Al cierre del 2022, los datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares indicaban que se habían creado en el país 1.357.662 puestos de trabajo totales en comparación con el cierre del 2021. Dentro de este dato general, las mujeres mejoraron en su participación dentro de la masa laboral al pasar de un 43,1% del total al 43,4%, con la misma corrección porcentual para el caso de los varones. Así y todo, persisten las brechas salariales en favor de los varones. Estos datos desagregados se corresponden al informe “Remuneración al trabajo asalariado, ingreso mixto e insumo de mano de obra por sexo y tramos de edad” difundido por el Indec. El trabajo da cuenta de otra realidad, que convivió con el incremento del PBI del 5,2% del año pasado: los puestos de trabajo informales aumentaron en mayor proporción que los puestos con recibo de sueldo, misma situación que la registrada al primer trimestre de este año.
Según el Indec, los puestos de trabajo totales habían llegado, a diciembre del año pasado, a los 21.855.410 casos, un incremento del 6,2% en la comparación interanual. De este total, el 56,6% de estuvieron ocupados por varones. Esto fue equivalente a 12,3 millones de personas. Al cierre de 2021, eran 11,6 millones con una representación del 56,9%. En el caso de las mujeres, representaron el 43,4% de puestos, es decir, 9,4 millones de personas. Para diciembre de 2021, las mujeres empleadas llegaban a 8,8 millones, con una representación del 43,1%.
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En términos nominales, estos datos indican que se sumaron a la masa salarial 700.000 varones y 600.000 mujeres. Pero más allá de esta aparente similitud o paridad en la cantidad de varones y mujeres que ingresaron a la masa laboral, la principal dispersión se da en la remuneración promedio que recibe cada uno.
“La remuneración al trabajo asalariado es mayor en los varones, tanto asalariados registrados como no registrados. A su vez, la mayor proporción de la remuneración al trabajo asalariado se da en el grupo de 30 a 49 años, y le sigue en importancia relativa el grupo de 50 años y más”, puede leerse en el informe del Indec.
Esta conclusión se aprecia en el promedio salarial, también explicitado por el trabajo del Indec. Los varones entre los 30 y 49 años en relación de dependencia recibieron un salario promedio de 245.000 pesos, mientras que los ingresos para las mujeres en el mismo rango etario, fueron de 177.000 pesos.
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La enorme brecha entre varones y mujeres también se repitió entre los trabajadores no asalariados: un promedio de 59.800 pesos contra 31.500 pesos. Lo segundo que demuestra este dato es la baja vara salarial que existe en el país, sobre todo para los asalariados no registrados que siguen muy por detrás de la canasta básica total.
Parte de este dato se explica porque si bien hubo un avance en la cantidad de puestos de trabajo, lo que más aumentó en términos porcentuales fue la precariedad laboral. Según el informe generación del ingreso que también difunde el Indec, los puestos asalariados registrados solo aumentaron un 3,4% mientras que el universo de los no registrados tuvo un incremento interanual del 15%. En 2021, los no asalariados se habían incrementado un 13% contra el peor año de la pandemia.
El trabajo del Indec también ofrece una disección entre el empleo público y privado. En el caso del sector privado, hubo 7,2 millones de asalariados con derechos laborales contra 5,7 millones de empleados sin recibo de sueldo.
En comparación con el cierre de 2021, los empleados y empleadas en relación de dependencia del sector privado se incrementaron en 284.198 casos, mientras que los puestos informales avanzaron en 1.114.382 casos.
El primer trimestre
Entre enero y marzo de este año, los puestos de trabajo totales tuvieron un crecimiento promedio del 3,7% en la comparación interanual. Sin embargo, el empleo informal aumentó un 6,3% frente al 3,2% del segmento registrado.
Hacia el interior de cada sector, puede destacarse que en el rubro agricultura y ganadería, se registraron 1,2 millones de empleos, de los cuales solamente 344.000 contaban con recibo de sueldo. Por su parte, las personas que se desempeñan en la informalidad, dentro de uno de los sectores más ricos del país, ascendieron a las 480.000. El resto forma parte de los no asalariados.
En el caso de la industria manufacturera, hubo 2,7 millones de empleados, de los cuales el 22% se desempeña en la informalidad al primer trimestre del año.
Por su parte, en el caso de la construcción se destacaron más puestos de trabajo informales que registrados: 555.000 empleos contra 480.000.
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