El sector agroexportador liquidó 2435 millones de dólares durante abril, lo que representó una caída del 23% en comparación con el mismo período del 2022. De este total, 1600 correspondieron a las ventas de soja bajo la tercera edición del tipo de cambio diferencial para la oleaginosa. Durante el primer cuatrimestre, las empresas agroindustriales acumularon una liquidación de 5200 millones de dólares, cifra que resultó menos de la mitad de lo registrado en los primeros cuatro meses de 2022. En este escenario incidió tanto la sequía, que recortó de manera exponencial las ventas de trigo pero también la decisión de los grandes jugadores de la soja de seguir guardando parte de la cosecha del año pasado.
“El ingreso de divisas de abril es el reflejo de un mercado fuertemente afectado por la extrema sequía que ha reducido drásticamente las producciones de la cosecha fina, la producción de maíz de primera y la soja, esta última además con retraso de cosecha. A su vez, la inestabilidad del mercado cambiario condiciona el normal flujo de la oferta”, afirmaron desde Ciara – CEC. En relación a marzo, las liquidaciones aumentaron un 98%.
La nueva edición del dólar soja arrancó con cuentagotas. Desde que entró en vigencia la tercera versión se comercializaron 2,3 millones de toneladas. Para el mismo período de tiempo (15 días hábiles), en la versión 2 se habían movilizado 3,9 millones mientras que en la primera edición habían sido 11 millones.
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“El ritmo de ventas a precio de los productores es mínimo. No llega al 10%, contra el 12% del año pasado que fue lento y del 15% promedio histórico. A su vez, el arribo de mercadería a puerto es más lento aún, marcando que queda mucho grano en los campos o acopios. Y la comercialización está retrasada. El dólar agro sigue sin traccionar ventas de productores, que esperaban valores más altos”, sostuvo Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Según los datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, el movimiento anual de camiones en los puertos de la ciudad registra una caída del 64% interanual, dato que marca la magnitud de la crisis del sector como consecuencia de la sequía.
Grano brasileño
El complejo sojero incrementó sus importaciones de granos de manera exponencial durante marzo, como consecuencia de la decisión de los grandes productores de no vender el remanente de la campaña del 2022. Según el Balance Cambiario del Banco Central, las compras en el exterior se incrementaron un 242%, al demandar 810 millones de dólares contra los 237 millones del año pasado. En el mismo mes, las cerealeras liquidaron solamente 689 millones. Es decir que demandaron más divisas de las que aportaron. Por otro lado, por la cuenta servicios se fueron 866 millones y las personas humanas compraron –en forma neta – 457 millones, un 20% menos que en marzo de 2022.
El procesamiento industrial de soja para la producción de aceite y harina cerró el año pasado con una baja del 10% interanual. Según informó la cámara que nuclea a las grandes cerealeras exportadoras (CIARA – CEC), durante el primer bimestre del año la capacidad ociosa de la industria había llegado al 74%. Por eso en marzo se incrementaron las importaciones temporarias de granos para abastecer a la industria.