Cuántos dólares del Banco Central gastó Milei para mantener el atraso cambiario

La apreciación del peso fue posible por la política de endeudamiento impulsada por el Gobierno y llevada adelante a través del Banco Central, empresas e importadores, que permitieron financiar el déficit externo.

30 de diciembre, 2024 | 13.35

La cuenta corriente cambiaria con el saldo global de las operaciones en dólares que realiza el país, tanto el sector público como privado, mostró déficit por sexto mes consecutivo. Así, se siguió financiando con el endeudamiento del sector privado, después de agotar las posibilidades de colocar deuda del sector público realizada en la primera mitad del año. 

El déficit, que acumula u$s 6.352 millones en ese período, es la manifestación del atraso cambiario que empieza a tener consecuencias en la economía real con el default de empresas vinculadas a la actividad agropecuaria. Las mismas perdieron toda competitividad por la combinación de la caída de los precios internacionales de los commodities, que provocó pérdida de ingresos, con la apreciación del peso que generó un incremento de los costos de producción.

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En el año, el atraso cambiario fue financiado con una emisión global de deuda por casi u$s 27.000 millones, entre la colocación de bonos públicos que realizó el Banco Central por u$s 10.000 millones, la colocación de deuda de empresas a través de Obligaciones Negociables por u$s 8.600 millones, el financiamiento del sistema financiero por u$s 7.500 millones y el incremento de la deuda de importadores por más de u$s 700 millones.

La administración de Javier Milei decidió una devaluación del 54% en el inicio de su gestión que elevó el valor del dólar en 118% pero la competitividad que ganó el peso en ese momento se licuó a lo largo del año por una inflación acumulada de 166% que llevó a la moneda local a una apreciación superior a la del punto de inicio.

En el medio, el efecto fue una transferencia de ingresos desde los sectores del trabajo a los sectores más concentrados de la economía, tanto del sector financiero como de las grandes empresas productoras de bienes y servicios con capacidad de fijar precios o beneficiarse de las tarifas reguladas por el Gobierno.

La cuenta corriente

La administración de Milei y el equipo económico del ministro Luis Caputo y su socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, recibió la cuenta corriente cambiaria en positivo y la mantuvo, producto de la devaluación, con ese signo hasta mayo pasado, permitiendo acumular un saldo de u$s 12.123 millones.

Pero en junio la cuenta corriente cambiaria se dio vuelta y comenzó a registrar números en rojo, el último en noviembre por u$s 911 millones, acumulando un déficit de u$s 6.352 millones en seis meses.

Qué es la cuenta corriente y cómo financió Milei el déficit

La cuenta corriente incluye los ingresos de divisas por exportación de bienes y servicios menos la demanda generada por la importación de bienes y servicios, el pago de fletes, los dólares de los consumos de argentinos el pago de intereses de la deuda pública y del pago de utilidades, dividendos y otras rentas.

En esta cuenta no está registrado el pago del capital de la deuda pública, por lo que la salida de dólares fue mayor al registrarse cancelaciones netas con el Fondo Monetario Internacional y el resto de los organismos internacionales de crédito por unos u$s1.000 millones El déficit de la cuenta cambiaria se viene financiando con el ingreso de dólares del sector privado, básicamente a través de la colocación de deuda y en muy poca medida por la llegada de inversiones en energía y minería, los sectores primarios de la economía.

En noviembre, la colocación de Obligaciones Negociables alcanzó un nivel de u$s 845,8 millones según las estadísticas que mantiene actualizadas el economista Federico Glodowsky. En octubre, el nivel fue récord absoluto superando los u$s 2.500 millones y significó un acumulado en los once meses de este año de u$s 8.605 millones.

Para tener una magnitud del nivel de endeudamiento de las empresas privadas a través de la emisión de deuda en el mercado de capitales, se puede comparar con lo registrado durante la administración de Mauricio Macri. En el mejor año, 2017, la colocación de ON fue por u$s 5.921 millones y en el acumulado de los cuatro años llegó a u$s 15.548 millones.

En un año de Milei, las empresas se endeudaron por más de la mitad de lo que lo hicieron en los cuatro años de Macri. La otra fuente privada de financiamiento fue el crecimiento de los préstamos en dólares a las empresas, una política que el Gobierno quiere impulsar el próximo año generalizando también a las familias. El nivel de créditos en dólares subió de u$s 2.200 millones en el inicio de la gestión a u$s 7.444 millones a principios de diciembre.

Por las regulaciones del Banco Central, la deuda que toman las empresas en dólares tienen que ser liquidadas en el mercado de cambios y esa oferta fue la que le permitió a la entidad monetaria salir compradora en los últimos meses. De la misma forma, las empresas podrán ir al mercado de cambios a comprar los dólares que necesiten tanto para pagar los intereses que van devengando esas deudas como el capital, y si la oferta de los exportadores no alcanza será el Banco Central el que tenga que poner las divisas necesarias.

El proceso de apreciación del peso posible por ese nivel de endeudamiento comenzó a generar inconvenientes en la cadena comercial del campo, el sector más competitivo de la economía argentina. La primera empresa en caer fue Red Surcos, hace un par de semanas, pero recién trascendió públicamente los inconvenientes del sector con la decisión de dos empresas del grupo Grobos de suspender el pago de sus deudas comerciales, Agrofina y Los Grobos Agropecuarias, en total por u$s 10 millones.

La cadena comercial agropecuaria, estiman operadores financieros, se agravará con otras empresas que caerían en default producto del atraso cambiario con bajos precios internacionales.