A la par del crecimiento de la actividad económica por segundo año consecutivo, el nivel de empleo también se recuperó a lo largo de los meses que sucedieron al peor momento de la pandemia. Mejora que no se verificó en el resto del mundo. La actividad se recupera al ritmo de la industria
El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue muy optimista con las proyecciones económicas para la Argentina, al estimar que crecería 4% en 2022 y 2% en 2023, en un contexto de fuerte desaceleración global. La estimación lo situaba por arriba de las economías que más crecerían este año, solo por debajo de China (4,4%) India (6,1%) y Araba Saudita (3,7%).
Pero el panorama podría ser incluso aún mejor, ya que hasta el presidente Alberto Fernández adelantó que el crecimiento económico del 2022 estuvo situado en el 6%. Esto podría suponer que la proyección del 2023 también puede marcar un aumento de la actividad mayor al 2%. El pronóstico se daría aún con la esperada baja de los precios de los commodities para el año próximo estimada por el organismo internacional. De confirmarse estos datos, el país estaría entre los de mayor recuperación post pandemia, ya que la mayoría rebotó en 2021 y se estancó en 2022 por efecto de la guerra de Ucrania
A nivel global, según las proyecciones del FMI, Estados Unidos crecerá apenas 1% y Japón 1,6%; mientras que en Europa, Alemania decrecerá 0,3%, Francia se expandirá 0,7% y Gran Bretaña 0,3%, entre las economías más destacadas. Los números que se van conociendo respecto al 2022 confirman esta tendencia.
Al revisar las estadísticas de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo, en octubre Argentina se posicionó como el segundo país de mayor crecimiento de una muestra de 12 países. China se ubicó en primer lugar con un crecimiento del 16,2% en comparación con octubre del 2019. En segundo lugar se posicionó Argentina con una suba de 4,9%. Detrás estuvieron Estados Unidos (+3,8%) México (+3,8%) e India (+1,9%). El resto de los países de la muestra registró caídas en la comparación con 2019: Francia (- 11,2%), Alemania (-10,9%), España (-8,9%), Italia (-6,7%), Brasil (-5,9%), Japón (-4,3%) y Chile (-2,1%).
El desempeño argentino por rama industrial también se mantuvo muy por encima del nivel internacional. Por ejemplo, el sector automotriz, que en el país creció 23,7% en la comparación con octubre de 2019, superó por lejos el desempeño global del sector (-1,6% promedio en todos los países de la muestra). Lo mismo sucedió con otro equipo de transporte, que tuvo un alza de 14% mientras que el promedio de los países fue de una caída de 9,2% respecto a tres años atrás. También presentaron una marcada diferencia maquinaria y equipo (+23,7% vs. +4,1% para el promedio), farmacéuticos (+11% vs. +2,9%), textiles, indumentaria y cuero (+9,3% vs. -10,1%), químicos (+5,2% vs. -6,3%) y productos de plástico, caucho y minerales no metálicos (+13,2% vs. -0,3%).
Según los últimos datos disponibles, los efectos directos de la pandemia sobre la actividad continuaron atenuándose, aunque la guerra entre Rusia y Ucrania siguió afectando los precios internacionales y la economía mundial. En términos interanuales, la mayoría de los países relevados presentaron mejoras en septiembre, con excepción de Chile que registró una leve baja (-0,4% interanual).
En términos mensuales, 6 de los 15 países relevados presentaron contracciones en su actividad económica. Esto podría responder por una parte, al agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra parte, a efectos de políticas monetarias más restrictivas, limitaciones en el gasto fiscal y un contexto internacional más adverso.
A su vez, todos los países relevados lograron mantenerse por encima de sus niveles previos a la pandemia. La suba fue liderada por Centroamérica: República Dominicana anotó el mayor crecimiento (+10,8%), seguida por Honduras (+9,2%), Guatemala (+9,1%), Costa Rica ( 5,6%) y El Salvador (+1,3%). Del cono sur, Argentina, Colombia y Ecuador crecieron 10,1%; 8,5% y 7% respectivamente. Las menores subas las tuvieron Brasil (+2,6%) y Paraguay (+1,5%). Estados Unidos y Canadá mejoraron 3,7% y 2,8% respectivamente. México creció 1,3%; junto con Paraguay, tuvo una recuperación frente a los niveles previos a febrero de 2020, luego de varios meses por debajo.
El empleo se recupera a un ritmo acelerado
La recuperación del empleo es muy fuerte y la tendencia positiva se mantiene. En comparación con octubre de 2019, los asalariados del sector privado crecieron un 3,2%, el sector público un 5,1% y los monotributistas un 23,9%. Al iniciar su gobierno, Mauricio Macri recibió un país donde el desempleo llegaba al 6,6%y al final de su mandato lo disparó al 10,6%. Con Alberto Fernández en el poder -pandemia y guerra en Europa de por medio- la desocupación descendió al 6,9%.
