En medio de las negociaciones entre el equipo económico que comanda el ministro Luis Caputo con el sector agropecuario, que exige una mayor tipo de cambio para liquidar los dólares de sus ventas externas, las actualizaciones de las condiciones climáticas para la próxima cosecha suman un elemento adicional a la discusión. Los datos de las actualizaciones más recientes por los organismos internacionales muestran un significativo corrimiento en el tiempo de los valores más bajos de enfriamiento en el Pacífico. Esto cambiaría el impacto de “La Niña” sobre la gruesa 2024/25 de la soja, principal cultivo exportable del país. Mientras tanto, el 67 por ciento de la cosecha 2023/2024, equivalente a 32 millones de toneladas de granos, sigue en silo-bolsas.
El relevamiento del Monitor Agroindustrial, elaborado por las cámaras aceitera y cerealeras (Ciara-CEC), existen 24 millones de toneladas de soja en manos de los productores, y otras siete millones que fueron cedidas pero sin fijar precio. De hecho, el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destaca que en el primer semestre se registró una notable recuperación en el volumen exportado de harina de soja argentina.
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"Argentina ha logrado incrementar sus exportaciones en un 46 por ciento respecto al primer semestre 2023, en virtud de haber retornado a su nivel normal de producción", señaló la entidad. Pero los dólares no se liquidan, situación que se ve favorecida por la flexibilización en los tiempos de liquidación que dispuso el Gobierno. Las ventas acumulas de soja llegaron a los 23 millones de toneladas al 17 de julio. “Se observa una caída de las ventas, consolidando la tendencia verificada en junio pasado. Para el mismo período de la campaña 2021-2022, las ventas fueron de 37 millones y de 40 millones en la campaña 2020-2021”, graficaron desde la CIARA CEC.
Este crecimiento moderado está influenciado por una capacidad ociosa que se mantuvo cerca del 42 por ciento durante las últimas tres campañas de producción normal. A pesar de contar con infraestructura para aumentar la molienda de soja, no se ha observado un aumento significativo en la producción sojera en los últimos años.
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El sector agroexportador negocia para conseguir una mejor remuneración vía tipo de cambio, ya sea con la eliminación de las retenciones o una nueva brusca devaluación. Las ventas semanales de soja durante mayo y junio alcanzaron picos de 1,5 millones de toneladas. Sin embargo, durante las primeras tres semanas de julio descendieron a 400.000 toneladas. Según el registro oficial de SIO Granos, la merma se profundizó entre el 29 de julio y el 2 de agosto, con ventas por 101.000 toneladas.
La negociación contrarreloj se acelera ante la posibilidad de una nueva mala cosecha de soja el año próximo, aunque la de maíz podría estar a salvo este año. La siembra maicera argentina está en la cuenta regresiva: faltan pocas semanas y sigue sin reactivarse la venta de insumos para implantar el cereal. "Las encuestas manifiestan una caída que es disruptiva para el sector, ya que el cultivo ha crecido año a año durante los últimos nueve ciclos y la caída interanual sería de un 30 por ciento para la región núcleo y un 21 por ciento a nivel nacional", explicó el informe de la entidad bursátil rosarina.
Entre varios factores negativos, aparte de la chicharrita - plaga que afecta al maíz- que impone la necesidad de sembrar en forma temprana, está el miedo a la falta de agua durante la implantación. La BCR analizó las lluvias del mes de setiembre para la región central y se enfocó en qué es lo que ha cambiado con la última proyección de los organismos internacionales para los meses claves del maíz y la soja en Argentina.
"Lo que se observa es un temor más que justificado por parte del productor a la falta de agua en septiembre en un año dónde los márgenes no incentivan a tomar mayores riesgos y se le suma el problema del spiroplasma sobre el maíz (enfermedad debilita el desarrollo de las plantas y puede causar mermas de rendimiento de hasta el 70 por ciento). El productor ha entendido muy claramente que significa sumar a todo esto la posibilidad de una “Niña”. Pero cada “Niña” es distinta e impacta de diferente manera y la última actualización muestra un cambio de comportamiento favorable para el maíz, ya que hay un retraso significativo en la aparición de “La Niña”, señala el informe de la entidad.
En primer lugar, que las lluvias de septiembre tienen una alta probabilidad de acercarse a los valores normales y estarán supeditadas a efectos regionales. En segunda lugar, hay que tener en cuenta este cambio respecto a lo que es elección de cultivos y fechas de siembra, ya que resulta positivo en el efecto de las lluvias para el 2024 y negativo para 2025: con un agravamiento en el régimen de lluvias para los primeros dos meses del año entrante. "Esto favorecería las siembras tempranas de maíz pero pone en mayor riesgo a los cultivos de soja de primera que cumplan su período crítico entre enero y febrero", concluyó la Bolsa santafesina.
La menor liquidación de la cosecha anterior comenzó a hacerse más notoria a medida que el tipo de cambio se fue atrasando frente a la inflación. Hasta agosto, la liquidación acumulada asciende a 707.445.145 dólares, cerca del volumen de igual período del año pasado en plena sequía, pero se ubica un 35 por ciento por debajo de los primeros ocho meses de 2022 (1.093.391.530 dólares), según informó Ciara-CEC.
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De acuerdo con un estudio de la Universidad de Avellaneda (UNDAV), el punto de inflexión ocurrió en abril cuando el tipo de cambio real perforó el nivel promedio y a partir de entonces el Banco Central no pudo acumular reservas. Un relevamiento del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES), las reservas netas del BCRA al 15 de agosto fueron negativas en 3.316 millones de dólares. "Las reservas netas líquidas (divisas) fueron negativas en 9.044 millones de dólares; 4.872 millones correspondieron a oro y 857 millones a DEG", señaló el grupo de estudios económicos.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni, respaldó la gestión del presidente Javier Milei, pero justificó la menor liquidación en que los precios de los granos están en mínimos en muchos años. “Los precios a la baja son preocupantes. Tengo la esperanza de poder discutir con el Ministerio de Economía, la Secretaría de Agricultura y poderle llegar al Presidente los precios de los commodities, que desde el año pasado están a la baja”, sostuvo Simioni en declaraciones radiales. “La soja tocó precios muy parecidos al 2006. La producción hacia adelante es muy preocupante. Tenemos gruesa que sembrar y tendremos que ver costos”, adelantó.
Un informe de la consultora Invecq sostuvo que la soja que se posiciona por debajo de los 350 dólares por tonelada en Chicago: cayó más de 25 por ciento en lo que va de 2024 y alcanzó el precio más bajo de los últimos cuatro años. En términos reales es el menor valor desde 2006. El mercado se estaría adelantando a una abultada cosecha en Estados Unidos. A nivel macro, la caída de los precios internacionales tendrá un impacto directo en el valor de las exportaciones argentinas, el cual se cuantifica en una reducción de 4.700 millones de dólares para 2025", prevé en su informe.