El Gobierno acota las ganancias de algunas prepagas mientras sigue la desregulación

El Gobierno definió un nuevo mecanismo para la actualización de las cuotas en los planes de las empresas de medicina prepaga. La explicación confundió más a la población. Con la indexación, les seguirá garantizando una rentabilidad extraordinaria. 

03 de mayo, 2024 | 00.05

El Gobierno nacional creó su propia encerrona a partir de la desregulación económica incluida en el DNU 70/2023. Las empresas de medicina prepaga aumentaron de manera exponencial el valor de sus cuotas, amparadas en la “libertad de mercado” mileista. Tras una denuncia de la Coalición Cívica, el Poder Ejecutivo ideó toda una línea argumental para que un grupo de siete empresas (OSDE, Swiss Medical, Galeno, Omint, Medifé, Hospital Alemán, Hospital Británico) retrotrajera los valores de sus planes a diciembre del año pasado. Así y todo, el Gobierno les ofreció la posibilidad de indexar sus cuotas a partir de la inflación acumulada en los últimos cinco meses.

La administración de Javier Milei ensaya diferentes puestas en escena para beneficiar de manera permanente a los representantes del poder económico que contribuyeron con la redacción de la estructura jurídica incluida en el DNU 70/23 y la Ley de Bases. En el caso de las empresas de medicina prepaga, a pesar de alguna sobreactuación, se les permitirá a siete empresas una readecuación de su rentabilidad de hasta un 100% para el período diciembre – mayo. Nada mal para este sector del establishment.

Por fuera de estas siete prepagas, seguirá vigente la libertad desreguladora del DNU 70/2023. En algunos casos, como la prepaga del CEMIC, ya acumulan subas de hasta un 180%. 

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 “Las prepagas hicieron lo que quisieron porque el Poder Ejecutivo las dejó actuar a partir de la desregulación incluida en el DNU 70/2023, que sigue vigente. En la ley que regulaba a las empresas de medicina privada se especificaba que cada aumento debía justificarse en la estructura de costos de las empresas. Una actualización por inflación también es arbitraria. El Gobierno no hace más que seguir confundiendo a la población”, sostuvo en diálogo con El Destape Roberto Zorzoli, ex asesor de Patricia Vaca Narvaja en su paso como vicepresidenta de la Cámara de Diputados y especialista en temas vinculados a defensa de la competencia y el consumidor.

¿Qué dijo señor?

La explicación de la nueva fórmula que deberían aplicar las siete empresas mencionadas por el Gobierno contuvo una serie de galimatías que aportaron más a la confusión generalizada que al entendimiento del asunto.

“Los valores no podrán superar la cuota del plan de salud médico asistencial del mes de diciembre de 2023 multiplicada por 1 + la variación porcentual entre el Índice de Precios al Consumidor nivel general. Para calcular el valor máximo de la cuota actual (dependiendo el caso podría ser de abril o de mayo), se deberá aplicar un ajuste, cómo máximo del 93,3% para la cuota de abril, mientras que para la cuota de mayo se deberá aplicar como máximo un ajuste del 114,6%”, explicaron desde la Secretaría de Comercio.

¿Por qué las cuotas de los planes de salud deberían seguir la evolución de la inflación? ¿Cuánto representan en sus balances el pago de salarios o la aplicación de determinados tratamientos o la compra de insumos? Estas no son preguntas retóricas.

“Las empresa de medicina prepaga no trabajan con una mercancía más. Está en juego la salud. Por eso estaban reguladas”, reafirmó Zorzoli, quien tuvo una fuerte participación durante el proceso legislativo que modificó la regulación del sector en 2011. Para otros especialistas, este conjunto de empresas funcionan más como organizaciones financieras.

“Las prepagas no son un sistema de salud, son un ente financiero. Son un seguro. No tienen nada que ver con la prestación de salud, contratan los mismos prestadores que el sistema público”, reflexionó el sanitarista Jorge Rachid al momento de conocerse los alcances del DNU 70/2023.

Con nueva fórmula o sin ella, las empresas seguirán incrementando sus ganancias por fuera de los controles oficiales. La decisión oficial avanzó sobre siete empresas. ¿Y el resto?

Bajo el amparo del DNU 70/2023, muchas siguen haciendo lo que quieren. Por ejemplo, el Hospital Italiano, que se muestra como una entidad sin fines de lucro (pero en el que invierte el empresario Carlos Tita, cercano al cortesano Ricardo Lorenzetti), aplicó - en alguno de sus planes - subas de hasta un 114% entre diciembre y abril de este año.

En enero, esta prepaga –que también funciona como un hospital escuela - subió sus planes en un 40% amparada en el DNU 70/23. Y desde entonces, no paró hasta el 114% de actualización mencionado.  Ahora, para las cuotas de mayo decidió frenar el alza pautada en el 9% y cobrar lo mismo que hasta abril. Para los próximos meses, más incertidumbre para sus afiliados.

En el caso del CEMIC, también hubo subas discrecionales por fuera de todo cálculo inflacionario; en algunos planes para grupos familiares de hasta dos adultos, aplicaron una actualización de hasta un 101% en enero, la primera movida luego del dictado del DNU 70/23. Y desde entonces, siguieron con readecuaciones que llegaron hasta un 80% más. Es decir, casi un 180% en cinco meses.

El fondo de la cuestión

La desregulación, tanto de precios como del funcionamiento de las empresas de medicina prepaga y las obras sociales forma parte de un proyecto más “ambicioso” para las huestes libertarias, como podría ser la vuelta a un esquema similar al de las AFJP.

“Las prepagas tienen que ser para el 10% de la población con más recursos”, explicó Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical y accionista de Corporación América, junto a Eduardo Eurnekian, antiguo empleador de Milei y semillero de funcionarios para el Gobierno de La Libertad Avanza.

La desregulación de precios fue solo una excusa para Belocopitt; quizás por eso haya simulado dar un paso al costado en la cámara donde confluían los intereses del resto de las empresas. Su objetivo es otro. Y Milei lo sabe.

“Pretenden llevar el sistema a una situación similar a lo buscado durante los ´90 a través del Banco Mundial, una fragmentación total del sistema. Los privados quieren quedarse con el universo de los trabajadores pasivos y activos con la idea de aplicar un seguro nacional de salud, manejado por el sistema financiero”, enfatizó Rachid en diciembre del año pasado. Belocopitt ya implementó un esquema de seguro a través de la organización Blue Cross & Blue Shield Uruguay.

El plan de miseria planificada de Milei persigue dejar afuera de toda contención social a la mayoría de la población. Sus acciones tienden a beneficiar a un selecto grupo social, algo así como ese 10% de la población imaginado por Belocopitt con capacidad de pagarse un seguro privado de salud.

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