El Consejo del Salario se vuelve a reunir: inflación, retraso y un enorme desafío

Busca fijar el nuevo monto del mínimo, que está aún por debajo de 2015. Representa solo el 40% de la canasta básica familiar e influye en los planes sociales y seguro de desempleo.

10 de julio, 2023 | 00.05

Esta semana tendrá lugar un nuevo encuentro del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM), donde representantes sindicales, empresariales y del Ministerio de Trabajo definirán el nuevo monto del salario que hoy se encuentra en $87.987. Las expectativas se focalizan en lograr que la actualización compense la inflación acumulada, tenga en cuenta los incrementos de la canasta básica y, además, empiece a recuperar el poder adquisitivo perdido, alrededor del 15% en la gestión actual y cerca del 37% comparado contra 2015. También es un piso para determinar los montos de la prestación por desempleo y los programas sociales.

Hoy el salario mínimo es el 40% de la Canasta Básica Total para un grupo familiar de cuatro personas, canasta que fija el límite para no estar bajo la línea de pobreza. Es decir que, si en un hogar se perciben ingresos equivalentes a dos salarios mínimos, esa familia no llega a cubrir las necesidades de alimentación, servicios, indumentaria y transporte. Para equiparar el valor de la canasta la suba debería ser superior al 100%.

En relación, el incremento sostenido de los alimentos desde inicios de este año, con un freno recién en mayo pasado (enero: 6,6%, febrero: 10,2%, marzo: 9,7%, abril: 10,1% y mayo: 5,7%) pega directo en los ingresos de la mayor parte de las y los trabajadores, en un contexto donde la inflación acumula una suba del 42,2% en cinco meses del año. Además, mientras que alimentos, bebidas e indumentaria representan menos del 20% del gasto en los hogares del decil más rico, escalan al 44% del gasto en los hogares de menores ingresos, según un informe de la consultora Ecolatina

Para junio, según la organización Consumidores Libres, que releva precios en supermercados y comercios barriales de CABA, el precio de los 21 productos de la Canasta Básica de Alimentos tuvo un aumento del 6%, con una suba acumulada en este año que llega al 62%. Vale mencionar que la discusión entre las partes será este jueves 13, mismo día en que se conocerá el dato de inflación para el mes de junio, aunque dos horas antes de dicha difusión, según se lee en el Boletín Oficial.

Derrotero de los últimos años

Si se mira qué pasó en los últimos años con la evolución del poder de compra del salario mínimo, vital y móvil se observa “una tendencia negativa desde 2011, que resultó particularmente fuerte en los dos últimos años del gobierno de Mauricio Macri así como en 2020”, señaló un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA). Según alertan, esa caída fue incluso superior a la pérdida real de los salarios registrados.

Puntualmente “en 2019, último año del gobierno de Macri, el poder adquisitivo fue 25% inferior al promedio de 2015. En 2020 el SMVM perdió un 10% adicional de su capacidad de compra, dado que el Consejo del Salario Mínimo recién dispuso incrementos desde octubre de ese año. Así, en diciembre de 2020 el nivel real del SMVM se ubicaba 32,7% por debajo del promedio de 2015”. 

Ya en 2021 y 2022, en un contexto de inflación creciente, “existieron siete instancias de actualización del salario mínimo, que no lograron una recuperación de su poder de compra”, agregaron desde el centro de estudios y detallaron que el año pasado cerró “con una caída promedio del salario mínimo real del 1,3%, que lo ubicó 33% por debajo del nivel de 2015”. Más cerca en el tiempo, se advirtió que “en los meses más recientes, con subas del nivel de general de precios que vuelven a ubicarse por encima del 6% mensual, el salario mínimo muestra caídas adicionales” que dan lugar a “un piso sumamente bajo, circunstancia que puede quedar velada cuando se considera únicamente el dato del leve incremento interanual”.

Cabe recordar que, según la ley de Contrato de Trabajo, se trata de “la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión. Todo trabajador mayor de 18 años tendrá derecho a percibir una remuneración no inferior al salario mínimo vital”. 

En consonancia, un informe del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) es contundente al señalar que “desde 2003 a 2011 el salario creció en forma sostenida, alcanzando ese año el valor más alto de los últimos veinte años. Luego comenzó a perder poder de compra y cayó estrepitosamente entre 2015 a 2019”. De todas maneras, analizan que, a pesar de la alta inflación, se mantiene prácticamente constante desde marzo de 2020 en adelante. En 2021 se observa una recuperación pero que a la fecha no logró volver a niveles previos.

Cómo arrancó en 2023

La primera reunión del Consejo del Salario de este año se realizó en marzo pasado y definió un incremento del 26,6% no acumulativo en tres meses: 15,6% en abril, 6% en mayo y 5% en junio, llegando en la actualidad a un monto de $87.987. 

