El repunte pospandemia terminó de consolidarse para convertirse en crecimiento, pero no alcanzó el nivel de empleo del último trimestre de la alianza Cambiemos. Esta es la conclusión del último informe del Centro de Estudios de la Producción CEP XXI del Ministerio de Desarrollo Productivo, que detalla que en la comparación del último trimestre de la alianza Cambiemos con el último trimestre del año pasado, la economía creció un 3,4 por ciento, pero el empleo estuvo 0,7 por ciento por debajo o con 139.000 empleos menos que en diciembre de 2019, principalmente por la contracción de 3,1 por ciento en el empleo no registrado.
Aunque no hay datos actualizados del primer trimestre, se habría mantenido la tendencia de mayor crecimiento económico por encima del empleo. Según el EMAE del Indec, la economía creció un 7 por ciento interanual en los dos primeros meses, mientras que registros del Sistema Integrado de Pensiones Argentino (SIPA) reportaron en enero un crecimiento interanual de 3,7 por ciento en el empleo registrado, en tanto que la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) mostró para febrero otro crecimiento de este empleo de 1,6 por ciento.
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Las razones de este fenómeno pueden abordarse tanto desde un punto de vista técnico como político.
En el caso del primero, la propia CEP XXI señaló que la razón principal está ligada a que “los sectores con mayor dinamismo económico en la reactivación pospandemia fueron aquellos de alta productividad relativa, es decir, los que aportan más al PIB que al empleo”, con lo que “los sectores que más traccionaron el empleo fueron aquellos de alta productividad relativa”. Así, comparó los niveles de productividad de los distintos sectores de actividad y señaló que sectores de alta productividad, como el eléctrico, gas y agua, petróleo y minería, intermediación financiera y manufactura, incrementaron el empleo. En cambio, otros que tradicionalmente son mayores generadores de empleo por su baja productividad, como el servicio doméstico, y hoteles y restaurantes, servicios sociales y de salud, y construcción, experimentaron caída en el número de empleos.
Sin embargo, culpó a la pandemia de esta situación y argumentó que entre estos sectores estuvieron los más afectados por el Covid, como el servicio doméstico y los hoteles y restaurantes, al punto que mantuvo que para esa economía de la prepandemia "se espera haya un mayor dinamismo de los sectores más intensivos en empleo”.
Una visión desde la política
Los investigadores del Conicet Francisco Cantamutto y Martín Schorr plantean una visión sobre la actualidad socioeconómica desde una lectura de política económica. Aunque no se refieren específicamente al empleo, de su texto “Argentina: las aporías del neodesarrollismo” publicado en el portal de Nueva Sociedad, se puede interpretar que el Gobierno está privilegiando el crecimiento a través de la exportación en lugar del desarrollo equilibrado de la economía y sociedad. Según los autores, los lineamientos económicos expresados en el documento del Ministerio de Desarrollo Productivo titulado “Desarrollo productivo en la Argentina pospandemia” aceptan tácitamente la idea de privilegiar la extracción de recursos naturales como guía de su accionar, aclarando igualmente que “a diferencia de los neoliberales, que abrazan con gusto esta idea, lo hacen con sabor amargo”.
Cantamutto y Schorr apoyaron la idea de que el Gobierno busca "primero consolidar un modelo de crecimiento impulsado por las exportaciones", que en su mayoría son primarias y no gran generadoras de empleo, y además relegar la distribución del ingreso a un 'futuro prometedor'. Incluso, agregan, "las objeciones de ambientalistas, comunidades locales o incluso sindicatos y diversos espacios académicos son muchas veces ridiculizadas, en la propuesta para toda la población”. De hecho, los autores concluyen que “quizás es hora de revertir el orden de causalidad propuesto por un sector importante de la heterodoxia y del sistema político, y que la redistribución de la renta no sea una variable dependiente del crecimiento (exportador)”.