Durante enero, según la información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el empleo asalariado registrado en empresas privadas creció de forma significativa en relación al mes anterior, debido a que 16.000 trabajadores se incorporaron a la economía formal. Desde junio de 2015 que no se registraba una cifra positiva de esta magnitud.
Por primera vez desde la irrupción de la pandemia, el número de trabajadoras y trabajadores con empleos asalariados registrados en empresas privadas reflejaron un crecimiento intermensual relevante. De acuerdo al SIPA, esta modalidad ocupacional creció un 0,3% (en términos desestacionalizados), lo que representa la incorporación de alrededor de 16 mil trabajadoras y trabajadores en la economía formal.
Para encontrar un crecimiento intermensual similar al observado, es necesario retrotraerse hasta junio de 2015 (cuando el empleo creció un 0,3%), nada menos que 67 meses antes de la medición actual.
Con el crecimiento de enero, la contracción acumulada del empleo asalariado registrado privada desde el inicio de la pandemia alcanza al 2,7%. La reducción fue significativa, pero muy inferior a las caídas verificadas en países como Brasil (-11%), Chile (-8%), Estados Unidos (-7%) y Canadá (6%).
La construcción y la industria motorizan la recuperación
El sector de la construcción impulsó la expansión del empleo formal. El total de trabajadores en esta actividad se incrementó un 2,1% en la comparación mensual. En el primer mes del año, algo más de 7.000 personas accedieron a un empleo asalariado registrado en la Construcción, lo que implica que el 45% del total del crecimiento del empleo se explica por la dinámica de este sector. Con la expansión verificada en enero, el sector contabiliza seis meses consecutivos de crecimiento del nivel de ocupación formal.
La industria es otro sector que presenta una dinámica de empleo destacada, ya que acumula ocho meses de crecimiento consecutivo. De este modo, el número de trabajadores industriales de enero de 2021 se encuentra un 1% por arriba del verificado en febrero de 2020, el mes previo a la aplicación de las medidas de aislamiento social.
Además, otros tres sectores de los 14 evaluados, presentaron un nivel de empleo asalariado formal superior al observado en el mes anterior al inicio de la pandemia: Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler; Servicios sociales y de salud y Suministro de Electricidad, gas y agua.
Se recupera el empleo en los grandes centros urbanos
Por otra parte, la información relevada por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) reveló que el total de los puestos asalariados registrados del sector privado en los centros urbanos del interior del país se encuentra prácticamente en el mismo nivel que tenía en antes del inicio de la pandemia.
En efecto, en febrero, el nivel de empleo registrado en el interior fue sólo un 0,3% inferior al mismo mes del 2020, un mes antes de la irrupción del coronavirus. La tendencia expansiva del empleo formal en los aglomerados urbanos relevados del interior lleva seis meses de crecimiento ininterrumpido .
La estabilidad se explica por la conjunción de una leve caída de las contrataciones de personal y un pequeño aumento de las desvinculaciones, ambas tasas (salida y entrada) fueron de 1,5 puntos porcentuales, mismos valores a los observados en estos indicadores en febrero del año pasado. Las expectativas de las empresas sobre la contratación de personal para los próximos tres meses resultaron positivas con un 2,4%, la cifra más alta desde mayo de 2018.
Por último, cabe destacar que el número suspensiones disminuyó por noveno mes consecutivo. Entre abril de 2020 y enero de 2021, las suspensiones acumularon una reducción del 75%, afectando en enero a 192.000 trabajadoras y trabajadores -lo que representa 580.000 relaciones laborales suspendidas menos desde abril-. Así, la incidencia de las suspensiones en el total del empleo asalariado privado pasó del 13% en abril de 2020 al 3% en enero de 2021.