La reducción temporal de las retenciones sobre los principales granos exportables profundizó la grieta que existe entre pequeños productores agropecuarios y la grandes cerealeras -en su mayoría, en manos de holdings extranjeros-. La pelea es por la apropiación de la renta extraordinaria que genera la desesperada medida del ministro de Economía, Luis Caputo, para tapar el bache de reservas que se le está generando mientras negocia un auxilio financiero con el Fondo Monetario y bancos para este año. Los pequeños productores enrolados en la Federación Agraria (FAA) sostienen que la medida genta “algún alivio aunque no resuelven la situación de los federados”. La entidad reclama por la meteórica suba de sus costos, derivado del atraso cambiario y la inflación en dólares de los últimos meses, que no se resuelve con esa baja de retenciones que solo beneficia al exportador.
Tal como quedó reglamentada la baja de retenciones, el objetivo es claramente asegurarse los dólares del agro en la primera mitad del año. Es por eso que el canal de liquidación para aprovechar la tímida baja –del 20 por ciento promedio—se otorga hasta el 30 de junio bajo la premisa de que las divisas producto de la exportación se liquiden en un plazo máximo de 15 días. Los grandes pooles de siembra la prometieron a Caputo un ingreso adicional que representará una mejora de 1.000 millones de dólares, derivado de la actual campaña, y 500 millones más de granos acopiados de cosechas anteriores. Se trata de empresas con espalda financiera para aguantar varias campañas sin vender sus granos, mientras acuden a créditos baratos en el mercado local.
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Luego de una reunión del Consejo Directivo Central de la FAA, los directivos expresaron su preocupación “por el momento crítico y difícil que atraviesan cientos de pequeños y medianos productores”. Consideran que la baja temporal de retenciones no está enfocada en las necesidades de los productores pequeños o medianos, sino en la urgencia de que quienes tienen espalda liquiden lo que tengan. “Es un paso en relación con el alivio fiscal que venimos pidiendo. Pero nosotros vendemos cuando cosechamos, así que el negocio siempre lo hacen otros sectores”, señaló la FAA en un comunicado.
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Problema de costos
“Fue una medida totalmente inconsulta la tomó el gobierno nacional sin tener en cuenta la opinión de las entidades, siendo esto una lástima porque la Federación Agraria tiene un proyecto una propuesta para el retiro de las retenciones en forma paulatina que, con el mismo sacrificio por parte del gobierno nacional en la parte fiscal, hubiera significado sí un mayor beneficio para el pequeño y mediano productor”, señaló a José Luis Volando, vicepresidente 1° de FAA al término de la reunión.
“Las retenciones no es el único problema que tiene el campo argentino sino que hay muchísimos otros temas de alivio fiscal, de apoyo crediticio de infraestructura que necesita tanto nuestro país”, agregó Volando.
Los directivos de la entidad ruralista remarcaron que en el último año todos los insumos subieron entre 300 y 400 por ciento, entre los cuales se puede mencionar el gasoil, luz, gas, transporte o aportes patronales, entre otros. Es decir que todo subió mucho más que los productos que generan con su trabajo, con el agravante de que en muchas zonas del país el clima castigó muy duramente a los productores más pequeños. “Por eso definieron continuar gestionando con los funcionarios para avanzar en temas que den soluciones para los productores de esta escala, así como también con el pedido para que se declare emergencia y/o desastre en las zonas más afectadas”, explican desde FAA en el texto del comunicado.
El atraso cambiario y la inflación resultante en moneda dura desincentiva la liquidación de divisas de los exportadores de granos, mientras crecen las dudas sobre la futura siembra por los ajustados márgenes operativos en que operan en el contexto actual. En el caso de los productores que tienen que alquilar el campo, la rentabilidad es directamente negativa y no es negocio producir.
Sequía de dólares
Hace dos años los márgenes eran positivos y elevados en la mayoría de los cultivos hasta que la cosecha argentina sufrió uno de los mayores golpes por la falta de agua. A fin de comparar se observa que para campo propio octubre de 2022 mostraba casi el doble de margen respecto a octubre de 2024 para todos los cultivo, incluso con campo alquilado. “Hoy se apunta a superar los 45 quintales por hectárea (qq/ha) para tener margen”, coinciden en señalar los ingenieros y productores en las encuestas por la Bolsa rosarina,
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Se trata de un rinde elevado el necesario para cubrir los costos, donde el alquiler representa más de la mitad (hace un año equivalía a un tercio) de ese margen. Para tener una vara con qué comparar, el promedio del rinde de la soja de primera en las últimas cinco campañas se ubicó en 33 quintales por hectárea. En los cinco años anteriores, con cotizaciones de granos en niveles altísimos, el promedio había sido de 40 qq/ha.
La soja, principal producto exportable, exhibe un margen que no supera los 300 dólares por hectárea en campo propio y es negativo en campo alquilado, de acuerdo con el relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR). Los magros números se dan pese a que se esperan buenas condiciones para la siembra de la oleaginosa. “En el comienzo de noviembre, las precipitaciones continuarán presentes con buena cobertura pero con registros inferiores a los recibidos en los últimos treinta días”, señala el informe.
Para los dueños de la tierra la actividad sigue siendo lucrativa –aunque menos que hace apenas un año—y por eso aún las críticas al gobierno de Javier Milei continúan siendo muy solapadas. La crema del negocio se la quedan los grandes grupos exportadores de siembra que son dueños de los campos. Los principales pooles de siembra, un puñado de 15 grupos empresarios, detentan un estimado de 1,6 millones de hectáreas, con superficies promedio superiores a las 100 mil hectáreas en cada caso. En el país existen 57.780 productores de soja, pero solamente el 10 por ciento de ellos concentra el 56 por ciento de la producción.