El mercado empezó a preocuparse por las dificultades que muestra el equipo económico para hacer consistente el proceso de baja de la inflación y especula sobre la opción que tomará la gestión de Javier Milei entre abortar los pocos indicios de recuperación de la actividad económica o profundizar la política recesiva para retomar el sendero de desinflación.
La inflación general de julio mostró una reducción de unas décimas, pero no logra quebrar el piso de 4% que vienen observando los analistas como referencia para determinar el grado de éxito de la política económica. Después del 4,2% de mayo, subió a 4,6% en junio y quedó en 4% en julio con bienes creciendo a 3,2% y servicios el doble, a 6,4%. Incluso la inflación núcleo, que el Gobierno marcó como la determinante para marcar el ritmo de la unificación cambiaria, fue más alta y, después de sostenerse en 3,7% en mayo y junio, subió a 3,8% en julio.
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Ninguno de los dos indicadores mostró la velocidad de baja de la inflación acorde con el ajuste monetario y fiscal que lleva adelante el Gobierno y que el sector privado había evaluado como necesario para ordenar la macroeconomía.
"Numerosas empresas sufren falta de ventas y muchos asalariados hacen malabares” pero “el rumbo es correcto, tengo la convicción que los argentinos estamos haciendo progresos altos”, defendió Natalio Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) y co-organizador con el Americas Society del Council of the Americas, que se desarrolló este miércoles en Buenos Aires y que como todos los años sirve para exponer la agenda de prioridades del capital privado multinacional. “Es imprescindible la reconstrucción moral de Argentina", fue otras de sus definiciones, en una referencia a lo que consideran políticas populistas, basadas en el crecimiento de la economía, la inversión en educación, ciencia y tecnología y la distribución del ingreso.
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La consultora 1816, entre las mejor consideradas del mercado, planteó este jueves dos escenarios posibles para la salida del cepo, antes de fin de año con salto cambiario o recién después de las elecciones de 2025. Los riesgos que plantea a cada escenario son, una aceleración de la inflación “siendo difícil estimar el impacto en la opinión pública” si se libera ahora o no acumular reservas lo que dificultará “bajar sensiblemente el riesgo país" si se espera a pasar las elecciones.
Entre los dos escenarios, “con la decisión de intervenir en el CCL, el Gobierno dejó claro que por el momento su prioridad es bajar la inflación y que para conseguirlo está dispuesto a perder divisas”, evaluó. Esa apuesta tan fuerte a la desinflación es la que no está dando resultados en la política económica, complicada además por la caída de los precios internacionales de los commodities que frenan la liquidación del agro.
Según estimaciones de 1816, una cosecha como la 2024 de soja, maíz y trigo vale US$ 8.100 millones menos que al asumir Milei. Para el banco de inversión CMF “es tan fuerte la caída” de precios de la soja, que “las pérdidas en lo que va de la gestión Milei se estiman en torno a US$ 5.500 millones” y “si se le adiciona la menor liquidación producto de la fuerte apreciación cambiaria, el monto podría acercarse cómodamente por encima de los US$ 6.000 millones”.
CMF advirtió este jueves en sus informes que “la inflación subyacente se resiste a la baja” y señaló que “los próximos meses representarán un importante desafío para el Gobierno”. Para el banco, “la velocidad de crecimiento de los precios se redujo notablemente, producto de la fuerte política monetaria contractiva que está llevando a cabo el BCRA” pero el “IPC Núcleo registró el tercer mes consecutivo en la zona del 3,7-3,8%, mostrando una llamativa rigidez a la baja”.
La medición de agosto incluirá los aumentos en servicios públicos, transporte, combustibles, telefonía y prepagas, con lo que se espera que se mantenga en la misma zona de 3% a 4% la núcleo y de 4% a 5% la inflación general.
En julio distintos indicadores de la economía mostraron síntomas de recuperación, traccionado por la actividad del campo impulsada por la buena cosecha después de la sequía histórica de 2023.
Las estimaciones de CP Consultora, que anticipa la evolución del EMAE del Indec, ubicaron a la actividad económico general 3,5% por debajo de los niveles de julio de 2023 con un importante aporte del sector agropecuario. El índice de la consultora mostró que, luego de cuatro meses con caídas de casi 10%, la actividad económica al descontarse los efectos del sector agropecuario moderó su ritmo de caída interanual (-4,8%).
“Los efectos de la recuperación del agro son los que aportan el mayor impulso, pero no los únicos. En julio la producción de bienes y los préstamos volvieron a mostrar signos de rebote”, señaló.
Lo que podría ser interpretado como buenas noticias al considerarse que se atravesó el pico de la recesión, se termina convirtiendo en una nueva preocupación para el equipo económico que ve como un incipiente arranque de actividad inmediatamente se traslada a una aceleración de la inflación y lo obliga a decidir si la convalida y vuelve a apretar el torniquete monetario y fiscal pero ahora con menos paciencia en la sociedad.