Crisis pyme: este año se podrían eliminar 12.000 empresas y 226.000 puestos laborales

El Observatorio IPA relevó una destrucción total de alrededor de 92.000 puestos de trabajo registrados y privados hasta mayo y proyectó cómo seguir el panorama con un pronóstico más optimista, uno pesimista y otro constante. En los tres, la crisis persiste. 

02 de agosto, 2024 | 00.05

Estimaciones en el sector pyme advierten que a fin de año, de no corregirse el rumbo, la cantidad de puestos de trabajo formales en el sector privado destruidos durante todo 2024 alcanzaría a las 180.300 personas. Un estudio del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA) también proyectó qué pasaría en un escenario más optimista y otro más pesimista: 117.000 y 226.000 empleos menos, respectivamente. Una situación similar se repite con el número de empresas que desaparecerían para fin de año. 

“Nuestras estimaciones sobre la evolución del empleo registrado y cantidad de empresas indican una situación crítica. A mayo estimamos una destrucción total de alrededor de 92.000 puestos de trabajo registrados y privados; de los cuales 40.000 eran empleo PyME”, señaló el IPA, quien concluyó la grave situación económica continuará deteriorándose, sin un horizonte de recuperación a la vista.

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Por otra parte, durante todo 2024 cerrarían cerca de 10.000 empresas PyME, si nada cambia en el horizonte cercano. En un escenario más optimista, advirtió IPA, la destrucción podría ser un poco menor y alcanzar a 8.600 Pymes. En una situación más negativa, el derrumbe sería mayor: 12.000 compañías.

El nivel de actividad industrial sigue en rojo. Actualmente el sector opera un 14,2 por ciento por debajo de 2023, pese a algún repunte en ciertos sectores, liderados por el agropecuario y el energético. “La utilización de la capacidad instalada está por debajo del 57 por ciento”, según cifras oficiales. En este sentido, el aumento del desempleo (que ya en el primer trimestre de 2024 se elevó a 7,7 por ciento, según el INDEC, dos puntos porcentuales más que en el último trimestre de 2023) es el nuevo problema económico que preocupa a la población argentina y a las PyMEs en particular, sumándose a una inflación que continúa siendo alta”, de acuerdo con el relevamiento de IPA.

De la recesión a la depresión

Los primeros meses del año estuvieron marcados por la profundización de la recesión. La principal protagonista es la caída de la demanda que, en términos productivos, condujo a caídas abismales en las ventas de las empresas y, por lo tanto, de su ganancia. La caída en el consumo se vio agravada por otras dos cuestiones elementales: el aumento de precio de los insumos y servicios requeridos para la producción y, según el rubro, la desregulación de importaciones, que han generado un desplazamiento de la demanda hacia los bienes adquiridos en el exterior.

Como ejemplo del congelamiento del consumo, las ventas de los supermercados cayeron de manera consecutiva los primeros cinco meses del año y acumulan una baja de 12,4 por ciento en el año. Lo mismo ocurrió en los autoservicios mayoristas, cuya merma acumulada fue de 12,2 por ciento; y en los centros de compras (shoppings), de 17,7 por ciento. En vehículos automotores, el índice de patentamientos muestra una reducción acumulada de 19 por ciento durante el primer semestre de 2024.

“De esta manera, la industria manufacturera nacional ha sido uno de los sectores más afectados, precisamente porque la mayor parte de sus ingresos dependen del nivel de consumo interno, requieren productos importados, se enfrentan a altos costos impositivos y de logística y, en parte por esos motivos, no se producen a una escala tal que les permita competir en igualdad de condiciones contra bienes importados. Los datos oficiales disponibles en este sentido son muy concluyentes sobre la actual situación de depresión de la economía argentina, y particularmente de la industria manufacturera, principalmente compuesta por PyMEs (el 96 por ciento del total de empresas)”, señaló informe.

La destrucción del empleo

“De no corregirse el rumbo, para fin de año los puestos de trabajo formales en el sector privado destruidos durante todo 2024 serían de alrededor de 180.300: en el escenario más optimista serían 117.000 y en el más pesimista acumularían 226.000. De ese total optimista, 47.000 serían empleos PyME”, anticipó el Observatorio de IPA.

Según información publicada por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE) en base a datos del Sistema Integrado Previsional Argentino), la caída del empleo registrado del primer trimestre de 2024 fue del 0,5 por ciento respecto del último trimestre de 2023. Este dato –que de todas maneras es provisorio—implica una pérdida de puestos de trabajo cercana a 43.500 en tan solo los primeros tres meses del año.

“Nuestra estimación propia, actualizada al mes de mayo, es una destrucción total de alrededor de 92.000 puestos de trabajo. Entre las PyMEs, eso representa una caída de alrededor de 40.000 puestos. Además, se comprueba una aceleración de la pérdida de puestos de trabajo registrados mes a mes. Esto se debe a que los primeros meses del año estuvieron marcados por estrategias defensivas por parte de las empresas, a raíz de la coyuntura planteada por el nuevo gobierno, y de incertidumbre a la espera de certezas sobre la política del nuevo gobierno”, señaló el informe. La crisis se comenzó a agudizar, en particular en los sectores más trabajo-intensivos (industria, construcción y comercio).

Las proyecciones laborales en pymes

“Las PyMEs argentinas han tenido que llevar a cabo nuevas estrategias defensivas para poder sobrevivir a estos costos crecientes, incremento de la competencia (importada) y caída del consumo”, justifica el informe. Algunas empresas recurrieron a despedir personal. La tasa de desempleo se incrementó de 5,7 por ciento en el último trimestre de 2023 a 7,7 por ciento en el primero de este año. Aunque una parte de esta suba es estacional, el aumento inter-trimestral de 2 puntos porcentuales es el segundo más alto de toda la serie (que inicia en el segundo trimestre de 2016), solo superada por un incremento de 2,7 puntos en el segundo trimestre de 2020, cuando la tasa pasó de 10,4 a 13,1 por ciento.

En cuanto a los salarios, estos perdieron 60,4 puntos respecto de la inflación en mayo. En un contexto de caída de los puestos de trabajo y aumento del desempleo eso implica una caída aún mayor de la masa salarial real, es decir del dinero disponible para consumo. Cualquier proceso de crisis de estas características genera impactos directos sobre el nivel de empleo de las empresas, cuyas ventas y por lo tanto ingresos caen, y también sobre la sostenibilidad empresarial.

“Esta crisis tendrá, sin dudas, un impacto negativo sobre el empleo y sobre las empresas. Si bien el valor exacto de la variación futura del PBI, empleo y cantidad de empresas es imposible de conocer ya que depende de muchos otros factores contingentes y aleatorios (como los precios internacionales, la demanda internacional, eventos naturales y políticos nacionales e internacionales, entre otros), sí es posible aproximar cuánto puede caer el empleo y cuántas empresas pueden cerrar en base a la evolución prevista del nivel de actividad”, concluyó el documento de la entidad pyme.

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