El último aumento derivado de la nueva ley de movilidad jubilatoria alcanzó el 15,53% para septiembre. Adicionalmente, se anunció un refuerzo de ingresos de $ 7.000 pagaderos en septiembre, octubre y noviembre, monto que irá decreciendo progresivamente hasta $ 4.000 y que cobrarán quienes tienen ingresos de hasta dos haberes mínimos. Este tipo de medidas compensan los efectos dañinos que tiene la inflación sobre los ingresos y es una de las opciones que baraja el Gobierno para levantar también los salarios muy deprimidos.
Tras la reunión de Gabinete de la semana pasada, el ministro de Trabajo Claudio Moroni sostuvo que el Gobierno evalúa todas las herramientas para que los salarios se posicionen por encima de la inflación. Una de las posibilidades que se analizaron para la recomposición del salario para trabajadores formales que ganan entre $ 50.000 y $ 150.000 es que se otorgue un aumento por suma fija y/o con la reapertura de las paritarias.
De acuerdo a las últimas estadísticas oficiales disponibles, en junio los salarios aumentaron en promedio 4,8%, mientras que la inflación alcanzó el 5,3%, y en julio se espera una repetición de este comportamiento. Esto representó una pérdida en el poder de compra de 0,5%. Sin embargo, el dato a resaltar es que el deterioro se observó tanto en los salarios del sector privado como del sector público y los informales.
En el primer semestre, los sueldos avanzaron 34,3%, mientras que la inflación en el mismo período fue de 36,2%. La peor situación es la que atraviesan los trabajadores informales, que en el último año se ubican seis puntos por debajo del aumento del costo de vida.
Ante este escenario, en los gremios hay dudas sobre la efectividad de un bono. Voces del mundo gremial afirmaron a este medio que las sumas extraordinarias achatan categorías y no actualizan los ítems adicionales (turno, guardias pasivas, zona inhóspita, título, quebranto de caja, viáticos, etc). Por eso, diversos sectores se inclinan por un aumento porcentual de emergencia, en todo caso, escalonado, para beneficiar a los trabajadores de básicos menores. Aún así, en un contexto de tal debilidad, el bono parece mostrar resultados en el mundo jubilatorio.
Las jubilaciones resisten a la inflación
Observemos lo que pasó en retrospectiva. Tres de las primeras cuatro actualizaciones jubilatorias de 2021, resultantes de la fórmula votada a finales de 2020, lograron superar la inflación (junio, septiembre y diciembre 2021). Vale recordar que, para compensar el desfasaje de la primera actualización de movilidad, el Gobierno incluyó dos bonos de $1.500 pagaderos en abril y mayo de 2021 para jubilaciones de hasta $30.856.
Para compensar el segundo trimestre, se pagó un bono de $ 5.000 en agosto. Finalmente, en diciembre de 2021, los jubilados percibieron hasta $ 8.000, cobrando no menos de $ 37.062. La fórmula permitió mejorar el derrotero de la evolución del haber, logrando que el 2021 cierre con 52,67% de actualización contra 50,79% de inflación. Con la fórmula anterior la actualización hubiese sumado 49,6%.
Ya en 2022, la primera actualización sumó 12,28%, pero la inflación superó dicho guarismo y se ubicó en 16,07%. En el segundo trimestre, y con una inflación creciente, la segunda actualización del año, (de 15%) no logró superar la evolución de precios del período, que alcanzó 17,3%. Para compensar lo sucedido, se pagó un bono de $ 6.000 en abril. Luego de ello, y con el objetivo de equiparar el Refuerzo de Ingresos anunciados para desocupados, trabajadores/as de casas particulares, y demás, se decidió incorporar un segundo monto, pagaderos en mayo, de $ 12.000.
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La tercera actualización alcanzó 15,53% y si se cumpliesen los pronósticos del REM (20%) quedaría por debajo de la evolución de precios. Para compensar la situación, se impulsó un bono de $ 7.000 mensuales (que irá decreciendo progresivamente hasta $4.000 que cobrarán quienes tienen ingresos de hasta dos haberes mínimos) para el período septiembre a noviembre. La modificación de la fórmula, que incluyó el valor mayor entre la variación de RIPTE o el dato salarial de INDEC, permitió mejorar el indicador en marzo 2021, diciembre 2022, marzo 2022 y septiembre de 2022.
Según un informe del Centro de Política Económica (CEPA), si se considera la jubilación mínima desde principios de 2019 en adelante, se observa que la curva se mantiene relativamente estable, con los saltos relacionados con el impacto de los bonos respectivos, aunque con un mínimo en el tercer trimestre de 2022. Es decir, "no se recuperan aún los valores perdidos durante los cuatro años de gestión de Cambiemos, pero la jubilación mínima no pierde mayormente contra la inflación".
Si se compara los índices de movilidad con la fórmula anterior y los resultantes de la aplicación de la ley actual, hay un evidente mejor desempeño de la reciente norma. La actualización jubilatoria, en caso de haberse mantenido la fórmula votada a finales de 2017 (70% inflación 70% y 30% salarios) hubiese sumado 49,6% en 2021 y 40,8% en lo que va del 2022. Asimismo, con la nueva fórmula, ese valor ascendió a 52,7% en 2021 y 49,2% en lo que va del 2022. La diferencia asciende a 17,1 puntos.
Para comparar, si la jubilación mínima con la actualización de septiembre alcanza a $ 43.352, con la movilidad anterior sería de $ 38.955, es decir, de casi $ 4.400 menos. Asimismo, la jubilación media alcanzará aproximadamente $ 66.895 en septiembre con la nueva ley y hubiese sumado $ 59.672 con la anterior, es decir, una diferencia de $ 7.222.