Producto de la fuerte demanda energética que produce la guerra en Europa, el Banco Central tuvo que vender casi U$S 1.300 millones en julio. El costo para las arcas del Estado se da en paralelo a las metas de acumulación que impone el acuerdo firmado con el FMI, lo cual suma incertidumbre sobre el cumplimiento.
En la última rueda del mes, la autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce efectuó ventas por algo más de U$S 140 millones, cerrando julio con ventas por U$S 1.275 millones. La demanda para el pago de importación de energía y combustible fue otra vez la protagonista de la rueda con un monto algo superior a los U$S 200 millones.
Según el último informe que brindó el Indec, la balanza comercial registró en junio un déficit de U$S 115 millones. De esta forma, el saldo entre las exportaciones y las importaciones arrojó un número negativo después de 17 meses con registros superavitarios de manera consecutiva.
Al analizar el comportamiento del comercio exterior en los últimos meses, se percibe cada vez más el impacto de la demanda energética producto de la crisis que genera la guerra entre Rusia y Ucrania. Desde fines de 2020, la evolución del costo del transporte internacional aumentó. En junio pasado, el valor unitario del flete internacional (dólares/tonelada) fue de 107,3 dólares por tonelada, 48,4% superior al de igual período de 2021 (72,3 dólares por tonelada) y 94,7% superior al de junio de 2020 (55,1 dólares por tonelada).
Respecto al segmento energético, el rubro combustibles y lubricantes aumentó 156,6% a nivel interanual. En este período se destacaron aumentos en las compras de gas natural licuado y gasoil (por 422 millones de dólares en ambos casos); gas natural en estado gaseoso (117 millones de dólares); y fosfato monoamónico, incluso mezclado con fosfato diamónico (106 millones de dólares), entre otras subas.
Suba de tasa
El Directorio del BCRA elevó la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días, pasando de 52% a 60%, lo que representa una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 79,8%. Con un aumento de 800 puntos básicos, el parámetro de los plazos fijos pasó del 53% al 61%.
Según apuntó el comunicado oficial, la medida pretende "acelerar el proceso de normalización de la tasa de política monetaria" en medio de un contexto de turbulencia cambiaria. El BCRA elevó los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos de personas humanas, estableciendo el nuevo piso en 61% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos, lo que representa un rendimiento de 81,3% en términos efectivos anuales.
Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 54%, lo que representa una TEA de 69,6%. En este sentido, el comunicado expresó: "La economía enfrenta un incremento en la volatilidad de precios en un contexto de fluctuación financiera no correlacionada con los fundamentos macroeconómicos del país".