Sin ingreso de dólares financieros ni del comercio exterior, el stock de reservas sigue en caída a pesar de que el Gobierno sigue pateando el pago de las importaciones. Pese a los anuncios de regularización de la deuda comercial de las empresas, la deuda del Banco Central con el firmas vinculada al sector externo asciende a 14.611 millones de dólares, mientras crece además el endeudamiento financiero de las empresas y las reservas siguen sin poder recuperarse. En tanto, la estimación del mercado es que el Gobierno terminará con el mismo volumen de reservas negativas con que asumió en diciembre, pero con un perfil de vencimientos mucho más agresivo, el cual, según consta en el proyecto de Presupuesto del año próximo, buscará renovar.
Pese a la supuesta flexibilización en el acceso al dólar, el canje de deuda de las empresas por bonos (BOPREAL) y una recesión que redujo las importaciones significativamente, la deuda comercial desde que asumió Javier Milei aumentó en 14.611 millones de dólares –medido desde diciembre del 2023 a junio pasado—, producto de la diferencia entre las importaciones devengadas (realizadas) y las pagadas por el BCRA. Si bien esta situación la empezó a regularizar en los últimos meses reduciendo esa brecha, la diferencia entre las importaciones efectivas y las pagadas continúa siendo muy alta.
Sucede además que el propio plan regularizador, que patea hacia adelante los pagos de importaciones en cuotas, concentra en los próximos meses una fuerte salida de reservas para que se entreguen a las empresas. Al comienzo el acceso a las divisas por importaciones se realizaba en cuatro cuotas de 25 por ciento. Las importaciones de enero se pagaban en febrero, marzo, abril y mayo, y así sucesivamente. Eso llevó a que a partir de mayo se empiece a pagar el 100 por ciento de las importaciones pero no de ese mes sino de meses anteriores (enero, febrero, marzo y abril).
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En agosto se modificó ese calendario de pagos por uno de dos cuotas de 50 por ciento, lo que derivó en la superposición de cuotas con el régimen anterior. Así en septiembre se paga el 50 por ciento de las importaciones de agosto pero también el 25 por ciento de mayo, junio y julio. O sea, que se paga el 125 por ciento de importaciones. “Peor será la situación de octubre cuando se paga el 50 por ciento de agosto y septiembre más el 25% restante de junio y julio, es decir el 150 por ciento”, dice el relevamiento realizado por los economistas Pablo Manzanelli y Leandro Amoretti para el Centro de Investigación y Formación (Cifra-CTA).
Esta acumulación, en meses en los que el Gobierno se esperanzaba contar con un buen stock de liquidación de divisas, tiende a presionar aún más las escasas reservas del BCRA, en un contexto en el que, además, redujo la alícuota del impuesto PAIS.
A esto se suman los vencimientos de deuda, que deberán pagarse con la misma caja: las reservas del BCRA. En lo que resta del año los vencimientos de deuda en moneda extranjera alcanzan a casi 3.000 millones de dólares (1.320 millones de vencimiento de capital y 1.669 correspondiente a los intereses). La mayor parte corresponde a los organismos internacionales de crédito (782 millones al BID, 764 al FMI, 428 al BIRF y 366 millones a “otros”).
La situación de la deuda se complica especialmente en 2025, donde los vencimientos ascienden a 17.522 millones de dólares. Los correspondientes a bonos y títulos alcanza a 8.928 millones, en tanto que el de los organismos a 7.006 millones, de los cuales alrededor de 3.000 millones corresponden al FMI por intereses). “A esto hay que agregar más de 2.300 millones de dólares que el BCRA debe pagar por el BOPREAL, además de los vencimientos de provincias y privados”, explican los especialistas.
Si bien el proyecto de Presupuesto incluye los recursos para pagar intereses de deuda, Argentina tiene el gran desafío en 2025 de hacer frente a vencimientos de capital por casi 13.000 millones de dólares. El cronograma de pagos para lo que queda de este año y año próximo es complejo y, a grandes rasgos, implica una carga de desembolsos de 22.000 millones de dólares, mientras el stock de reservas netas del Central son negativas en 3.088 millones. El equipo económico apuesta a un buen resultado del blanqueo, la posibilidad de reestructurar vencimientos y al aporte de financiamiento por parte de organismos multilaterales de crédito.
“Por la estacionalidad de la balanza comercial (la liquidación de la cosecha en 2024 trascurrió con normalidad y no hay stocks excesivos esperando a ser comercializados) y la calendarización de importaciones, el mercado único y libre de cambios debería ser moderadamente deficitario. Además, antes del vencimiento de la deuda soberana en dólares, Argentina enfrenta en lo que resta del año entre pagos de títulos públicos y FMI (neto de desembolsos) vencimientos por 1.100 millones de dólares”, detalla la consultora 1816.
Desde julio se advierte el agotamiento del proceso de recuperación de las reservas internacionales. Las reservas brutas habían aumentado en 7.509 millones de dólares entre noviembre de 2023 y junio de 2024, en tanto que las reservas líquidas se habían incrementado en 10.807 millones de dólares. En este proceso había jugado un papel central la generación de nueva deuda con los importadores, que, como se mencionó, alcanzó a 14.611 millones de dólares entre diciembre de 2023 y junio último. En cambio, a partir de julio se perdieron 1.558 millones de dólares de las reservas brutas y 4.626 millones de dólares de las reservas líquidas.
En resumen, la reducción de las reservas ocurrió en un contexto en el que se empezó a regularizar el pago de importaciones, hubo importantes vencimientos de deuda en julio, y, entre otros factores, se empezaron a utilizar reservas para intervenir en los dólares paralelos para frenar la ampliación de la brecha cambiaria que se había producido a mediados de julio.