Crece la brecha de ingresos y la necesidad de buscar más trabajo para llegar a fin de mes

La dinámica positiva del mercado de trabajo no tiene impacto directo en una mejora en la calidad de vida de las y los trabajadores que, en su mayoría, ganan por debajo de la canasta básica. La disputa central es por la distribución.

03 de julio, 2023 | 00.05

En el primer trimestre del 2023 el 60% de las y los trabajadores del país ganó por debajo de la canasta básica. El impacto de la inflación en los ingresos aparece así como uno de los factores que más incide en la necesidad de buscar más trabajo en las familias que, pese al estancamiento de la actividad en los últimos meses, lo encuentran. No obstante, si bien los últimos datos oficiales confirman la tendencia al alza en el nivel de ocupación, el mayor incremento estaría dado, sobre todo, por ocupados sin registrar.

Según datos del Ministerio de Trabajo nacional, en los dos últimos años la cantidad de personas ocupadas se incrementó un 10,1% alcanzando el mercado de trabajo argentino "la proporción de personas ocupadas sobre el total más elevada desde el 2003”. En el primer trimestre de 2023 se contabilizan 1,2 millones de personas ocupadas más que en el mismo trimestre de 2019.

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En ese mismo escenario, el deterioro del poder de compra también se sostiene en el tiempo. Si bien al inicio del año "los acuerdos paritarios compensaron parte de la pérdida salarial, no alcanzó para evitar que el salario siga por debajo de fines de 2019”, analizaron los economistas del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) y agregaron que, en relación a una década atrás, el salario privado perdió 24%, lo que equivale a “trabajar un año, pero cobrar por 9 meses”. En abril de 2023, la totalidad de los salarios (privado, público y no registrado) volvieron a quedar, por tercera vez consecutiva en el año, por debajo de la inflación mensual.

La clave está en los ingresos 

El salario promedio actual está entre $80.000 y $90.000 por debajo de 2015. Desde entonces cada trabajador perdió casi $5 millones. Estos datos se desprenden de un informe del centro de economía MATE que analizó la pérdida acumulada en todos los meses transcurridos. En relación, señalaron que “en los primeros 40 meses de mandato de la gestión actual los trabajadores acumulan una pérdida individual promedio equivalente a $184.000”, en tanto que, en igual cantidad de meses de la gestión de Juntos por el Cambio “cada trabajador ya había perdido 1,3 millones”, a diferencia del resultado positivo de los tres gobiernos anteriores (de 2003 a 2015). 

En la misma sintonía, las estadísticas recientes de la Evolución de la Distribución del Ingreso para los primeros tres meses de este año difundidas por el Indec, muestran un crecimiento de la desigualdad entre los diferentes deciles de la población. El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar que fija un valor donde “0" es el nivel de mayor igualdad y "1" el de mayor desigualdad, se ubicó en 0,446, de esta manera creció con respecto a igual trimestre de 2022 (0,430).

Al mirar los ingresos individuales, laborales y no, se detectó que 62,6% de la población (18.376.702 personas) percibió un ingreso promedio de $123.782, es decir, muy por debajo del valor de una Canasta Básica Total que en mayo fue de $217.916 para una familia de cuatro integrantes. Si se mira por deciles, la diferencia entre el decil 1, de menor ingreso per cápita, y el 10, de mayor ingreso, refleja una brecha que llega a 14 veces. Mientras que el ingreso promedio del estrato bajo (deciles del 1 al 4) equivale a $44.235, el del estrato medio (deciles del 5 al 8) a $114.804, el del estrato alto (deciles 9 y 10) salta a $300.882.

Por su parte, en cuando a las y los ocupados, se registró un ingreso promedio de $115.127 y un ingreso mediano de $95.000, “equivalente al límite superior de ingresos del decil 5, bajo el cual se sitúa el 50% de las personas ocupadas”, señaló el Indec. A su vez, hay una marcada diferencia ocupados con descuento jubilatorio, cuyos ingresos promedios llegan a $151.773 pesos, al tiempo que quienes no están registrados tuvieron un ingreso promedio de apenas $65.657. 

Para el Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP) el desempeño de los ingresos de los trabajadores es reflejo de un “efecto salario” y un “efecto composición”. Con el primero refieren a “la marcada caída del salario real desde 2017, que se explica por las dificultades para controlar el tipo de cambio asociadas a la aceleración inflacionaria y la escasez de reservas internacionales”, en tanto que lo segundo indica que “si bien el crecimiento trajo aparejado un aumento del empleo, la creación de puestos de trabajo se concentró en asalariados informales y no asalariados que tienen menores remuneraciones en promedio, por lo que el incremento de la informalidad y la precariedad laboral impacta en el ingreso por trabajador y limita la expansión de la masa salarial”. 