En detalle, los asalariados del sector privado registrado ya recuperaron toda la caída de la pandemia y gran parte del retroceso de los últimos dos años de la gestión de Cambiemos. Datos previos del informe sobre trabajo registrado que elabora el Ministerio de Trabajo de la Nación, a los cuales accedió El Destape, demuestran que el número de trabajadores registrados en el sector privado creció 0,3% con respecto de septiembre, aunque quedó debajo de la suba de ese mes (0,4%), lo que representó el mayor nivel de trabajo registrado de la serie estadística que se inicia en enero de 2012. De acuerdo a los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el resultado de esta fase expansiva que alcanzaría los 27 meses si no fuese por la leve caída de diciembre de 2020, permitió alcanzar un nivel de empleo registrado privado similar al verificado en junio de 2018.
Según datos del Observatorio del Derecho Social de la CTA - Autónoma, para volver al máximo de marzo de 2018 faltan sumar unos 90.000 trabajadores más. El crecimiento más relevante sigue siendo el de los trabajadores por cuenta propia. Entre monotributistas plenos y sociales activos suman más de 2,4 millones de trabajadores y representan el 19% de los ocupados. Los primeros datos de noviembre muestran que el empleo registrado habría seguido creciendo, y bastante fuerte. Además, las suspensiones están en niveles relativamente bajos en términos históricos.
¿Y en el mundo?
De acuerdo a un informe de la OIT, para el segundo trimestre de 2022, la tasa de ocupación alcanzó el nivel previo a la crisis y la tasa de desocupación se redujo 2,8 puntos porcentuales respecto del mismo período del año anterior, hasta ubicarse en un 7,3%, cifra inferior a la de la prepandemia. Esta reducción en la tasa de desocupación se observó en todos los países analizados. De igual forma, hubo mejoras en la tasa de participación, aunque aún se encuentra por debajo del nivel anterior a la crisis sanitaria. Argentina es uno de los tres países con mejor recuperación del empleo.
En el informe también se destacó que desde el primer semestre de 2022 los empleos de asalariados aumentaron más que los empleos por cuenta propia y que es el sector industrial el que muestra las mayores tasas de creación de puestos de trabajo. Como resultado del importante incremento de la inflación en el primer semestre del año, los salarios promedio reales registran una caída.
En Argentina se recorta la brecha de ingresos y en la región sube la pobreza
La distribución del ingreso también experimentó una leve mejora en el tercer trimestre del año, de acuerdo con las cifras difundidas por el Indec. El Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas alcanzó en el segundo trimestre del año un valor de 0,424 puntos, contra 0,441 de igual período de 2021 y 0,443 respecto del mismo trimestre del 2020.
El Coeficiente de Gini indica una equidad absoluta cuando la medición es “cero” y un cuadro de inequidad total cuando es igual a “uno”, por lo cual al caer en este período muestra la mejoría indicada. En este sentido, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 27,7% en el primer semestre de 2022 (último informe disponible); y en ellos reside el 36,5% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 6,8% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 8,8% de las personas.
Con respecto al segundo semestre de 2021, la incidencia de la pobreza registró una reducción de 0,8 puntos porcentuales. El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza había alcanzado el 42% el segundo semestre de 2020. En el primer semestre, en medio del inicio de la pandemia, el 40,9% de los individuos no podían satisfacer sus necesidades básicas, por lo que el guarismo se incrementó 1,1 puntos.
En el segundo semestre de 2019, el macrismo le entregó a Alberto Fernández un país con 35,5% de pobres que fueron generados sin una crisis mundial, sino por políticas económicas propias. Entre el segundo semestre de 2019 y el mismo periodo de 2020, el colapso de la pandemia generó que alrededor de 2.900.000 personas ingresen bajo el rango de pobreza.
Ahora bien, la comparativa entre el primer semestre de 2018 y el de 2019 es incluso peor. Durante ese lapso de tiempo, el derrumbe del modelo económico provocó que 3.761.305 personas se sumen a la cantidad de habitantes que no pueden acumular ingresos superiores a la canasta básica.
A contramano del descenso registrado en Argentina, la pobreza extrema ascendió a 82 millones de personas en América Latina en 2022, en un contexto de desaceleración económica y alta inflación, advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). "No se ha logrado revertir los impactos de la pandemia en materia de pobreza y pobreza extrema y los países enfrentan una crisis silenciosa en educación, que afecta el futuro de las nuevas generaciones", afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.
En 2021 la tasa de pobreza de América Latina alcanzó el 32,3% de la población total, marcando una disminución de apenas 0,5 puntos porcentuales (puntos) respecto a 2020, pico de la pandemia. En 2022, el porcentaje bajó apenas al 32,1% o 201 millones de personas.
Pero este año, la pobreza extrema llegará a 13,1% u 82 millones de personas, cuando en 2021 esa cifra se ubicaba en 12,9% de la población regional. La explicación para este incremento de la pobreza más aguda son los "efectos combinados del crecimiento económico, la dinámica del mercado de trabajo y la inflación". Si se compara con 2019, el año previo a la pandemia, habrá 12 millones de personas más en pobreza extrema y 15 millones más en situación de pobreza, según la Cepal.