Dos pesos pesados del mundo gremial se encuentran en disputa con empresarios en el marco de las negociaciones paritarias. Los reclamos del sindicato del neumático (Sutna) y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) evidencian una situación pocas veces vista: el marcado retraso salarial de los trabajadores registrados del sector privado. Incluso desde el FMI se oyen voces que reconocen la necesidad de recomponer los ingresos.
El viernes, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria en el conflicto que afectaba a la UOM, tras el paro iniciado este jueves un paro por 48 horas en reclamo de mejoras salariales. El miércoles, el gremio conducido por Abel Furlán había difundido un mensaje en sus redes sociales para anunciar el paro: "Luego de casi 12 horas de negociación paritaria ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, el sector empresario se negó a brindar una respuesta oportuna a la petición salarial de la Unión Obrera Metalúrgica".
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Apuntaron al grupo Techint para comprender el conflicto y aducieron que, ante “la negativa a pagar salarios dignos” que “no se corresponde a una incapacidad económica ni productiva”, las compañías del sector “pretenden que la sociedad entera naturalice que pueden existir empresas que paguen salarios de pobreza en la Argentina”. Empleo de calidad con salarios que no corren al ritmo de la canasta básica.
Por su parte, el Sutna llevó a cabo un paro a gran escala el jueves en el marco de la negociación paritaria. La medida de fuerza implicó el cese de actividades en las plantas de Fate, Bridgestone y Pirelli, y se da en respuesta a la disconformidad del gremio con la propuesta de suba salarial acercada por las empresas. En 2022, el sindicato que conduce Alejandro Crespo protagonizó el conflicto gremial más importante por su extensión y consecuencias sobre el andar del aparato productivo.
La decisión del Sutna llega tras una audiencia en la que las partes no lograron llegar a un acuerdo. Según el acta de la reunión, las compañías argumentaron estar "atravesando una coyuntura compleja, donde las dificultades que existen en la comercialización de neumáticos se ven potenciadas por una situación de incertidumbre respecto a ciertas variables macroeconómicas que obligan a las empresas de la actividad a encarar la presente negociación con la máxima prudencia posible…". Misma sintonía que con los metalúrgicos: multinacionales que apuntan al deterioro del poder de compra frente a la inflación.
¿Cuánto ganan los argentinos?
Según datos del Ministerio de Trabajo para el primer trimestre, hay una brecha del 710% entre los ingresos de los asalariados mejor pagos y los de más baja remuneración. Las tres ramas de actividad que sobresalen sobre el resto son los sueldos que pagan a los trabajadores nucleados en “extracción de petróleo crudo y gas natural”, los de “extracción de minerales metalífero”, y aquellos ubicados en el rubro “electricidad, gas y agua”. Cabe aclarar que ñas actividades económicas con mejor nivel de salarios no poseen una alta participación en el mercado laboral.
A marzo de 2023 y sin la activación de paritarias, el rubro con peores sueldos fue el de “servicios de hotelería y restaurantes”, con un sueldo medio neto de $115.840 al mes. Los empleados del rubro con remuneración más baja ganan $ 822.546 menos que los de mayor ingreso.
En paralelo, durante el primer trimestre del año, el conjunto de los trabajadores asalariados, ya sea bajo un régimen formal o sin derechos laborales, incrementaron su participación dentro de la torta de ingresos y ganancias de la economía, mientras que las empresas privadas retrocedieron en su participación. La remuneración al trabajo asalariado se incrementó en dos puntos porcentuales en la comparación interanual (48,4% del valor agregado bruto), mientras que el excedente de explotación bruto tuvo una caída de tres puntos.
La participación de las empresas mermó debido la caída de las exportaciones del agro, la quita de subsidios a los servicios públicos y la desaceleración de la actividad económica. Si bien la creación de empleo impactó de manera positiva en la estadística, los trabajos informales crecieron el doble que los empleos registrados.
La remuneración al trabajo asalariado aumentó de manera nominal un 108,4% respecto al mismo período de 2022. De acuerdo al Indec, se pasó de una participación del 46,3% en el primer trimestre del año pasado al 48,4% en el período enero-marzo de 2023.
Hasta el Fondo habla de retraso salarial
Voces impensadas admiten la contracción del poder de compra. Hace dos semanas, el Departamento de Investigaciones del FMI publicó un artículo que plantea que los trabajadores "están presionando por aumentos salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido", por lo cual "es posible que las empresas deban aceptar una participación de ganancias más pequeña si la inflación se mantiene en el camino para alcanzar el objetivo del 2 por ciento del Banco Central Europeo en 2025, como se proyecta en nuestro Informe mundial más reciente".
Para el Fondo, hasta ahora las empresas europeas "han estado más protegidas que los trabajadores del impacto adverso de los costos". Las ganancias (ajustadas por la inflación) estuvieron aproximadamente un 1% por encima de su nivel previo a la pandemia en el primer trimestre de este año. Mientras tanto, la compensación de los empleados (también ajustada) estuvo un 2% por debajo de la tendencia.
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"Este retraso en las ganancias salariales tiene sentido: los salarios son más lentos que los precios para reaccionar ante los shocks. Esto se debe en parte a que las negociaciones salariales se llevan a cabo con poca frecuencia. Pero después de ver caer sus salarios en aproximadamente un 5 por ciento en términos reales en 2022, los trabajadores ahora están presionando por aumentos salariales". Las preguntas clave, para el FMI, son qué tan rápido aumentarán los salarios y si las empresas absorberán costos salariales más altos sin aumentar más los precios.
Suponiendo que los salarios nominales aumenten a un ritmo de alrededor del 4,5 por ciento durante los próximos dos años (ligeramente por debajo de la tasa de crecimiento observada en el primer trimestre de 2023) y que la productividad laboral se mantenga prácticamente estable en los próximos dos años, la participación de las empresas en las ganancias habría volver a los niveles previos a la pandemia para que la inflación alcance el objetivo del BCE a mediados de 2025.
Si los salarios aumentaran más significativamente, por ejemplo, la tasa del 5,5 por ciento necesaria para guiar los salarios reales de regreso a su nivel anterior a la pandemia para fines de 2024, la participación en las ganancias tendría que caer al nivel más bajo desde mediados de la década de 1990 (salvo que se produzcan cambios).