El dólar agro y el desafío de la manta corta para el segundo semestre

Estiman que a partir de junio y hasta marzo de 2024 solo quedarán para liquidar 12 millones de toneladas de soja, la mitad que en un año sin sequía.

17 de abril, 2023 | 00.05

El dólar agro tuvo una auspiciosa semana debut luego de algunas dudas iniciales. Sin embargo, el nuevo tipo de cambio diferencial ideado por el Ministerio de Economía podría suponer nada más que una compra de tiempo, ya que estiman que a partir de junio solo quedará en stock para liquidar la mitad de la soja que en años previos.

El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, espera que la soja liquide unos USD9.000 millones durante la vigencia del Programa de Incremento Exportador, que finalizará para este grano el 31 de mayo. Otros USD4.000 millones deberían llegar, en tanto, hasta el 31 de agosto de parte de las economías regionales.

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Con algunos días de retraso respecto a la formalización de la medida, el Banco Central por fin comenzó a acumular reservas los últimos días de la semana pasada. El jueves pasado, luego de que se liquidaron USD574 millones mediante el PIE, la entidad monetaria pudo comprar USD332 millones, el mayor saldo para una jornada en lo que va de 2023, por lo que terminó la semana con un balance neto positivo de USD297 millones.

Lo que prima es la urgencia. Al cerrar la primera semana se abril, el BCRA poseía USD2.800 millones de reservas netas, lo que significa que estas deberán incrementarse en unos USD4.000 millones más para fin de junio, según la meta del FMI que ya fue renegociada a la baja a finales de marzo.

El segundo semestre tras el dólar agro

Pero esta semana auspiciosa podría simplemente patear el problema hacia adelante. El contexto es, por supuesto, la peor sequía en casi 120 años y que la cosecha de soja 2022-2023 sea de solo 30 millones de toneladas, entre 10 y 15 millones menos que la de un año normal.

En este panorama, una importante fuente del sector exportador sojero con la que pudo hablar El Destape anticipó que, de liquidarse unas 10 millones de toneladas de soja durante la vigencia del PIE 3 hasta el 31 de mayo como se estima, solo quedarán 12 millones de toneladas para liquidar entre junio próximo y marzo de 2024, cuando en un año sin sequía quedarían entre 25 y 30 millones de toneladas. El referente sojero lo pinta con una frase dramática: "En el segundo semestre, probablemente los principales puertos del país cierren".

Además, la sequía hará que parte de los dólares que el Banco Central acumule en estas semanas vuelvan a salir poco después. Para el economista experto en agro Matías Strasorier, la clave "pasa por la agroindustrialización de la soja. Va a tratar de importarse soja de Paraguay, Brasil o Bolivia para hacer aceite y harina de soja, con lo cual se intentará mantener el volumen de producción". Esto quiere decir que el BCRA deberá pagar 300 pesos por cada dólar que compre bajo el PIE para luego venderlo a 215 pesos a los importadores (según la cotización actual del mayorista), perdiendo un 28% en el camino. 

Strasorier, de cualquier forma, considera que "no queda una 'manta corta' porque están buscando que ingresen dólares para acumular reservas como se puede", con "parte de la cosecha que queda acopiada del año pasado y parte de la que se está cosechando ahora".

Desde el Gobierno, igualmente, admiten el problema. "Somos un país bimonetario que requiere dólares. Para cumplir con eso tenés que generar distintas medidas. Siempre la manta va a ser corta en Argentina", señalaron fuentes oficiales con las que habló este portal en relación al dólar agro. Aun así, se esperanzan en el hecho de que en general "la campaña 2023-2024 va a ser muy buena", especialmente en trigo y maíz, por lo que "en seis meses la situación va a ser otra".

Más difícil es, por ahora, predecir el stock que quedará tras el dólar agro en las economías regionales, no solo por su diversidad, reflejada en los tiempos de las cosechas, sino sobre todo porque todavía no se conoce en detalle qué sectores lograrán finalmente un acuerdo de precios con la Secretaría de Comercio, el marco obligatorio para que puedan así acceder al PIE.

Con todo, el riesgo es que, si tras junio hay disponible una menor oferta de divisas, el Gobierno deba apelar a que los privados se quieran endeudar y encarezcan los mercados no regulados por los acuerdos de precios, advirtió Sebastián Menescaldi, economista de Eco Go.

La pregunta, en caso de que el dólar agro acelere la inflación, es si ante el aumento de costos y el atraso del dólar los proveedores querrán seguir liquidando al valor mayorista cuando el PIE 3 haya finalizado o si, al contrario, esperarán a una cuarta edición del programa.