El Salario Mínimo, Vital y Móvil: ¿es referencia?

La suba en el precio de los alimentos condiciona los aumentos de la canasta básica alimentaria y tiene impacto en la tasa de indigencia y, en parte, de pobreza. Frente a ello, las transferencias resultan relevantes para revertir el derrotero negativo del poder adquisitivo de los ingresos.

26 de noviembre, 2022 | 00.05

Esta semana se acordó una actualización del Salario Mínimo, Vital y Móvil que tendrá un aumento del 20% en cuatro tramos: 7% en diciembre, 6% en enero, 4% en febrero y 3% en marzo de 2023. De esta manera, el monto pasará de $57.900 a $69.500. ¿Qué importancia tiene para la economía?

Por un lado, es necesario analizar la evolución de su poder de compra. En ese sentido se observa que, desde diciembre de 2015 a la fecha, el salario mínimo se redujo, en términos reales, 33%. De ese total, el 26% de la caída tuvo lugar entre 2016-2019, durante la gestión de Mauricio Macri.

Otro punto de análisis vinculado a lo anterior, es el rol clave que el salario mínimo, vital y móvil (SMVyM) supo tener en tanto piso de referencia para las discusiones paritarias. Desde 2016, debido al impacto de las políticas regresivas del macrismo y luego con la pandemia, fue perdiendo esa función de referencia, que permitía fijar una base para lograr básicos de Convenio acordes a las necesidades de las y los trabajadores.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Un tercer aspecto tiene que ver con que, en el marco antes mencionado, su discusión empezó a estar asociada más estrictamente al gasto que conllevan las actualizaciones para el Estado, lo que genera que se desvíe el foco central: si resuelve o no el problema que implica alcanzar ingresos que permitan una subsistencia digna. Un dato ilustrativo: hoy el SMVyM es el 41% de la Canasta Básica Total ($139.738 octubre) para un grupo familiar de 4 personas.

En relación, se debe considerar que el salario mínimo es referencia para 1,3 millones de personas que reciben el programa Potenciar Trabajo, que tendrá ahora una suba de $5900 (la mitad del total de suba del Mínimo), y para el 82% de la jubilación mínima.

Por su parte, en estos días se anunció también un incremento del 40% en la Tarjeta Alimentar: por un hijo se cobrará $12.500, por dos hijos $19.000 y por tres hijos $25.000. En términos interanuales, la suba es del 100%. En este punto, vale recordar que este año se otorgaron dos bonos refuerzos a mitad de año (de $9.000) que abarcaron a siete millones personas, a lo que se sumó recientemente el Refuerzo Alimentario para Adultos sin Ingresos ($ 45.000) para dos millones de personas.

Todo ello en una coyuntura donde es necesario lograr un impacto real en los ingresos de la población más vulnerable, considerando que el dato de incidencia de la indigencia para el primer semestre de 2022 fue del 8,8% (+0,6 puntos), con un claro efecto de la inflación de alimentos, ya que desde principios de este año se registra una fuerte aceleración de sus precios, incluso algunos meses, por arriba de la inflación general.

De esta manera, la suba en el precio de los alimentos condiciona los aumentos de la canasta básica alimentaria, y tiene impacto en la tasa de indigencia y, en parte, de pobreza, frente a ello las transferencias resultan relevantes para revertir el derrotero negativo del poder adquisitivo de los ingresos.

Finalmente, cabe destacar que la discusión de una herramienta como la suma fija se vuelve necesaria desde el momento en que el salario mínimo dejó de cumplir su rol de piso de referencia para que los salarios se adecúen al costo de vida de la población.