De cara al nuevo valor de julio, desde el centro económico MATE explicaron a El Destape que el incremento hasta junio 2023, al quedar por debajo de la inflación, redujo aún más el valor real de este salario y mostró la continuidad de un valor “muy bajo” para los últimos años. A precios actuales, el salario mínimo del año 2015 equivale a $140.000 y el de 2019 a $103.000. Es decir que “a lo largo de este gobierno perdió alrededor de un 15% de poder adquisitivo y alrededor de un 37% si lo comparamos contra el año 2015”. 

Del encuentro del jueves participarán el Ministerio de Trabajo, las cámaras empresarias, la Confederación General del Trabajo (CGT), la CTA de los Trabajadores, y la CTA Autónoma. La propuesta de aumento en marzo fue aprobada por 30 votos y sin el apoyo de las CTA.

Ante la consulta de este medio, desde la CTA de los Trabajadores que conduce Hugo de Yasky anticiparon que las expectativas pasan por lograr que la nueva actualización de julio permita de base compensar la inflación con una mejora en términos reales, acorde con la pérdida de este último tiempo. En marzo, este sector de la representación sindical se abstuvo de la votación en la que se acordó el valor hoy vigente al considerar que “si bien se trata de un acuerdo corto que en su primera cuota recupera parte de lo perdido en los primeros meses del año, no resulta suficiente para revertir la pérdida acumulada en el poder adquisitivo del salario mínimo que en el año 2020, pandemia mediante, profundizó la caída a la que lo había sometido el gobierno de Mauricio Macri”. En ese marco vienen señalando “las remarcaciones abusivas con alzas que impactan con mayor dureza en el rubro alimentos” por lo que la recuperación del salario mínimo debería tener parámetro la cobertura de la canasta básica.

Por su parte, desde la CTA Autónoma que conduce Hugo Godoy, comentaron a El Destape que las estimaciones confirman que el salario mínimo continúa en un nivel más bajo que en el 2015 y también en relación con 2019, por lo que buscarán que “se discuta en serio” cuál será la próxima actualización, lo que implica considerar el monto que necesita un trabajador para no estar por debajo de la línea de pobreza (más de $200 mil) y sin un acuerdo segmentado en varias cuotas, “esto equivale a un aumento del 170%” señalaron aunque aclararon que “no se llegaría a eso”. En marzo pasado este sector sindical rechazó el acuerdo firmado por la CGT y los empresarios, al manifestar que “se debería establecer desde abril aumentos de fuerte impacto que no pueden estar por debajo del 50% para el primer trimestre” y que “cualquier aumento que se establezca tiene que estar muy por encima del aumento de la canasta de alimentos”.

Ambas centrales terminarán de definir en la semana las propuestas concentras en tanto que desde la CGT no anticiparon su postura.

El rol del salario mínimo

Como su nombre lo indica, este salario es clave para establecer la remuneración mínima que debe cobrar cualquier trabajador por su jornada laboral. No obstante, dado el derrotero de estos años, fue perdiendo su incidencia como piso de referencia del salario en las discusiones paritarias, a fin de permitir fijar una base para lograr básicos de Convenio acordes a las necesidades y condiciones de vida de las y los trabajadores.

Además, es referencia para actualizar el programa Potenciar Trabajo (equivale a la mitad del total de la suba del Mínimo), pese a ello las organizaciones sociales que nuclean a este sector del trabajo no cuentan con representación formal en el Consejo, y del programa Acompañar del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, de las becas Progresar y del 82% de la jubilación mínima. En ese sentido, tiene un papel central como referencia de ingresos que se adecúen al costo de vida real de la población, por lo que no es menor que en la actualidad represente solo el 40% de la Canasta Básica Total ($217.916 mayo) para un grupo familiar de cuatro personas, con el dato aún pendiente de suba de junio.

En este punto es un valor que "se ha perdido como referencia de la política pública y lo que se requiere es reinstalarlo en un sendero en el cual le gane a la inflación”, explicó Lavih Abraham, economista de MATE al respecto y agregó que si bien es un objetivo para nada sencillo en el marco actual de alta inflación “es insoslayable señalar el abandono que hubo de la herramienta durante este mandato presidencial”. 

Según un informe de la consultora Ecolatina, que analiza cómo impactó la inflación de bienes y servicios básicos entre los distintos sectores sociales, “el proceso inflacionario se volvió aún más regresivo en lo que va del año ya que la inflación de los hogares más pobres es mayor que la de hogares con altos ingresos”. De esta forma, la aceleración de precios golpea con más fuerza a los ingresos medios y bajos “en cada uno de los primeros cuatro meses del año, la inflación mensual acumuló un 33,1% para el decil 1, y 30,7% para el decil 10, una diferencia no menor”. Por esta razón los alimentos “explicaron casi la mitad de la inflación de los hogares más pobres (48,3%) mientras que, para el decil más rico, la incidencia fue de 20,4%”.