El sector fabril se expandió en enero un 7,9 por ciento interanual y un 4,6 por ciento en términos desestacionalizados, según el índice adelantado de actividad industrial (que toma como insumo el consumo de energía) del Ministerio de Desarrollo Productivo. La mejora fue traccionadas por ramas como la automotriz (17,5 por ciento interanual), materiales para la construcción (los despachos de cemento subieron 19,2 por ciento), la producción de materiales en las grandes empresas de la construcción (24 por ciento), caucho y plástico (14 por ciento) y la siderurgia.
"El 2021 comenzó con una consolidación de la recuperación observada en la última parte de 2020, en buena medida traccionada por ramas como la industria manufacturera (una de las más importantes en el PBI por sus efectos tanto directos como indirectos), que para el último bimestre del año no solo habían recuperado lo perdido por la pandemia sino que también habían logrado ubicarse entre un 4 y 5 por ciento por encima de los últimos meses de 2019", detalla el informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) que depende de la cartera de Desarrollo Productivo.
Desde el piso de actividad económica que dejó el arribo de la pandemia, los sectores comenzaron una recuperación que no fue sectorialmente homogénea. En enero, las principales ramas industriales que durante abril pasado habían tenido una fuerte caída se ubicaron entre un 10 y 20 por ciento por encima del promedio de 2019, esto es, de la prepandemia.
A modo de ejemplo, el informe destaca que el consumo de energía desestacionalizado en la industria automotriz fue 20 por ciento superior al del promedio de 2019, el de la metalmecánica fue 18 por ciento superior, el de textil y cuero 15 por ciento, el de metales básicos 13 por ciento, el de minerales no metálicos 12 por ciento, y el de caucho y plástico 10 por ciento. En todos estos sectores –que explican alrededor del 35 por ciento del PBI industrial– hubo crecimiento mensual desestacionalizado.
"El buen desempeño de la mayoría de los sectores industriales en enero tiene varias razones", señala el informe. En primer lugar, la recuperación de la demanda, mayormente interna. Los programas como el Ahora12 (que desde octubre tiene tres meses de gracia) están teniendo un impacto directo en el consumo de ramas como electrodomésticos (que tracciona fuertemente sobre la siderurgia y, en menor medida, sobre la industria plástica).
La maquinaria agrícola viene arrastrando un claro crecimiento desde 2020, apuntalada por el nivel de actividad del campo y, de acuerdo con referentes del sector, por la reaparición del financiamiento a tasas accesibles. La industria automotriz y la de materiales para la construcción experimentan una importante demanda desde la última parte de 2020, "habida cuenta de que los durables quedaron relativamente económicos en dólares –particularmente, al MEP–", explica el CEP XXI.
En segundo lugar, al aumento de la demanda se suma en algunos casos la sustitución de importaciones: a modo de ejemplo, en enero los patentamientos de autos nacionales llegaron a representar el 47 por ciento de los totales, cuando un año atrás ese porcentaje había sido del 29 por ciento.
En tercer orden, en enero hubo además menos paradas de planta por vacaciones que en otros años, en especial en la primera quincena. En algunos casos, esto se debe a que durante el período en que muchas plantas estuvieron paradas (fines de marzo y abril), varias empresas adelantaron vacaciones a su personal. Ello podría explicar por qué la industria pasó de crecer al 14 por ciento interanual en la primera quincena de enero (un valor sin dudas anómalo) a hacerlo en torno al 3 por ciento en los primeros días de febrero (magnitud mucho más parecida a la de fines de 2020).
"La recuperación en la actividad industrial está impactando en el plano del empleo formal", señala el informe. De acuerdo con datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en noviembre de 2020 hubo en la industria manufacturera 8.400 puestos de trabajo más que en el mismo mes de 2019, y se creó empleo por sexto mes consecutivo, algo que no ocurría desde 2015.
En este caso, la recuperación también es muy heterogénea, tanto en lo sectorial como en lo territorial: de un total de 264 ramas industriales, 145 (55 por ciento) tuvieron en noviembre de 2020 más empleo formal que en noviembre de 2019. Dentro de estas actividades, sobresalen en primer lugar las industrias ligadas a las proteínas animales, que crearon 4.100 empleos formales, con subas en todos sus segmentos (carne bovina, aviar, porcina y pescados).
En segundo orden se encuentra la fabricación de aparatos de uso doméstico (como cocinas, calefones, heladeras, freezers, lavarropas, secarropas, ventiladores u hornos eléctricos), con una creación neta de 3.500 puestos de trabajo en un año. Le siguen la industria plástica (2.900 puestos), la de electrónica (2.700 puestos) y la química (2.200 puestos, en gran medida por lo ocurrido en las firmas que producen artículos de higiene y limpieza y pinturas, que tuvieron un gran crecimiento durante la pandemia). La industria farmacéutica también fue creadora neta de empleos en 2020 (1.000 puestos).