La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lanzó un comunicado en el que se suma al listado de organismos multilaterales que advierten sobre una fuerte desaceleración económica global este año, aunque resaltó el desempeño positivo que tendrán tres países de América latina, entre los que se encuentra Argentina, con un crecimiento de 3,6%. En el primer lugar se ubicaría Colombia, que registrará el segundo mejor comportamiento, solo por debajo de India, con un crecimiento proyectado de un 6,1% en 2022.
La OCDE prevé ahora que este año el mundo registrará un crecimiento de un 3%, en contraste con el 4,5% pronosticado en diciembre, mientras que en 2023 la expansión sería aún menor, de un 2,8%. La menor expectativa de crecimiento responde a la invasión rusa de Ucrania, que desató una ola de altos precios en las materias primas; lo que que, según la OCDE, harán que la inflación en los países miembros del organismo se mantenga cercana a un 9%.
MÁS INFO
“El precio de la guerra podría ser aún mayor. El conflicto está perturbando la distribución de alimentos básicos y energía, alimentando la inflación en todas partes y amenazando a los países de bajos ingresos en particular”, advirtió Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, de acuerdo con lo citado por Bloomberg.
Los tres países que se destacan
Los tres países de América Latina que se destacarán por encima del promedio este año son Colombia, Argentina y Costa Rica. El primero registrará el segundo mejor desempeño entre los países analizados. Con un crecimiento proyectado de un 6,1% se encuentra solo por debajo de India en 2022. El segundo que sobresale es Argentina, que crecería un 3,6%, por encima del promedio mundial y el de la OCDE. En este caso, según las perspectivas, el ritmo de la economía se verá beneficiado por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que reducirá la incertidumbre política y ayudará a disminuir los desequilibrios macroeconómicos.
El análisis también destacó la recuperación del empleo y el aumento de las exportaciones de alimentos a causa del incremento de los precios mundiales.
No obstante, la OCDE resalta varios riesgos. No solo porque el incremento de las materias primas sube el precio de las importaciones de energía, que genera un desequilibrio mayor al sumarle los costos de los subsidios energéticos en el país, sino también porque el análisis plantea que de no llevarse a cabo reformas ambiciosas se limitarán las perspectivas de crecimiento.
l tercer país de la región con cifras superiores a la media es Costa Rica, al que se le pronostica un crecimiento de un 3,2% en 2022 gracias al fortalecimiento moderado de la demanda interna y los ingresos que dejará la reactivación del sector turismo en el último trimestre de este año.
En contraste, hay otros tres países de América Latina medidos por la Organización que no solo crecerán menos que el promedio mundial, sino que están entre los que peores desempeños mostrarán en 2022. Se prevé que Brasil solo crezca un 0,6% en 2022, el peor pronóstico entre los países que midió la OCDE. Según el análisis, la inflación, la guerra en Ucrania y el endurecimiento de las condiciones financieras han golpeado la confianza y el poder adquisitivo de los brasileños.
En esta misma línea, la segunda economía de la región, México, también tendría un crecimiento menor al esperado con un pronóstico que apunta a un alza de un 1,9%. La OCDE alertó que, pese a que el desempleo ha disminuido, sigue estando por encima de los niveles previos a la pandemia, mientras que la producción de automóviles, clave en la manufactura y la exportación, sigue limitada pues no se superan los problemas de la cadena de suministro.
Estas interrupciones están pesando en la inflación y las expectativas para los siguientes 12 meses han seguido aumentando, lo que podría afectar el poder adquisitivo de los hogares más vulnerables y exigir un mayor endurecimiento de la política monetaria.
En Chile, el crecimiento se ralentizará “bruscamente” hasta un 1,4% en 2022, dice el informe, a causa de la elevada inflación, el endurecimiento de las condiciones financieras y la retirada de las medidas fiscales extraordinarias que limitarán el consumo de los hogares.