El impacto de la recesión es heterogéneo y depende del perfil productivo de cada jurisdicción. Con una mirada explícitamente extractivista, las provincias netamente agropecuarias, petroleras y/o vinculadas a la minería muestran los primeros brotes de una economía de enclave, mientras que las vinculadas con la industria manufacturera ven como sus polos fabriles son amenazados por una apertura comercial y políticas de ‘industricidio’. El último informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) da cuenta de que en octubre la producción metalúrgica se contrajo un 0,2 por ciento mensual y acumula en el año un desplome de 13,5 por ciento. El documento destacó que la provincia de Buenos Aires no logra frenar la caída y en términos interanual se contrajo más que el promedio, con un 7,8 por ciento.
La actividad industrial en el territorio productivo más populoso y extenso se ve atacada por las políticas del gobierno de Javier Milei y ya arroja un saldo de 155.000 bonaerenses desempleados en apenas seis meses de administración nacional libertaria. “Frente a este panorama, no es de extrañar el desempeño de la actividad productiva en la PBA: hasta mayo, se retrajo 3,4 por ciento, frente al 2,9 por ciento de la economía nacional”, señaló el informe de Centro de Información y Estudios Económicos de la Provincia de Buenos Aires. El menor consumo interno, la escalada de precios, el ingreso de productos importados y la recesión que se profundiza en el sector fabril afecta con mayor fuerza a la industria.
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El plan que lleva adelante del Gobierno nacional genera enormes dificultades fiscales en las provincias y los municipios, viéndose perjudicados especial y centralmente las y los ciudadanos, que no sólo están sufriendo las consecuencias de la crisis económica, sino que además ven afectados servicios esenciales como educación, salud y seguridad, así como el mantenimiento y ampliación de infraestructura básica. Pero también afecta la actividad económica -principalmente industrial-, el consumo interno, el gasto y la inversión de los hogares y, por ende, la recaudación provincial.
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“El ataque a las provincias por parte del Gobierno nacional, en general, se canaliza por cuatro vías: i) por un lado, a través de la recesión auto-inflingida, que afecta directamente la recaudación tributaria en todos los niveles del Estado; ii) en segundo lugar, mediante la eliminación de transferencias nacionales obligatorias con destinos específicos a educación, transporte, seguridad o previsión social; iii) en tercer orden, con la paralización absoluta de la obra pública nacional en todo el territorio; y iv) en cuarto orden, mediante el retiro del Estado nacional de funciones que comparte con los estados provinciales, para lo cual recauda impuestos”, señaló el informe del centro de estudios bonaerense.
Uno de los sectores donde más se exhibe esta situación es el metalúrgico, una industria madre que abastece a rubros fabriles clave, como automotor, metalmecánica, línea blanca (electrodomésticos) e insumos para la construcción. De acuerdo con el informe elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), “la utilización de la capacidad instalada (del sector metalúrgico) es del 50,3 por ciento y también registró una disminución, ubicándose 5,6 puntos porcentuales por debajo del mismo mes del año previo y 9,4 puntos porcentuales debajo del promedio del 2023”.
En el análisis hacia el interior de la industria metalúrgica, podemos observar, nuevamente, una caída en todos los subsectores que componen este entramado industrial, a excepción de Maquinaria Agrícola y de Carrocerías y remolques, dos rubros que el año anterior habían sido de los más afectados por la sequía. Las empresas proveedoras de las cadenas de valor de la construcción y consumo final son las que evidencian peores desempeños relativos, con caídas de hasta 14 por ciento, mientras que las proveedoras de la cadena de valor agrícola son las que mostraron el mejor desempeño relativo interanual.
Las sectores más afectados fueron Fundición (-17,4 por ciento), Bienes de Capital (-12,7 por ciento) y otros productos de metal (-12,3 por ciento), mientras que Maquinaria Agrícola (9,9 por ciento) fue uno de los sectores que registró incremento durante el mes. Con respecto a la situación de las principales provincias metalúrgicas se observan, nuevamente, caídas interanuales generalizadas en todas las regiones, aunque en varias provincias ha disminuido la intensidad de la caída.
En Santa Fe, que arrojó una caída de 6,5 por ciento interanual, la maquinaria agrícola creció con respecto al año previo y mejorando levemente la situación de la provincia. Una situación similar es la registrada en Córdoba. Mendoza y Entre Ríos, por su parte, registran las dos caídas menos intensas del entramado metalúrgico con un 4,8 y 4,1 por ciento respectivamente. “Buenos Aires (-7,8 por ciento), por su parte, ha sido la única provincia que ha registrado una contracción más fuerte que el promedio general”, señala el informe de Adimra.
La incidencia de la provincia de Buenos Aires roza el 60 por ciento de los nuevos desocupados del país, que ascendió a 266.000 en el mismo periodo. De ese total, 155.000 puestos destruidos por el mileísmo tenían lugar en territorio bonaerense. La desocupación no es el único dato negativo del mercado de trabajo bonaerense. También se registraron alzas en la tasa de subocupación, y caídas en las tasas de actividad y empleo, lo cual da muestras de un deterioro transversal de los indicadores laborales representativos. No sólo hay más desocupados, sino que una mayor cantidad de personas necesita trabajar por más horas o directamente se retiró del mercado laboral.