En el marco del Procrear se sortearán unas 11.000 viviendas que fueron construidas durante el kirchnerismo y abandonadas por el macrismo con el objetivo de privatizarlas. Se trata de viviendas construidas en barrios urbanizados por la gestión oficial hasta 2015. Son obras finalizadas o al 70 por ciento de avance. Fuentes del Comité Ejecutivo del Procrear confirmaron a El Destape que en esta semana se definiría cómo será la modalidad para adjudicar estas viviendas, mientras se avanza en la construcción de obras de menor envergadura en barrios ya urbanizados. La crisis que dejó el macrismo y la pandemia hacen inviable actualmente un despliegue del programa tan ambicioso como el que se instrumentó anteriormente, pero en el sector confían en que se están dando los pasos necesarios hacia ese objetivo.
Esta semana el presidente Alberto Fernández anunció dos líneas del Procrear, para refacción y ampliación, que conformarán un plan de viviendas 2020 más ambicioso. El problema de este relanzamiento es el descalce financiero entre el tipo de viviendas al que se accedía hasta 2015 y las que se pueden construir actualmente, luego de la crisis macrista y la que deje el COVID-19.
También existe un descalce en el poder adquisitivo de los hogares respecto de la cuota que pueden afrontar para estos créditos. Por este motivo se retrocedió sobre el sistema de indexación que había aplicado el macrismos sobre estos créditos, que habían pasado a estar atados por los UVA (inflación). El Comité de Procrear, que lidera la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, definió que la indexación tenga un tope por salarios. Según explicaron desde el Comité, la nueva fórmula se basará en el incremento del Coeficiente de Variación Salarial (CVS) publicado por el INDEC más el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) del Banco Central. Establece un máximo de 2 por ciento mensual para que cuando los salarios superan a la inflación no se vean aumentos repentinos en sus cuotas.
Lo más urgente
De acuerdo con lo adelantado a este medio, esta semana se analizará la etapa de adjudicación de las viviendas terminadas y cómo será el plan de adquisición de terrenos para los desarrollos inmobiliarios del Procrear. El macrismo se fue del gobierno sin entregar 14.300 viviendas (11.000 terminadas completamente) del plan Procrear. Se trata del 64 por ciento de las 22.500 viviendas de Desarrollos Urbanísticos del programa que había heredado de la administración anterior e implica negarles un techo a más de 60 mil personas. El abandono respondió a cuestiones burocráticas de habilitación de servicios y a una lógica especulativa del gobierno que frenó el programa.
"Entre 2012 y 2015 el Procrear generó uno de cada tres puestos de trabajo de la industria de construcción, quedando en el imaginario colectivo como una verdadero instrumento de política pública de generación de empleo. Es por eso que la idea del actual gobierno, de procurar volver al modelo original de producción y trabajo, no hace más que reafirmar su carácter virtuoso", aseguró a El Destape Martín Reibel Maier, integrante como vicepresidente de AySA del Comité Ejecutivo de Procrear. En esos años el Estado desembolsó el equivalente entonces a unos 6500 millones de dólares en el programa.
El Procrear se lanzó en 2012 con un objetivo de 400.000 viviendas. Dentro de ese programa había una línea de compra de terreno y construcción de vivienda, financiando el 100 por ciento del valor de ambos. Los Desarrollos Urbanísticos eran parte de esta línea, con áreas para el uso público, locales comerciales, áreas destinadas para alojar equipamientos de salud, educación, recreativos además de contar con adaptación a personas con capacidades diferentes. Se construyó una vivienda por cada 50 adaptada para personas con movilidad reducida, lo que los ubica en la vanguardia mundial respecto a parámetros de desarrollo urbano y vivienda del mundo.
En estos desarrollos se incluyeron 950 locales que podrían alquilarse o entregarse en leasing con facilidades, lo que, además de estimular la actividad en esos barrios y empujar la rueda del consumo, alivia el acceso al emprendedor.
Los próximos pasos
Entre 2012 y 2015 se realizaron 172.000 viviendas del Procrear, de las cuales 22.500 se construyeron en 67 desarrollos urbanísticos ubicados en Ciudad y Gran Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Corrientes, Santa Fe, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Mendoza, San Juan, Misiones, Chubut, Chaco, Santa Cruz, Tierra del Fuego, San Luis, la Pampa, Tucumán, Neuquén y Entre Ríos. Dadas las limitaciones presupuestarias con las que asumió el gobierno de Alberto Fernández heredadas del macrismo y profundizadas por la emergencia sanitaria, alcanzar esos números parece utópico y las autoridades analizan cómo profundizar el programa dentro de lo que pueda ser sustentable. Una discusión es cómo adquirir los terrenos.
Hasta 2015 se utilizaba como modalidad la cesión de terrenos nacionales o subnacionales (provincias y municipios) a los cuales se les otorgaba un certificado de participación fiduciaria y se iniciaba las obras. Al ser terminada, el Estado nacional pagaba el valor del terreno (casi como una donación), aunque el esfuerzo había sido el desarrollo. Una alternativa a este esquema que se baraja es la posibilidad de comprar o vender los terrenos a privados.
Otro problema de la falta de recursos tiene que ver con el desarrollo urbanístico en sí mismo. El macrismo ya dejó una estructura de servicios deficiente y tratar de llegar con agua, luz y cloacas a lugares alejados es un esfuerzo que, reconocen en el Gobierno, no se puede afrontar. Una alternativas es trabajar en barrios ya urbanizados, adquiriendo dominios con 15 o 20 viviendas que puedan ofrecer algunas constructoras. Estos terrenos ya se están buscando. El objetivo del Procrear "original" era también descentralizar la población en las grandes urbes, pero por el momento no se puede atajar todos los frentes que quedaron abiertos o abandonados.