El salario real cayó 3 por ciento en 2020, lo que se suma a la pérdida de 17,3 por ciento en 2018 y 2019. El salario formal trepó casi 14 por ciento durante el primer trimestre del año pasado, prácticamente duplicando a la inflación del período.
Sin embargo, la llegada de la pandemia y la cuarentena dieron por tierra con cualquier intento de recuperación del salario real. "Entre abril y agosto, en un contexto de caída inédita del nivel de actividad y disparada de la incertidumbre, muchos gremios postergaron sus paritarias, resignando cualquier mejora de poder adquisitivo, pero apostando a mantener los puestos de trabajo", señala un documento de la consultora Ecolatina.
"Producto paritarias que no anticiparon aceleraciones inflacionarias, el poder adquisitivo de los empleados registrados sufrió en demasía la crisis de la segunda mitad de la gestión Cambiemos. En respuesta, el Frente de Todos enfocó su campaña de 2019 en apuntalar los ingresos de los asalariados, y los aumentos de suma fija decretados al comienzo de 2020 intentaron cumplir esta promesa", señala el informe.
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Los salarios nominales de los trabajadores registrados avanzaron 3,3 por ciento entre abril y agosto, muy por debajo de una inflación que acumuló más de 8,5 por ciento en el período. En consecuencia, el salario real retrocedió casi 6 por ciento en ese período, ubicándose 2,5 por ciento por debajo de los niveles de cambio de gobierno (diciembre de 2019).
"En un contexto de crisis, priorizar el ajuste por precios -ingresos- en lugar de hacerlo por cantidades -puestos de trabajo- ayudó a repartir los costos entre más personas y atenuar los costos sociales del Coronavirus y la cuarentena; no obstante, lejos estuvo de evitar los problemas", reconoce Ecolatina.
La situación de los trabajadores informales fue sistemáticamente peor que la del sector registrado. Este último tiene protecciones legales que velan por sus puestos de trabajo, en tanto los primeros perdieron directamente la totalidad de sus ingresos en muchos casos o quedaron a merced de la “buena voluntad” de sus empleadores, producto de las restricciones a la movilidad y a poder realizar sus tareas.
"En la misma línea, la falta de regulaciones sobre esta parte del mercado les impidió acceder, al menos de manera directa, a los ajustes de suma fija de enero y febrero pasados", detalla el documento.