Luego de haber tocado fondo por la seguidilla de crisis y pandemia, empieza a notarse una incipiente reactivación económica en la región Rosario, que en algunos sectores mejoran las cifras anteriores a la llegada del COVID-19. El despegue se comenzó a notar la primera mitad del año: el acumulado de la industria enero-mayo de 2021 arrojó un 54,5% arriba de 2020, y de 22,7% del mismo período de 2019. La última medición del Indec del primer trimestre registra crecimiento del empleo en el departamento, donde la desocupación bajó a 10,9 puntos, mientras la tasa de empleo subió a 42 por ciento.
El conglomerado es un termómetro nacional porque se trata de una ciudad de grandes dimensiones con bajo empleo público (no es capital de provincia) y alta proporción de trabajo privado, por lo que la dinamización o estancamiento económico siempre pega más profundo y más rápido. En este marco, comienza a haber demanda de empleo y algunas empresas ya tienen problemas para cubrir puestos especializados. Los rubros que mostraron luz verde son principalmente industriales: metalmecánica, agroindustria, el sector textil y calzado. Un párrafo aparte para el sector tecnología: ya era grande, con unas 200 empresas, pero creció a niveles chinos durante la etapa de restricciones y ya hay más puestos de trabajo que gente para llenarlos.
Si bien para el trimestre que corre aún no hay números, desde el Ministerio de Trabajo provincial y el área de Desarrollo Económico del municipio creen que se va a sostener ese leve incremento. El área de Empleo hizo 120 inserciones de trabajadores en pymes entre marzo y julio, y tiene 14 llamados activos. La búsqueda tuvo una reactivación, luego de un 2020 planchado por la pandemia, en el que el Estado colocó casi la misma cantidad que se hizo en tres meses, en todo el año. El sector metalmecánico, con personal básico y algún tipo de calificación, como ingenieros y técnicos es el que más demanda, seguido por la agroindustria, pero también se han despertado la industria textil y del calzado.
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Mejor que la pre-pandemia
El Centro de Información Económica de Rosario (CEI) registró en febrero y marzo un crecimiento de la actividad económica positivo respecto de 2020, lo que evidencia algún tipo de recuperación. En el primer trimestre, la expansión fue del 15,3% en relación al mismo período del año pasado, justo antes de que la irrupción del COVID-19 obligue a un parate casi total. Pero hay números que muestran mejoras respecto al período anterior: “Tenemos indicadores económicos que muestran que la actividad, en algunos sectores, está mejor que en 2019”, detalló a El Destape Federico Bensi, director de Empleo de Rosario.
Una de ellas es la industria del frío y todo el clúster metalmecánico de la región, que está en términos reales mejor que durante el último año de la gestión Macri, aunque todavía no recuperó los niveles de 2018, y tiene proyecciones de crecimiento. El acumulado enero-mayo de 2021 contra el de 2020 arroja un 105,8% de crecimiento en este rubro, esperable porque aunque hay todavía algunas restricciones, la serie abarca más de dos meses del año pasado con casi todo parado. Pero la comparación contra el mismo período de 2019, antes de la pandemia, marca un 44,7% arriba.
El Gran Rosario acapara gran parte de la producción nacional de equipos de refrigeración como cámaras, freezers, heladeras y exhibidoras, con Bambi, Frimetal, Inelro y Briket como algunos de sus exponentes. La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) muestra que la reactivación está repercutiendo en el empleo industrial, y eventualmente va a impactar en el consumo porque es una rama con mejores salarios y mayor nivel de registración, lo que mueve la economía.
"La última vez que crecimos dos años consecutivos fue entre 2010 y 2011. Después, hasta 2015 tuvimos un promedio de 0,5 por ciento de crecimiento anual con años de crecimiento y caída. En la era Macri terminamos con números negativos", analizó Bensi. Y recordó que "venimos de 8 años de estancamiento, y en el primer trimestre antes de la pandemia en términos reales en Rosario hubo una caída del 6%. Después en la pandemia terminó con una caída de 10 puntos del producto. Eso obviamente impacta", resaltó.
