual. El resto de los sectores presentaron descensos mensuales más moderados y mantienen crecimiento interanual. La retracción mensual en el nivel de empleo registrado privado se registra en las empresas de todos los tamaños, con variaciones negativas de 0,5 por ciento en las empresas pequeñas y medias y de 0,6 por ciento en las de más de 200 personas ocupadas.
En marzo se observó un leve incremento de la tasa de despidos (0,7 por ciento) en relación al mes anterior. En la comparación anual, la incidencia de los despidos sin causa también resultó levemente superior a la de igual mes de 2023.
El Monitor de Desempeño Industrial de la UIA arrojó como anticipó para marzo una disminución de su dotación. “Además de reducción de personal, las empresas aplicaron suspensiones y redujeron turnos”, señala la entidad fabril. En este contexto, aumentaron las empresas con dificultades para hacer frente a sus pagos. El 12 por ciento de las empresas encuestadas presentó problemas para afrontar integralmente todas sus obligaciones (salarios, proveedores, compromisos financieros, tarifas de servicios públicos e impuestos), el valor más alto de la serie. Los mayores atrasos fueron en el rubro impuestos.
Salarios
El informe de la entidad gremial señala que entre el mes de noviembre de 2023 y abril del año en curso, la capacidad adquisitiva del salario promedio registrado disminuyó en 14,9 por ciento.
“Dentro del período del actual gobierno, la mayor pérdida se registró en los meses de diciembre y enero, tras la fuerte devaluación la moneda y la aceleración consecuente de los incrementos de precios. En efecto, entre noviembre de 2023 y enero de 2024 la caída real llegó a ser de 21,3 por ciento, y alcanzó el 23,8 por ciento si el poder de compra se mide en alimentos”, agrega el informe de Citra-CTA.
En este contexto, el salario mínimo, vital y móvil no fue ajustado de modo de revertir o menguar parcialmente las pérdidas salariales. Por el contrario, la caída real en el salario mínimo fue incluso mayor que la del salario promedio, y alcanzaría al 28,8 por ciento entre noviembre de 2023 y mayo del año en curso.
Los valores actuales de los salarios registrados resultan sumamente reducidos en una perspectiva de mediano plazo: Si el salario registrado real se compara con el nivel que tenía al final del gobierno de Mauricio Macri, en noviembre de 2019, resulta 24,2 por ciento inferior (y 32,1 por ciento menor si se mide en alimentos). Si la comparación se realiza respecto del nivel de noviembre de 2015, último mes completo de la presidencia de Cristina. Fernández, resulta casi 40 por ciento más bajo.
La caída salarial reciente fue sustantivamente mayor para el sector público, como parte del ajuste dramático en el gasto estatal. Entre noviembre de 2023 y abril del presente año, el salario registrado promedio real del sector público cayó 21,3 por ciento mientras que en el sector privado la disminución fue de 11,2 por ciento.
Dada la reducción salarial que ya se había acumulado durante el gobierno previo, el salario real del sector público fue en febrero 29,9 por ciento más bajo que en noviembre de 2019 y 20,9 por ciento menor en el caso del sector privado. Cuando la comparación se realiza respecto de noviembre de 2015, las pérdidas alcanzan al 46,3 y 36,0 por ciento, respectivamente.