Por otro lado, un estudio presentado por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA que analiza la situación del mercado de trabajo en la última década estimó que “el ingreso laboral mensual se vio marcadamente afectado en el período 2010-2022, pasó de $115.538 a $ 79.616 (en pesos constantes del tercer trimestre de 2022)”, así “si bien la evolución de la media de ingresos por sector es relativamente similar, el saldo 2010-2022 fue aún más negativo para los ocupados en el sector público (-36%) y del sector micro-informal (-30,3%) que para los del sector privado formal (-26,2%)”

Tipos de empleos

El derrotero negativo del poder de compra es un factor que incide en la necesidad de buscar otro trabajo para reforzar los ingresos familiares, el aumento de la Población Económicamente Activa (PEA) así lo demuestra. En el primer trimestre de este año alcanzó los 638 mil casos en un contexto donde, a la par que crece la actividad y el empleo y baja la desocupación, se sostiene el amesetamiento de la actividad. 

Datos recientes del Ministerio de Trabajo nacional indicaron que entre diciembre de 2019 y abril 2023 se crearon más de un millón de puestos de trabajo registrados incluyendo empleo público, privado registrado, trabajo en casas particulares, monotributistas y autónomos. En cuanto al empleo registrado del sector privado en abril “creció un 0,3% con respecto al mes anterior, lo que significa que se incorporaron 17 mil personas más, por lo que el empleo formal lleva 33 meses consecutivos en crecimiento”.

Sobre la situación de la población ocupada registrada y la no registrada a inicios de 2023, desde el CEPA indicaron que si bien ambas crecen en el tiempo, se verifica un mayor incremento de las personas sin registrar. “En el primer trimestre del 2023, el primer grupo representó 21,1% de la población total mientras que el segundo abarcó al 12,3%. A su vez, en relación al primer trimestre del 2022, se verifica un incremento de las personas ocupadas con descuento jubilatorio (4,3%), pero menor al dinamismo de la cantidad de personas ocupadas sin descuento jubilatorio (8,9%)”, dando cuenta de una creciente heterogeneidad en el mundo laboral

El documento ya mencionado de la UCA analizó por su lado que “la persistencia de los problemas estructurales del escenario laboral argentino de las últimas décadas se representa en las elevadas tasas de asalariados no registrados, en un alto índice de subempleo entre los cuentapropistas y en el bajo nivel de retribuciones en una parte importante de los trabajadores. Estos datos expresan la fragmentación del escenario laboral y la exclusión de una franja de trabajadores sin posibilidades de acceder a un empleo de calidad”. De acuerdo con los datos “entre 2010 y 2022, la proporción de subempleos inestables pasó del 9,2% al 23% de la población económicamente activa”. 

Al respecto, en 2022 “sólo el 37,2% de las mujeres activas pudieron obtener un empleo pleno de derechos mientras que sí lo obtuvieron el 43% de los varones activos" y según el nivel educativo, "sólo el 15,8% de los activos que no llegaron a culminar los estudios secundarios alcanzaron un empleo de calidad mientras que el 53,9% de los que tenían secundario completo lo consiguieron”, señaló el mismo informe. En cuanto al empleo precario, “el 27,2% de las mujeres activas poseían empleo precario y el 28,6% de los hombres activos”, y por sector de ocupación, “la precariedad laboral alcanza al 46,6% de los ocupados del sector micro-informal mientras que solo representaba al 19,2% de los del sector privado formal y al 4,9% de los trabajadores del sector público”. 

Los desafíos del semestre

Los últimos datos del Estimador mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec dan cuenta de una contracción en el nivel de actividad que en abril cayó 1,9% en la comparación mensual y también evidenció una baja interanual (4,2%), siendo el peor desempeño desde octubre de 2020. Lo que suceda con este indicador en el resto del año es clave considerando además que luego del crecimiento de la etapa 2021 hasta noviembre del 2022, comenzó a mostrar un mayor estancamiento hasta la actualidad.

“Una preocupación clave sobre las condiciones de vida de la mayor parte de la población tiene que ver con que si el crecimiento económico y la creación de empleo no bastaron para reducir la pobreza, qué puede esperarse si se estanca la actividad económica y se deteriora el salario real” analizaron desde el OCEPP en su informe sobre distribución del ingreso y pobreza. En ese sentido recordaron que “luego de la marcada recesión inducida por la pandemia y la rápida recuperación en 2021, durante el año pasado esta recuperación se consolidó, alcanzando niveles de actividad superiores a los de 2019. Sin embargo, este incremento de los ingresos no se tradujo en una reducción de la pobreza, que en el segundo semestre del año alcanzó el 39,2%”. 

En la misma línea agregaron que “los trabajadores recuperaron los niveles de ingreso previos a la pandemia, pero no alcanzaron a compensar la marcada caída que habían sufrido con la crisis cambiaria durante el gobierno de Macri, que implicó que la masa salarial se encontrara en 2019, un 15% por debajo de la de 2016", a diferencia del sector empresario que "consolidó en 2022 los ingresos alcanzados en 2021, año en que la participación de las ganancias tuvo un aumento pronunciado, de casi 4 puntos porcentuales”. 

Desde el Ministerio de Trabajo, por su parte, indicaron que los datos para mayo anticipan la continuidad de la expansión del empleo, destacando sectores como Construcción, Industria, Hoteles y restaurantes, e inmobiliarias. “Las expectativas netas de las empresas en relación con la contratación de personal para los próximos tres meses se mantienen positivas (3%)”, agregaron.