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Gran Rosario, Muestra nacional
El área metropolitana de Rosario sirve como termómetro nacional de recuperación económica, por su tamaño y por la relación entre empleo público y privado. "Es, junto a Mar del Plata, el único aglomerado de más de 500.000 habitantes que no es capital de provincia. Por lo tanto, si bien tiene delegaciones del gobierno provincial y nacional, más el municipal, no tiene el grueso de la administración central del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, como Córdoba", explica a El Destape Cristian Recchio, delegado del Ministerio de Trabajo de la Nación para la Región Centro del país. Esto implica que "al no tener esa estabilidad del empleo público, al mercado laboral de Rosario le pegan mucho más fuerte las crisis, pero también se recupera rápido cuando se genera empleo. La ratio empleo privado/público es de 80 por ciento contra 20", abundó.
El problema más importante que refieren hoy algunas pymes locales es que, por la escasez de dólares que sufre el país, no pueden importar insumos necesarios para producir. También manifiestan la falta de mano de obra para algunos puestos que necesitan mayor calificación, ya que empiezan a tener dificultades para encontrar personal en algunos perfiles especializados como tornero. "Es decir, tienen crisis de crecimiento, porque la demanda está y también poseen la capacidad ociosa para dar esa respuesta. Estamos haciendo las gestiones para empezar a destrabar esas importaciones que afectan los próximos 6 meses, lo que retrasa la inversión, el crecimiento y la posibilidad de tomar trabajadores en el corto plazo", reveló Bensi.
En tanto, si bien todavía no se puede confirmar una tendencia, porque viene de números muy bajos y se necesitan más series estadísticas, hubo un repunte el sector textil: tuvo un crecimiento del 53,9% ciento interanual en el período enero-mayo, y 2,1% respecto de la misma etapa de 2019, y ya empezó a tomar trabajadores. La rama, según el CEI, ocupa alrededor de 1.500 empleados, un 7,1 por ciento de los empleados del sector industrial de la ciudad. Los niveles de actividad están muy por debajo del 2018, y el rubro venía con problemas durante los últimos cinco años, con una caída del 60% al final de la era Macri, pero parece que tocó su piso y comienza a rebotar.
A modo de ejemplo, empresas locales como Sonder, Vandalia y Melocotón ya comenzaron a tomar personal y aún con las restricciones que existen, es un sector que se empieza a mover. "Entre otras cosas por el cierre de hecho de las importaciones, entonces si bien el mercado local es más chico, crece su participación", argumentó Bensi. En el marco de una restricción de dólares y un sector de esparcimiento que se va abriendo de la mano de la vacunación, se espera una mayor expansión del mercado laboral textil y el del calzado. "La producción nacional le va a ganar a lo importado, si sigue cerrado", pronosticó.
Explotan las TICs
Las empresas de tecnología viven un verdadero boom en Rosario, ya que la pandemia potenció un proceso que se venía desarrollando. Se trata del rubro más dinámico en la actualidad, con más de 200 firmas presentes en la ciudad, y las perspectivas indican que seguirá en expansión. Un gran porcentaje tiene que ver con la aplicación de tecnología para el agro y la industria. "El sector está fuerte y eso tiene que ver con la calidad de profesionales que hay en Rosario, por el nivel académico, y también porque el ecosistema crece mes a mes. Hay empresas muy grandes radicadas en la ciudad", explicó a El Destape Ignacio Sanseovich, presidente del Polo Tecnológico Rosario (PTR).
En la actualidad hay más proyectos que personas disponibles para trabajar: todas las empresas están desbordadas y no pueden encontrar profesionales. El último relevamiento del observatorio del PTR arrojó que hay 500 puestos de trabajo sin ocupar solamente en sus 110 empresas. "El tiempo que se necesita para egresar en las carreras que forman a las personas que van a terminar trabajando en las empresas, entre 3 y 6 años, tiene una velocidad totalmente distinta a la que necesita el mercado", apuntó Sanseovich.
Hoy estudiar una carrera relativa a tecnología es garantía de tener un puesto de trabajo. De hecho, es muy común que los alumnos trabajen mientras terminan los estudios y son muy pocos los que se gradúan sin haber hecho algún tipo de experiencia laboral. Como en el fútbol, aparecen los cazatalentos a llevarse las promesas: muchos programadores argentinos trabajan directamente para el extranjero y a las empresas grandes nacionales les cuesta competir con los sueldos en dólares que ofrecen. Existen firmas locales que tienen modalidades de pago para depositar parte del sueldo en divisas norteamericanas en cuentas del exterior, pero no es suficiente y el éxodo de jóvenes es imparable.